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Bloques de viviendas en Alicante. SHOOTORI
La vivienda, la propiedad privada cuestionada
Tribuna

La vivienda, la propiedad privada cuestionada

Es una necesidad de primer orden, todo el mundo necesita su rincón privado para ser él mismo

Antonio Manresa

Alicante

Miércoles, 23 de octubre 2024, 12:16

La vivienda se ha convertido en un tema de debate político desde hace unos años (2003), no siempre lo fue y menos en el sentido que se quiere debatir, la propiedad privada. ¡Sí! Desde mi punto de vista lo que se está debatiendo es si la propiedad privada es buena y si se puede sustituir por el colectivismo; el cooperativismo ya sabemos que no funcionó. Recordemos aquellas cooperativas que surgían y las de algún que otro sindicato (UGT) que no tuvieron el recorrido deseado y frustró a los cooperativistas primero y luego al resto.

La vivienda es una necesidad de primer orden, todo el mundo necesita su rincón privado para ser el mismo. Es donde cada uno de nosotros se siente seguro, a sus anchas y realiza su visión de las cosas conforme a sus pensamientos. Un hogar grande, pequeño o mediano es a lo que aspiramos cada uno de nosotros. En España, nuestra Constitución reconoce ese derecho, artículo 47, tenemos derecho a una vivienda digna y adecuada.

Vivimos en un sistema capitalista que reconoce que la propiedad privada sobre los medios de producción es muy importante. Marx y Engels dijeron que la propiedad privada no llegaba para las nueve partes de sus integrantes. Hay que contextualizar esta afirmación, en la época que vivió Karl Marx (clase burguesa) 1818-1883 la propiedad privada existía, pero estaba concentrada en manos de unos pocos, la burguesía. Por lo tanto, la época actual nada tiene que ver con la de Marx, ni políticamente hablando, ni en el desarrollo de la propia sociedad. Los herederos ideológicos de Karl Marx siguen viviendo en permanente contradicción entre su pensamiento y su manera de actuar en el ámbito personal.

Tenemos un problema de vivienda, que no por la promoción privada, porque la parte pública, esa que debe garantizar la igualdad a todos como la igualdad de oportunidad para conseguir una vivienda, no está haciendo su trabajo. En ese señalamiento a los culpables, siempre se habla de los dos grandes partidos PP y PSOE, pero también de aquellos partidos que son casi hegemónicos en sus autonomías. Véase partidos vascos, catalanes o regionalistas, es decir, la culpabilidad está repartida.

La demanda es cierta y los gobiernos autonómicos deben remangarse, aportar financiación y atender este requerimiento, rasgarse menos las vestiduras porque los derechos hay que cuidarlos. En este sentido el PP se ha puesto manos a la obra a través de sus gobiernos autonómicos. Los poderes públicos deben proporcionar la llegada a la vivienda, sea de alquiler o como propiedad, las constructoras deberán participar en las licitaciones para la construcción y la entrega de viviendas deberá hacerlo la administración garantizando el mismo trato a todo ciudadano que demande una vivienda y que cumpla los requisitos, según cada caso. Tener una vivienda es importante, una vivienda digna y adecuada, donde pueda vivir una persona sola o una familia.

La ley de la vivienda, Ley 12/2023, de 24 de mayo, por el derecho a la vivienda tan discutida y discutible tiene un artículo al cual se le da poca o nula publicidad y creo que es importante y pone en cierta manera los puntos sobre las íes. El artículo 9 de esta Ley expresa «Deberes del ciudadano en relación con la vivienda». Dividido en cinco puntos, el primero y el tercero nos quitarían a muchos dolores de cabeza y, sobre todo, miedos.

Miedos comprensibles que tienen los propietarios cuando quieren alquilar. Resulta cada día más difícil encontrar un alquiler asequible. Lo escuchas en los medios y es así. ¿Por qué? Desde mi punto de vista tiene que ver con la seguridad jurídica que debe sentir el propietario. El poseedor de una vivienda se ve cada día más atacado en su tenencia, no solo por la ocupación sino por la legislación más favorable para el inquilino y ocupa, pero menos para el propietario, el cual, ahora mismo, parece 'el diablo'.

Si yo fuese propietario, mi vivienda, la cual he adquirido con mi esfuerzo y con ella puedo hacer lo que crea conveniente, no la pondría en alquiler como vivienda habitual, nunca, de momento. Pondría mi vivienda en alquiler de temporada o como apartamento turístico. La razón es bien sencilla, como alquiler temporal, la recupero de inmediato, como apartamento turístico lo recupero de inmediato y además el rendimiento económico es mayor.

Ponerla en alquiler, tal como lo entendemos, es decir, vivienda habitual, es casi jugar a la lotería, que te toque un buen inquilino, cumplidor con todas sus obligaciones o que te toque el caradura de siempre y veas comprometida tu propiedad porque hay legislación que favorece al caradura. Esto es evidente, la legislación actual está creando problemas a los pequeños propietarios más que a los grandes tenedores de vivienda.

Usted podrá decir, ¡hombre!, no todos son caraduras ni todos se van a aprovechar del pequeño propietario, estoy de acuerdo, pero ves y oyes a diario cómo propietarios no recuperan su vivienda en un plazo corto de tiempo, además del lucro cesante, que no deberían soportar ya que muchas veces es una ayuda para tener una mejor calidad de vida, se lo han ganado con su esfuerzo. La seguridad jurídica para el propietario es un bien preciado, para el inquilino también, el inquilino debe saber que si cumple nadie lo puede mover, si cumple con todas las obligaciones con la finca y el propietario.

Si tuviese problemas, que nadie estamos exento de ellos, la administración debería salir al rescate del administrado, no el propietario, no debe sufrir la inoperancia de la administración. La seguridad jurídica en este caso ayudaría a abaratar los precios de los alquileres y no optaría por otros tipos de alquiler más seguros, jurídicamente hablando, y más beneficiosos económicamente.

Hay por ahí alguien que habla de huelga de inquilinos, de expropiar, de aumentar impuestos a propietarios, etc. Habla de todo aquello que vimos en el nacimiento de la antigua Unión Soviética, de pisos compartidos, de nula propiedad privada, de privilegios en nombre de un falso igualitarismo, de un comunismo que hacía tiempo que creía que había desaparecido, primero con la 'perestroika' y luego, con la caída del muro de Berlín, pero que con este Gobierno cada día tiene más cancha. Decir que hay miembros del Gobierno que parece que no lleven seis años, es decir la verdad, decir que algunos tiene escrito en la frente el manifiesto comunista, es decir verdad y también decir que el Gobierno que tenemos en estos momentos tiene la capacidad limitada a su supervivencia lo vemos a diario, solo para seguir un día más en la Moncloa.

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