Carta al alcalde de Alicante del sector del ocio nocturno y la restauración

Estimado señor alcalde de Alicante, aprovecho la ocasión para recordarle que el sector del ocio nocturno y la restauración de Alicante también es parte del sector turístico. Y no negamos que Alicante sea algo más que turismo, pero sin duda sería mucho menos con una cartera turística menor, con menos oferta, más raquítica y menos puntera. Por ello, le pedimos que nos atienda, que nos comprenda y que no se precipite con medidas apresuradas sin consenso ni diálogo. Lo que le pedimos es poder analizar con todos los agentes implicados y afectados las medidas a través de la Zona Acústica Satura (ZAS) que pretende imponer de la noche a la mañana.

Le recordamos que la ciudad de Alicante se encuentra entre los destinos más importantes de todo el Mediterráneo, tanto para los mercados nacionales como internacionales. Nuestra ciudad sigue en la senda de crear una enorme oferta turística en la que suma su posición geográfica, su clima, sus playas, su gastronomía, sus recursos culturales, añade su puerto como destino de cruceros, y toda una gama de servicios que conforman el atractivo que hace que esta ciudad esté en las preferencias de miles de turistas de todo el mundo y durante todo el año. En toda esta oferta, nosotros también somos turismo: el ocio nocturno y la restauración.

En estos momentos, el sector turístico está sufriendo en varios frentes lo que se denomina 'turismofobia', una reacción que puede poner en peligro el pan y la comida de muchas familias de nuestra ciudad y de nuestra provincia. Hago referencia a la campaña de la Conselleria de Turismo, 'Yo también soy turista'. Pues eso, si el turismo lo hacemos todos, no podemos criminalizar las actividades legales, regladas, reguladas y que cumplen la normativa como está ocurriendo contra los establecimientos de ocio nocturno y restauración de la zona centro de Alicante. Un ZAS sin negociar, sin pactar, sin avisar y sin medir no supone ninguna solución al problema de los ruidos en los centros de las ciudades. Pero sí pone en peligro un atractivo turístico y 2.000 puestos de trabajo en nuestra ciudad y nos señala injustamente como culpables exclusivos.

Desde ALROA, como desde otras entidades hermanas y colaboradoras del sector, no negamos que exista una cuestión que solventar. Pero sí nos negamos a asumir la totalidad del problema del ruido. Nosotros no lo generamos, son múltiples las causas. Acusarnos a nosotros de todo mal, no solo será inútil, no atajará el problema y supondrá una manera de engañar a la ciudadanía.

Los ruidos tienen que ver con el consumo de alcohol no controlado ni regulado en la vía pública, a través de los botellones; a la proliferación de fiestas ilegales en viviendas; a la falta de una normativa cívica que permite comportamientos que en otras ciudades sí se han atajado y a una falta de agentes de Policía en número y dotación suficiente para atender la necesidad de respeto que los vecinos y vecinas de Alicante merecen. Los del centro y los del resto de la ciudad. Acotar con un ZAS unas calles determinadas – cuando todos estos negocios tienen permisos y autorizaciones concedidas – es una sentencia de muerte para nuestras empresas y una forma de extender en el tiempo el problema sin solución real ninguna. Y una manera de trasladar parte del problema de un sitio a otro, sin solucionar nada.

El Ayuntamiento de Alicante debe preocuparse del ruido en las calles. Le aseguro que también nosotros lo hacemos y podemos ser aliados en este empeño, nadie más que nosotros tienen tanto interés en ello.

La mejor opción sería poder sentarse, negociar, pactar, hablar de las causas y las consecuencias, atender todas las aristas de este fenómeno, comprobar la eficiencia de las medidas, ceder unos y ceder otros, y buscar de verdad soluciones reales. El sector del ocio y la restauración de Alicante está abierto a hablar, a entender las razones de todas la partes implicadas y –por supuesto– a que alguien también entiendan las nuestras. En realidad, seguimos confiando en su capacidad de diálogo. De diálogo real. La ciudad lo necesita, y nuestro sector también. Y el turismo de Alicante, más que nadie. Nosotros somos turismo, y sin turismo, es posible que Alicante sea un poco menos Alicante. De verdad, esperamos su sincera respuesta y su clara voluntad.

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