«Después del verano, Altea va a retroceder 40 años»
Los hosteleros de la Villa Blanca alertan de las nefastas consecuencias de algunas decisiones del gobierno local
La pasada Semana Santa se cerró con un espectacular lleno técnico en la planta hotelera de Altea, que fue el destino turístico que mejor se comportó en toda la Comunitat Valenciana. Un éxito del que se pudieron aprovechar no sólo los empresarios del ámbito alojativo, sino también los responsables de los negocios hosteleros que, durante décadas, han convertido a la Villa Blanca en una referencia de la gastronomía del litoral mediterráneo.
Sin embargo, las buenas cifras recogidas en este primer periodo vacacional del año, no han convencido por completo a los empresarios hosteleros que, reunidos en la nueva Asociación de Hosteleros y Empresarios de Altea (Ahea), alertan de que la bonanza de las temporadas altas puede no ser suficiente como para sobrevivir a las épocas de menor afluencia de visitantes.
Nueva asociación hostelera
Desaparecida Hospal, la asociación que hasta el pasado año 2022 aglutinó a parte (siempre hubo claras divisiones y sonoras ausencias en ese colectivo) a la hostelería alteana, Ahea surgió como su remplazo «en noviembre del año pasado», tal y como explica a Todo Alicante su presidente, Juan Abril.
El propio hostelero formó parte durante un tiempo de Hospal donde, recuerda, «hacíamos lo que podíamos, pero vimos conveniente hacer una nueva asociación que estuviese limpia y no tuviese problemas y nos sirviese para hacer lo que estamos haciendo ahora, que es trabajar fuerte y conseguir cosas que antes no se podían conseguir».
De hecho, la Villa Blanca acogerá, del 20 al 24 de abril, las jornadas de Los Arroces de Altea, con la participación de 14 restaurantes que ofrecerán una amplia variedad de opciones para que los comensales puedan degustar este importante plato en sus diversas formas: melosos, paellas, amb fesol, arroz negro, al horno… y así, un largo etcétera.
Esas jornadas organizadas por Ahea «va a ser el primer evento que se va a hacer en Altea. Así, ya se puede comprobar que, efectivamente, hay interés y trabajo por nuestra parte», subraya Juan Abril.
La unión hace la fuerza
Uno de los grandes problemas que siempre tuvo Hospal fue la división interna que existía entre sus miembros, muchas veces causados por los diferentes intereses que en temas muy concretos podían tener los negocios de las distintas zonas de la Villa Blanca.
Ese es un error que, explica Juan Abril, han tenido muy en cuenta a la hora de crear Ahea. «No resulta un problema porque a la hora de conformar la Junta Directiva yo tuve muy en cuenta nombrar a personas de todas las zonas del pueblo. Así, tenemos a empresarios de Altea La Vella, de Campomanes, del casco antiguo, del centro, del frente litoral… De esa manera, lo que se consigue es conocer los problemas específicos de cada una de esta zona», asegura.
Retroceso turístico
Preguntado por las principales demandas que han puesto ya sobre la mesa desde su nacimiento los miembros de la nueva asociación de empresarios y hosteleros de Altea, Juan Abril se muestra categórico: «tenemos una reivindicación principal: que nos dejen trabajar. Lo único que queremos es que nos dejen trabajar. Por desgracia, no está siendo así».
Juan Abril considera que, con sus decisiones, los responsables del gobierno local, «no nos están dejando trabajar» y apunta directamente a la tan criticada decisión de no permitir instalar terrazas y retranqueos en el nuevo frente litoral.
Por ello, el presidente de Ahea reconoce que «a partir de ahora, vamos a poder trabajar porque es verano y se puede estar en cualquier sitio», pero alerta de que «Altea va a retroceder 40 años a partir de octubre o noviembre, cuando empiece a refrescar y vayas al paseo marítimo de Altea y te encuentres que está cerrado».
Cambiar el gobierno local
Juan Abril sigue defendiendo que la propia esencia de Altea es la que convierte en tan importantes esos retranqueos. El presidente de Ahea explica que «hace pocos días le trataba de explicar al concejal que Altea es diferente. Tú vas a Benidorm y tienes terrazas espectaculares y, a la vez, tienes salones también espectaculares en el interior. Altea es un pueblo marinero y los restaurantes se han ubicado en esas casas marineras de 20 o 40 metros cuadrados, pero que en casi ningún caso pasaban de eso».
Al convertir esas viviendas en restaurantes, «lo que sucede ahora es que necesitas montar una cocina y, para ello, necesitas una cantidad de metros para poder trabajar y la gente va a la terraza y eso es de lo que nos están privando».
Y aunque desde Ahea seguirán haciendo presión por conseguir un cambio de mentalidad en los responsables municipales, Juan Abril sabe que la primera gran oportunidad de revertir la situación está cerca. «Pensando en el 28 de mayo sólo nos queda una: las urnas y votar en consecuencia. Ser conscientes de lo que tenemos y lo que podemos tener. Si votamos lo que tenemos, tendremos más de lo mismo: los mismos problemas y, posiblemente, agravados porque tendrán más fuerza», sentencia.
