El sabor de la Semana Santa está en los bares de Alicante

Es en este último sentido donde destacan los días previos a la celebración de los días de Pasión en Alicante. Y es que si la Semana Santa está compuesta por 27 hermandades y cofradías, capaces de con su esfuerzo altruista sacar a relucir cada una de las imágenes en procesión, son también 31 los establecimientos hosteleros que guían el rumbo de la ciudad durante la Cuaresma.

Esta combinación de restaurantes, bogedas, bares y cervecerías proponen una nueva ruta en Alicante durante los días previos a la Semana Santa. En este caso, gastronómica para sentir sus sabor y abrir boca antes del Triduo Pascual, siempre respetando la tradición marcada por la calidad y la temporalidad de los productos empleados.

Es ahí donde también entra en juego la innovación, mezclada con el sentimiento. Ejemplo de ello es la propuesta del restaurante Minás de la avenida del Doctor Gadea -cuya actividad lleva en la ciudad «poco más de un año» y ha sabido sumarse con éxito a la gastronomía de Cuaresma gracias a la «buena repercusión y acogida del certamen», ha señalado la edil de Comercio, Lidia López-, cuya tapa consiste en una tosta de pan brioche untada con remolacha, sobre la que persiste una cuina de verdura asada y aderezo de tomate confitado. Para coronar dicho bocado, el pesacado es la mejor opción: boquerones en vinagre.

Esta ruta -que tiene premio al votar por la tapa favorita- continúa al otro lado del céntrico paseo, en el establecimiento ¡Oye, tú!, el cual sorprende a la clientela con una tosta de pan de masa madre sobre la que yace un huevo poché con tomate cherry bajo una cámara de rucula con bordeado de anchoa, queso manchego y bolitas de mozzarella. Todo ello viene bañado por el producto rey del Mediterráneo, el aceite de oliva con toque de perejil.

Junto a estos dos restaurantes son otra docena los que exponen sus creaciones durante la previa a los días de Pasión en Alicante. Junto a ellos, hasta este viernes también se han ofrecido menús de cuaresma. Es el caso del Fondillón Hospes Amérigo, con una carta compuesta por tres entrantes: pan con tomate y alioli, tomates confitados con capellán y cazón en adobo; junto a un principal consistente en alubias pintas con bacalao, acelgas y alcachofas.

Es desde el pasado 16 de febrero cuando la devoción se sirve en plato en Alicante, a través de sus Jornadas de Cuaresma. Esta etapa del año cuenta con idiosincrasia propia en todos sus ámbitos de la cultura. Y la gastronomía no iba a ser menos. Por ello, el Ayuntamiento de Alicante, la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías y la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Alicante (Apeha) han querido unir fuerzas -por quinto año consecutivo- para recuperar y degustar el tradicional sabor de la Semana Santa alicantina.

Por ello, cada uno de los establecimientos participantes han empleado productos de «kilómetro cero» y su particular originalidad para recrear «una costumbre de peso importante», ha matizado el presidente de la Junta Mayor, Alfredo Llopis, es que es capaz de sentar a una familia alrededor de la mesa para compartir y deleitar los estómagos con «los platos de vigilia». Esta es una de sus principales apuestas, «valorar» la gastronomía alicantina, mediterránea por antonomasia y capaz de ajustarse a cada uno de sus festejos.

Así, en forma de tapa diaria o de menú de viernes, los restaurantes de Alicante son capaces de cautivar a devotos y opositores a través de sus creaciones, las cuales han tenido una «gran» acogida entre la ciudadanía alicantina y los turistas, siendo una nueva «edición genial» de las Jornadas de Cuaresma, ha valorado la presidenta de Aphea, Mar Valera. Este aperitivo que cesará el próximo Jueves Santo ha logrado abrir el apetito y provocar un aluvión de reservas que dejarán «un lleno absoluto durante el Viernes Santo y el Sábado de Gloria, los días fuertes», siendo este 2024 uno de los años con «más éxito» en el sector gastronómico y culinario de la ciudad.

Este también se extrapola a los sectores primarios, los cuales cuentan con un auge en los pedidos relativos a los productos de temporada, pues «la base principal (de las Jornadas de Cuaresma) es nuestro pescado», ha recordado Valera. En este caso, el bacalao, «puesto en valor» durante la Semana Santa. Todo ello permite recuperar «platos en desuso y aprovecharlos» para estas fechas de devoción, fervor y creencia que además -según ha incicido la concejala de Comercio, Lidia López- suponen un «atractivo» para la ciudadanía local y visitante.