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Entre las cinco tradiciones de Santa Faz que todo peregrino debe cumplir se encuentra llegar hasta el Caserío ataviado de la manera tradicional, con blusón negro y 'mocaor' o pañuelo al cuello. Esto es la vestimenta obligada, a la que hay que añadir la caña con un planta romero al final y que sirve como báculo o apoyo para el caminante.
Estas cañas forman parte del paisaje de toda Peregrina que se precie, y en esta histórica Santa Faz de 2025 no podían faltar. El Ayuntamiento de Alicante reparte 15.000 cañas entre la concatedral de San Nicolás y la Casa Consistorial para que los participantes puedan hacer ya el camino con su caña.
Ahora bien, tras recorrer los siete kilómetros que separa el centro de Alicante con el monasterio de Santa Faz, ¿qué hacemos con las cañas? Pues este año, la Concejalía de Medio Ambiente y Netial, la empresa concesionaria del servicio municipal de limpieza, ha instalado un camión para que todos los peregrinos pudieran depositar sus cañas y darles una segunda vida.
De esta forma, las cañas de la Santa Faz se transformarán en compost para el cultivo tradicional de huertas en la Granja de Masphael en Bacarot y el Banco de Semillas, según han informado fuentes municipales.
Las cañas se trituran en un proceso de comprensión que recibe el nombre de 'mulching'. Consiste en triturar creando un mantillo, es decir, una capa en la parte superior del suelo formada por la descomposición de materias orgánicas.
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Este mantillo enriquece la tierra y proporciona diversas ventajas, como el ahorro de agua, ya que los restos de caña crean una capa acolchada que retiene la humedad. Se logra además una mejora estructural de los suelos al aportarles minerales y nutrientes que crean lo que se conoce como 'abono verde'.
Por otro lado, impide la aparición de malas hierbas al servir como barrera para que la germinación alcance la superficie del suelo y mejora el aspecto visual de las zonas verdes, que resultan más uniformes y estéticamente más agradables para los ciudadanos.
Estos trabajos se desarrollan con una máquina especial, conocida como biotrituradora, que permite en pocos segundos reducir esos restos de poda en la sustancia que posteriormente se usarán en las zonas verdes.
La utilización de los restos vegetales como compost orgánico es una actividad habitual para el mantenimiento de los espacios naturales para fomentar el ciclo 'verde' de la naturaleza. Así, se utilizan los restos de poda de ejemplares como moreras o palmeras, se trituran y se incorporan de nuevo al suelo, evitando empobrecimientos y manteniendo así sus nutrientes.
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