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La ingeniera química Blanca Calderón Roca ha recibido el premio nacional a 'Mejor Patente de inventora joven' por la creación de un sistema para conseguir nanopartículas de hierro a partir del residuo de la producción de aceite de oliva. Un sistema que ha surgido a partir de la tesis doctoral de Calderón -que ha estado dirigida por el catedrático en Ingeniería Química en la Universidad de Alicante (UA), Andrés Fullana, quien es coinventor- y que está patentado por la UA.
La inventora, de 37 años de edad, ha recibido este 14 de junio el galardón en la segunda edición de los Premios a la Mejor Invención Protegida por Propiedad Industrial que otorga la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). Un reconocimiento que ha sorprendido y alegrado a los inventores. «Estamos los dos súper contentos, no nos lo esperábamos», ha afirmado Calderón a este diario.
Y es que, tal como ha reconocido, «cuando una es joven y decide ponerse a investigar» no sabe con qué se va a encontrar. Durante su camino se ha topado con una serie de dudas, como no tener claro si sus investigaciones «iban a servir para algo». Pero sí lo han hecho, ya que el descubrimiento que surgió en una tesis doctoral se ha convertido en una patente y en un modelo de negocio que no sólo se sube al carro de la economía circular y el cuidado del medioambiente sino que además «genera riqueza».
#PremiosOEPM
— OEPM (@OEPM_es) June 14, 2023
CATEGORIA MEJOR PATENTE DE INVENTOR/A JOVEN
📜FINALISTA: Sergey Kazakov Korshunova
🏅MENCIÓN: Víctor Rodríguez López. @CSIC
🏆GANADORA: Blanca Calderón Roca. @UA_Universidad
¡Enhorabuena! 👏👏👏 pic.twitter.com/240z5uY0XG
La patente ganadora del premio se denomina 'Nanopartículas para descontaminación ambiental a partir de residuos agrícolas' y ha sido seleccionada por prestigiosos expertos en el campo de la propiedad industrial entre más de 100 solicitudes de patente y modelo de utilidad nacionales concedidos por la OEPM en el año 2021.
Pero, ¿en qué consiste el sistema? Calderón y Fullana, junto con el grupo de investigación 'Ingeniería para la Economía Circular' de la Universidad de Alicante, han desarrollado un procedimiento de bajo coste que permite obtener nanopartículas de hierro recubiertas con una capa fina de grafito, con una gran pureza y sin generación de residuos, a partir de un residuo agrícola que contiene polifenoles.
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Susana Almenar
El residuo empleado en el sistema es un material carbonáceo con un elevado contenido en polifenoles: el alpechín, que es resultante del proceso de elaboración del aceite de oliva. Por tanto, se trata de un proyecto que «cumple los principios de la economía circular al 100%», tal como ha señalado Calderón. Y es que, se trata de un residuo que «no se está utilizando para nada» y que con el procedimiento se convierte en un producto de «gran valor».
La inventora ha explicado que esta tecnología puede ser aplicada en diferentes campos de la industria -como la electroquímica y las energías renovables-, así como para llevar a cabo la eliminación de agentes contaminantes en el agua, el aire y el suelo. De hecho, ya ha sido escalada a nivel industrial por la empresa Calpech, que forma parte del Parque Científico de la Universidad de Alicante.
La empresa se fundó en febrero de 2021 a partir de la patente, pero en sus orígenes se dedicaba más a la investigación y a las pruebas piloto. Sin embargo, según Blanca Calderón, desde hace aproximadamente seis meses, está fabricando el producto en una planta instalada en Extremadura y vendiéndolo en «cantidades industriales».
Y es que Calpech se encarga de producir las nanopartículas y venderlas «para aplicaciones medioambientales» a diferentes empresas. Y no se vende por kilos, sino por toneladas. Mientras tanto, el equipo investigador continúa su actividad en los laboratorios y demás instalaciones del Parque Científico de la UA.
Además, el proyecto recibió uno de los premios Impulsa de la UA y en la actualidad todavía cuenta con financiación de la Ayuda Pública para Empresas de Base Tecnológica (Neotec) que ofrece el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de España (CDTI) -dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación-.
La UA apuesta por la transferencia de tecnología innovadora como una de sus actividades prioritarias. Una tarea que lleva a cabo el Vicerrectorado de Transferencia Innovación y Divulgación Científica, a cuyo frente está María Jesús Pastor Llorca, y para el que se dispone de un Servicio de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI). El servicio lo forman diferentes expertos y técnicos y está dirigido por Víctor Pérez Lozano.
Lozano, quien lleva más de cinco años a cargo del OTRI, ha señalado que «una de las líneas prioritarias del vicerrectorado es la protección del conocimiento». Un factor que considera de vital importancia ya que «el conocimiento protegido, por ejemplo, por patente o modelo de utilidad, puede ser ofrecido a nuestro entorno socioeconómico con exclusividad o monopolio en su explotación, haciéndolo más atractivo para las empresas».
El director de la OTRI ha explicado también que la UA solicita cada vez más patentes y otras modalidades de Propiedad Industrial e Intelectual. De hecho, ha asegurado que alcanza una media de casi 20 patentes por año y que se solicita protección internacional -vía PCT- en el 80% de los casos. Además, en los últimos 5 años, las solicitudes ante la Oficina Europea y la Oficina Americana se han duplicado, de acuerdo con los datos compartidos por la institución, y las vías de Propiedad Industrial que fundamentalmente utiliza la universidad se desarrollan en diferentes ámbitos.
Por una parte están las patentes, que son invenciones técnicas con los requisitos de novedad, actividad inventiva y aplicación industrial; y por otro lado los modelos de utilidad, que tienen requisitos similares, pero de menor grado. Además, según la propia UA, la institución es una de las universidades pioneras en protección vía Secreto Empresarial -para aquel conocimiento cuya protección por patente no fuese posible o poco recomendable-.
Estos resultados de la investigación protegidos pueden ser transferidos a las empresas de distintas maneras, como en forma de investigación colaborativa o de licencia. «Ese esfuerzo en la protección del conocimiento está dando sus frutos a la hora de licenciar el conocimiento a nuestro entorno socioeconómico», ha defendido Víctor Pérez. En este sentido, el director de la OTRI ha asegurado que, a fecha de diciembre de 2022, se ha alcanzado «una cifra cercana a los 40 contratos de licencia en vigor».
Las patentes o modelos de utilidad que los científicos desarrollan en la Universidad de Alicante pertenecen a la institución académica, aunque la UA les reconoce un alto porcentaje de participación en los derechos económicos que se obtengan por conceder las correspondientes licencias a empresas. En el caso de Blanca Calderón y Andrés Fullana, la empresa derivada de la patente tiene los derechos únicos de fabricación y venta del producto.
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