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Marina Navarro tiene 25 años. Vive en Novelda y trabaja en Alicante, por lo que realiza los traslados en tren. Aprovecha la línea regional que une las comarcas del Alto y Medio Vinalopó con la capital de la provincia para desplazarse de lunes a viernes. Sin embargo, en días como este lunes el caos se afianza en los viajes.
Ha sido a su vuelta a casa cuando ha acudido a la estación para subirse al convoy. Hasta ahí, todo bien. El problema ha sido al buscar su andén en la pantalla. «Muchas veces llegamos y en vez de la vía pone 'traslado en autobús'». Y es que esta es la cuarta vez que vive la misma situación en poco menos de un mes.
Desde que le ocurrió por primera vez -y al ver también las reacciones de otros viajeros- ya tiene experiencia. En cuanto ve el mensaje en el letrero que corona la Estación de Alicante-Terminal, Navarro acude a buscar al personal para preguntar qué puede hacer o qué medida puede tomar para regresar a casa tras el trabajo. «Nos dicen que esperemos fuera (en el parquin de taxis) que ponen un bus para llevarnos».
Hasta las inmediaciones de la estación se han desplazado los viajeros de este tren, donde ha llegado el autobús, «que ha salido con retraso». «La gente no entendía nada porque nadie nos daba explicaciones» y tampoco les preguntaban su destino. El tren que esta alicantina toma a diario efectúa paradas en Alicante, el apeadero de la Universidad, San Vicente del Raspeig, Novelda, Elda-Petrer, Sax y Villena.
«Ha subido todo el mundo (que esperaba el tren en Alicante) y no cabía más gente», explica durante el trayecto. «No nos han preguntado a dónde íbamos», por ello al hacer la primera parada en el apeadero de la Universidad «la gente se ha quedado en tierra» al ir el autobús colapsado y no bajar nadie. Allí, esperando al tren, se encontraba un conocido de Novelda junto a otra decena de personas.
Según narra esta viajera, los usuarios que aguardaban en el andén «han tenido que acercarse al autobús porque el conductor no decía nada». Así, al preguntar, este les ha explicado que pasaría otro vehículo. Pero, según ha podido saber este diario, no se ha efectuado el viaje, por lo que muchos de ellos han tenido que recurrir a sus familiares -y sus vehículos particulares- para poder regresar a sus pueblos.
Durante el trayecto, que «ha tardado una hora más de lo habitual», otros pasajeros comentaban que preferían esperar al siguiente tren antes que subir al autobús. Sin embargo desconocían si podían hacerlo al haber validado el billete. «No explican nada, nos hemos quejado varias veces y no hacen nada» para evitar estos problemas.
Sobre los billetes, esta alicantina también denuncia una situación que le ocurrió a mediados de octubre. Se plantó 20 minutos antes de la salida en la estación para validar el billete, pero la aplicación de los controladores no funcionaba, algo que sucede «la mayoría de veces». Navarro lleva su tiquet en formato digital, con correo electrónico de confirmación de la compra del trayecto. «Como somos gente que vamos a trabajar, nos conocen y nos dejan pasar» al enseñar los comprobantes.
No obstante aquel día, no le corrió la misma suerte. La aplicación de los controladores no funcionaba y «no me dejaron pasar», por lo que mientras intentaba hablar con el personal para dar a conocer la situación el tren partió. «Tuve que esperar yo sola y casi sin batería en la estación». Es algo que también ocurre a otros pasajeros «y no ponen solución», lamenta.
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