El campo alicantino toma las carreteras para defender su supervivencia
Las organizaciones agrarias sacan a las calles sus tractores en una jornada reivindicativa que pretende bloquear la provincia
Los agricultores tomarán las carreteras de la provincia de Alicante en una movilización masiva de las principales asociaciones agrarias (Asaja Alicante, AVA, Coag, La Unió) para una jornada que pretende ser «histórica», anima el presidente de Asaja, José Vicente Andreu. Una convocatoria que continúa las protestas iniciadas de manera espontánea hace días y que las organizaciones han retrasado para cumplir los trámites legales.
Los ánimos, sin embargo, están muy alterados. No es solo ya el hartazgo que la actual situación del sector provoca en los agricultores. El auto del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) prohibiendo que las protestas llegaran a las autovías ha terminado de calentar el ambiente. Desde Asaja han llamado a la desobediencia de una orden que consideran «arbitraria» y han pedido la dimisión del subdelegado del Gobierno en Alicante, Juan Antonio Nieves.
Por tanto, continuarán las movilizaciones previstas por la organización. Tres columnas de tractores intentarán bloquear las principales vías de comunicación de la provincia. Los vehículos agrícolas partirán desde San Isidro, Villena y Planes a partir de las 11 horas, paralizando de manera simultánea la A-7 y la A-31. Otra movilización aparte hará lo propio hacia Elche. Esta última no forma parte de la convocatoria oficial.
La orden judicial obliga a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a intervenir para hacerla cumplir, por lo que una jornada que se preveía numerosa, pero pacífica, amenaza con ser bastante tensa.
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El hartazgo de los agricultores ya viene de lejos y han esperado mucho para hacerlo patente. Las movilizaciones de las últimas semanas han sido el preámbulo de la generalizada prevista para este viernes. Y es que el campo alicantino se muere. Uno de los sectores tan tradicionales como importantes de la provincia va camino directo a la desaparición.
La industria hortofrutícola es bandera, enseña y símbolo de Alicante, del sur al norte. Comarcas enteras como la Vega Baja viven de sus cultivos y exportaciones de su huerta; el Vinalopó planta melones sin olvidar su producto estrella: la uva embolsada; las cerezas de la Montaña de Alicante; los espárragos de Villena; sus olivares en Alcoi... La tierra que producía riqueza y empleo ahora causa dolor y desasosiego.
Los bajos precios en origen, la competencia de terceros países y una excesiva burocratización desde Bruselas con políticas medioambientales cada vez más exigentes han puesto al sector camino del desfiladero. Los agricultores luchan por sacar adelante sus producciones con márgenes mínimos, poca agua y mucho esfuerzo. Tanto, que nadie quiere coger sus trabajos. El relevo generacional está perdido porque nadie quiere entrar a cultivar las tierras.
Y, así, en toda España. Y, como en España, en Europa. Los campesinos franceses, tan combativos ellos, abrieron la espita del conflicto. Plantaron sus tractores en París y bloquearon el país durante una semana. Fue la chispa que encendió una rebelión que se ha extendido a España, donde desde hace un mes hay diversos cortes de carreteras y protestas generalizadas.
Han sido convocatorias espontáneas, a través de redes sociales y canales de comunicación. Las organizaciones agrarias, sin embargo, han preferido esperar y será este viernes 16 de febrero cuando se hagan notar con toda su fuerza en la provincia de Alicante.
