El Castell de l'Olla de Altea cambia de pirotécnico
La gran cita de la pólvora del segundo sábado de agosto iniciará este 2023 una nueva etapa sin Ricardo Caballer en la mecha
El segundo sábado del mes de agosto la noche alteana se ilumina con los cerca de 1.500 kilos de pólvora que desde hace 36 años dispara al cielo la Cofradía del Castell de l'Olla, un evento ya internacional, pero que hunde sus orígenes en unas fiestas de barrio, las de San Lorenzo, y que inició su andadura, literalmente, con el material sobrante que Blas Aznar, un pirotécnico que vivía en ese barrio, iba reuniendo en los espectáculos que disparaba a lo largo del año y con el que amenizaba esa noche a sus vecinos.
Desde aquellos remotos orígenes hasta la actualidad, cuando el Castell de l'Olla se ha convertido en uno de los grandes reclamos festeros y culturales del verano de la Comunitat Valenciana, han pasado muchas cosas y muchas personas. Quizás, una de las más importantes fue José Ángel Navarro, Pepe 'Barranquí', que murió en febrero de 2022 sólo unos meses antes de poder ver el regreso de su Castell de l'Olla tras dos años de parón por la pandemia.
'Barranquí' ya no está, pero su testigo está asegurado gracias a la pasión y el trabajo del actual presidente de la Cofradía, José Pérez 'Picarraco', y todo su equipo. Una hermandad que, como explica el propio 'Picarraco', se está renovando ya con la llegada de nuevos cofrades jóvenes que harán que «el Castell dure para siempre».
Relevo generacional
Precisamente fue el histórico pirotécnico Ricardo Caballer el que el pasado mes de agosto, sólo unos minutos después de disparar el que fue su último Castell de l'Olla, hizo un llamamiento para que las nuevas generaciones se arremangaran y arrimaran el hombro con los actuales miembros de la Cofradía para asegurar el futuro de esa fiesta tan particular.
El actual presidente de la Cofradía del Castell de l'Olla explica ahora, cuando quedan poco más de cuatro meses para una nueva noche mágica en Altea, que «habíamos comentado con Caballer que nos estamos haciendo mayores. Antes, en un salto nos poníamos encima de la barcaza y la arrastrábamos y, aunque todavía seguimos ahí, es necesario que venga gente detrás con su apoyo y ayuda».
Ese llamamiento del histórico maestro de la pólvora dio sus frutos y, como ha confirmado 'Picarraco', este último año se ha producido una importante llegada de nuevos y entusiastas miembros a la cofradía. José Pérez explica que «los nuevos cofrades que han entrado ahora siempre han estado apoyándonos y ahora ha llegado el momento en el que nos hemos dicho que da lo mismo ser 12 que 15 o 30».
Todo, porque así «hemos podido adelantar algo que yo siempre he pedido para las fiestas de mi barrio: que el Castell nunca se pare. Para eso, los jóvenes se tienen que implicar, claro está».
Una nueva etapa
Ese relevo generacional no sólo ha comenzado ya a fraguarse en el seno de la Cofradía del Castell de l'Olla, sino que el de este año, que será el trigésimo quinto lanzamiento de la historia, será el primero que no dispare Ricardo Caballer, que pidió el pasado año poner punto y final a una etapa gloriosa para dejar paso a nuevos especialistas.
Así, José Pérez 'Picarraco', ha desvelado ahora que «con Ricardo Caballer era una garantía de tener una empresa puntera porque es uno de los mejores pirotécnicos no sólo de España, sino del mundo. Ahora, nos toca elegir a su sucesor, algo que tendremos que hacer, como mucho, antes de que acabe el mes de abril porque, de lo contrario, no habrá tiempo».
El presidente de la Cofradía del Castell de l'Olla reconoce que «no es una decisión fácil de tomar porque no hay muchas pirotécnicas que puedan hacer ese castillo, pero tenemos ofertas. La verdad es que han venido varias a visitarnos y ya hemos estado en contacto con ellos».
Los 'pavos reales', innegociables
El que se dispare el segundo sábado de agosto de 2023 será, por lo tanto, el primer Castell de l'Olla de una nueva era en la que los cofrades darán libertad al pirotécnico elegido para que desarrolle su propia propuesta, aunque hay algunos puntos que son, como reconoce 'Picarraco', «innegociables», y uno de ellos son los conocidos como 'pavos reales', unos disparos que son la marca de la casa del Castell alteano.
«Siempre hay que estar abierto a cosas nuevas, porque en el fuego hay diferentes colores y cruces. Y esa es, precisamente, la maravilla del Castell de l'Olla, esa pantalla de 500 metros lineales que nos permite que los cruces vayan de una plataforma a otra con cien metros de diferencia», explica el presidente de la cofradía.
La otra línea roja innegociable es que «exigimos una duración de entre 20 y 22 minutos. Pensamos que menos tiempo sería un castillo muy corto y más… pues nos cansaríamos de tanto tener la cabeza mirando hacia arriba» (ríe).
Del barrio a todo el mundo
Cuando José Pérez 'Picarraco' habla del Castell de l'Olla desliza en muchas ocasiones que es una fiesta del barrio, como cuando nació, pero el actual presidente de la Cofradía es muy consciente de la importancia y relevancia que este espectáculo pirotécnico tiene para el verano de toda la región.
Así, asegura que «yo siempre hablo del barrio porque el Castell se dispara con motivo de las fiestas de San Lorenzo, que es el patrón de allí; pero, efectivamente, el Castell de l'Olla es de Altea, de la provincia de Alicante, de la Comunitat Valenciana, de España… y creo que internacional».
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.