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Los costes de la energía y de las materias primas, la incertidumbre social y económica o la bajada de la demanda. Estos son algunos de los principales causantes de que casi el 65% de las empresas planee aumentar los precios de sus productos a lo largo del 2023.
Así lo expone el informe sobre la evolución de la actividad industrial elaborado por la Cámara de Comercio de Alicante. Entre las razones que más preocupan a las compañías españolas se encuentra el aumento sostenido de los inputs energéticos. Cerca del 80% asegura que les impacta negativamente.
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También crece la preocupación respecto a la bajada de la demanda de los productos y la escasez de mano de obra, que influyen negativamente en las percepciones futuras de las empresas.
En la última encuesta del Banco de España, las compañías nacionales indicaban que la presión sobre los precios de venta se había aliviado en parte gracias a la reducción de las tensiones inflacionistas.
La realidad que se vive en Ucrania no es ajena a las empresas nacionales. El conflicto armado entre rusos y ucranianos sigue preocupando a las compañías, que ven cómo los precios siguen escalando.
El 80% de las encuestadas por el Banco de España aseguran que el mayor impacto negativo viene dado por el sobrecoste energético y el precio de estas materias, mientras que el 50% remarcan que el corte de suministro de gas ruso les afecta negativamente.
La bajada de las materias primas y de la oferta está también repercutiendo en más del 45% de sociedades nacionales, al mismo tiempo que el 30% se preocupa por cómo la demanda está bajando debido a la guerra en el país de Europa del Este.
Se espera que durante el primer trimestre de 2023 el precio tanto de las materias primas como de los productos se mantenga similar al de los anteriores tres meses, cuando los costes eran más del doble que el precio final de los beneficios.
Poniendo el foco sobre las empresas manufactureras de España, su índice productivo ha aumentado por segundo mes consecutivo, aunque se mantiene en zona contractiva desde el pasado julio debido a la elevada inflación y a la incertidumbre económica generalizada.
Por cuarto mes consecutivo el sector ve cómo los niveles de producción vuelven a caer, así como los nuevos pedidos, que aunque en menor medida, siguen en descenso. Una situación que ha afectado directamente a la creación de empleo, que ha visto caer su ritmo, a pesar de estabilizarse en general.
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