Eduardo Mendoza

Escritor

«Soy una persona de poco libro y mucha calle»

Cuatro tonos anteceden a un «buenos días». Con esto, Eduardo Mendoza se presenta a través del auricular. Lleva una mañana de entrevistas con motivo de la presentación de su nuevo libro en Alicante. Será este viernes cuando protagonice, al fin, una velada literaria en el restaurante Maestral para hablar de 'Tres enigmas para la Organización' (Seix Barral, 2024).

Antes de las preguntas, un pequeño balance por su obra. Casi una veintena de novelas que, desde hace medio siglo -cuando publicó el primer tomo-, forman parte de la colección nacional contemporánea. Este tipo de halagos, los responde con su característica risa, la cual emplea para mostrar que está de acuerdo con las críticas y con el hilo de la conversación.

Además de novelista se le podría considerar cronista, ya que la evolución de la historia de España y la sociedad se aprecia en sus libros.

Me interesa y estoy pendiente de las cosas que suceden, pero bueno no más que cualquier ciudadano consciente. Lo lógico es que se vaya reflejando en las novelas. Soy persona de poco libro y mucha calle. Me gusta ver lo que pasa, escuchar, voy siempre en transportes públicos... Inevitablemente me voy empapando de lo que sucede y con el transcurso de los años, que ya son muchos, eso ha debido quedar de alguna manera plasmado.

Se considera una persona de «poco libro y mucha calle», por lo que tendrá mucha con 19 novelas ya publicadas.

El año que viene se cumple el 50 aniversario de la primera novela que publiqué, 'La verdad sobre el caso Savolta', que no de la primera que escribí porque llevaba ya varias. En 50 años, 19 novelas, pues no es ser trabajador, sale a una por cada dos años.

Pero la creación también requiere tiempo de documentación y de sentarse a escribir.

No digo que (las novelas) me salgan sacudiendo las mantas. Llevan trabajo, un trabajo poco esforzado. No soy una persona encadenada a la mesa ni sufro agonías, pero sí soy trabajo de hormiga. Cada día voy avanzando un poquito y, sobre todo, cuando uno está escribiendo una novela solo está para eso y me olvido de las cosas. Soy un desastre en la vida práctica.

¿Existe alguna novela suya que esté todavía sin publicar, en el cajón del olvido?

Tengo muchas cosas no terminadas o mal terminadas. De vez en cuando alguna va al contenedor de papeles triturada porque veo que ha sido una vía muerta. Todos los escritores tenemos fondo de armario y, a veces, cuando uno se muere empiezan a publicar los herederos para vegüenza del autor.

Regresó a las liberías en enero con una novela policíaca.

Es el género que más me divierte. Primero porque soy aficionado a la novela negra desde antes que fuera, un poco, la protagonista del panorama literario. Empecé con este género en un momento en que estaba considerada de segunda o tercera división, era novela de quiosco. Pero ya empezaba a llamar la atención, no era la novela de leer en el tren. Me siento cómodo en este género que me sigue gustando y es una de las pocas cosas que sigo leyendo con constancia y asiduidad.

En 'Tres enigmas para la Organización' ha generado un clima de humor y enredo, ¿cómo se consigue esto en el género?

(Ríe). En realidad no son novelas policíacas, son parodias. Tiene la estructura clásica que no puede ser más convencional: se plantea un caso, hay unos detectives o unos policías que tienen que descubrir lo que ha sucedido y sobre este mimbre, que es bantante normal, construyo mi propio mundo con un tinte de humor y de personajes marginales. En fin, lo que siempre he ido escribiendo.

Esta Organización se puede asemejar a la T.I.A. que creó Ibáñez en 'Mortadelo y Filemón'.

Sí, sí. Se me ha preguntado a menudo. Creo que es muy parecido porque Ibáñez y yo tenemos mucho en común. No quiero creer, aunque siempre lo he tenido presente, que haya imitado a Ibáñez, sino que tanto él como yo bebimos de las mismas aguas, de los cómics de nuestra infancia y, además, hemos frecuentado los mismos ambientes.

Una Organización de este tipo a día de hoy, cuando tenemos tanto acceso a la información, ¿estaría bien vista o sería un escándalo?

(Entra en carcajadas). Supongo que sería un escándalo (vuelve a reír). Es un residuo de otra época que se ha ido conviertiendo poco a poco en una especie de parásito social que vive allí, pero inofensivo porque investiga pero luego con la investigación no hace nada. Cuando descubre qué es lo que ha sucedido dice 'pues ya está' y acaban todos tan amigos. No pasa nada, no llega la sangre al río.

¿Es esta su última novela, como viene diciendo desde hace muchos años?

Ya no lo volveré a decir más (ríe), porque cuando lo he dicho no he cumplido mi palabra. La verdad es que dije que quería dejar de escribir novelas, que me quería dedicar un poquito a ensayos y otras cosas, pero luego ahí estoy. Sin darme cuenta me encontré escribiendo otra novela, quizá, porque es lo único que sé hacer, no doy para más.

Como hemos incidido al inicio de la entrevista, sus novelas tratan la evolución en la historia de España. Ahora mismo se vive una catástrofe en Valencia por la DANA y sus consecuencias. ¿Trataría este episodio, de alguna manera, en la ficción?

Hombre, yo creo que no. Es una cosa muy seria como para convertirla en un objeto... Podría tratarla como cosa de ficción, pero en una novela seria. Ahora estoy dubitativo porque voy a presentar una novela de humor en un momento en que las circunstancias no están para hablar de chistes. Tampoco sé si llegaré porque las conexiones entre Alicante y Barcelona no son muy fáciles en estos momentos. Voy preguntando y me dicen que el tren no llega, pero que se arreglará. La cosa está ahí un poco en el aire, pero creo que de aquí al jueves y viernes se habrá arreglado. Pero vaya, es una cosa tremenda. Tengo amigos y buenos amigos en la zona afectada que, por suerte, han salido indemnes pero han perdido muchísimo y están muy afectados.

¿Qué le queda pendiente en su carrera o en su vida?

Nada. Primero porque no me lo he planteado nunca como una carrera, no he pensado en voy a ir de aquí hasta allá. Me puse a escribir porque me gustaba, conseguí que me publicaran, conseguí que me leyeran y conseguí, lo más importante, poder vivir de lo que más me gusta que es esto y hasta aquí he llegado. Me han dado más premios de los que me caben en el armario y estoy muy satisfecho de cómo me han ido las cosas.

¿Cómo lleva que conviertan las páginas de su libro en un menú gastronómico?

(Carcajada) Estoy encantado. Soy muy aficionado a la gastronomía, no soy buen cocinero pero sí soy aficionado a la buena mesa e, incluso, soy miembro de un par de grupos de comilones, vaya (vuelve a reír). Estoy encantado.

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