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¿Por qué el escudo de Alicante tiene cuatro letras? Para unos significan 'Akra Leuka Lucentum Alicante', mientras para otros es 'Alicante Lucentum Lucentum Alicante'. La denominación Laqant, también está presente en algún que otro pensamiento. Estas son las civilizaciones que anteceden a la ciudad actual, todas ellas con punto de conexión en el Tossal de Manises.
La luz también conecta los conceptos y nomenclaturas. Aquellos antiguos marineros que surcaban las aguas de la antigua Alicante -ya fuera desde Tabarca y Santa Pola, o desde la antigua Allon por el Cabo de las Huertas- veían «zonas luminosas» sobre la tierra que se introducía en el mar, la cual corresponde a las actuales playa de la Albufereta y Almadraba, del Postiguet y los barrios de Benalúa y Babel.
Sobre ello, habla la nueva exposición del Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ), 'Ákra Leuké, Lucentum, Laqant. Ciudades de luz. Alicante antigua'. El organismo dependiente de la Diputación de Alicante pone en valor el pasado alicantino, desde sus orígenes hace más de 2.000 años.
La muestra se ha inaugurado este viernes y permanecerá al alcance de alicantinos y visitantes hasta el 18 de mayo. En ella se explican los orígenes y civilizaciones que han pasado por 'la millor terreta del món', así como su expansión y el trabajo que ha desarrollado la institución provincial para poner en valor todo este legado desde la segunda mitad del siglo XX.
Estas tres premisas se resumen en un vídeo-documental que da la bienvenida a los visitantes al MARQ en su espacio 'Olas sobre el mar'. La concienciación sobre el patrimonio y las labores arqueológicas ofrecen una primera toma de contacto con el pasado de la ciudad, que se complementa con una primera muestra de textos y manuscritos de importantes pensadores e ilustres figuras que hablan, desde el siglo XVIII, de los vestigios que contiene el Tossal de Manises.
Entre ellos crónicas de la época, textos del Conde de Lumiares y, también, de Figueras Pacheco. Muchos de ellos son «inéditos» y nunca antes se han expuesto al público. La Fundación Mediterráneo es una de las instituciones que ha cedido este legado para complementar una exposición única en el museo. Así, se muestra cómo más allá de los últimos 30 años ya se hablaba en el entorno de la sociedad alicantina sobre la existencia de Lucentum en la Albufereta y la expansión romana a Benalúa.
Esta exposición, 'Ciudades de luz', también es la más grande en superficie que ha acogido el museo hasta día de hoy. Además de este espacio, las más de 661 piezas que forman la colección -procedentes de distintos museos e instituciones- se reparten en el pasillo que conecta las tres salas temporales y, además, se suma la biblioteca del MARQ, como zona donde se narra 'El rescate desde el olvido'. Es ahí donde la Diputación de Alicante toma protagonismo la mostrar su lucha por recuperar esta historia, con la puesta en valor del yacimiento alicantino desde hace más de 30 años.
Se trata de una muestra de producción propia, que tiene como principales implicados al director del MARQ, Manuel Olcina, junto a sus comisarios: el director del Área de Arquitectura de la Diputación, Rafael Pérez, y los técnicos de Excavaciones de la Fundación C.V. MARQ, Antonio Guilabert y Eva Tendero.
Primera sala
La primera parte del pasillo que conecta las salas temporales del MARQ introduce al espectador en el contexto de la exposición y del origen de Alicante. «Habla de lo que ha ocurrido en el lugar», explica el director del museo, Manuel Olcina. Para ello, la muestra 'Ciudades de luz' se remonta hacia la antigua Contestania Ibérica, con lo que arranca el discurso a través de materiales de la época hallados en la Albufereta.
Al acceder a la primera de las salas, sorprende la reproducción digital de una birreme, un tipo de galera empleada para la guerra; así como la influencia del mundo púnico. Todos estos elementos previos a Cartago «aparecieron en la Albufereta», restos esparcidos en el Tossal de Manises donde se asentó Ákra Leuké, la primera civilización. Un mapa con relieves ofrece una panorámica de la zona.
Fue en entre los años 235 y 231 a.C. cuando se fundó esta primera ciudad. Prueba de ellos son las distintas monedas -procedentes de museos como el MAN- las que corroboran las fechas, pues en ellas se muestra un «periodo de esplendor» al reproducir los rostros de importantes personalidades en las caras de las divisas. «Son ejemplares únicos en el mundo», que se dan cita en esta exposición del MARQ en Alicante.
La cultura de esta civilización «la distingue del mundo ibérico». Las distintas excavaciones en Lucentum han dejado ver que las importaciones existían en aquella época. Son múltiples vasijas y otros elementos los que aparecen según se adentra el espectador a la sala, con productos procedentes del norte de África, Ibiza y el sur de Italia.
Esta sociedad, Ákra Leuké, resultó efímera debido a la devastación de la guerra, la cual arrasó allá por el año 209 a.C. El Tossal de Manises sufrió un «asedio a sangre y fuego», explica también Antonio Guilabert, otro de los comisarios de la exposición. De hecho, fue en la campaña de excavaciones de 2015 cuando se hallaron restos de cuerpos calcinados en la zona.
Este episodio bélico se reproduce antes de acceder al ábside de esta primera sala, donde se muestra un planto fuerte: la tumba de un guerrero hallada en la Albufereta, junto a inscripciones.
Segunda sala
Tras un siglo de abandono de la antigua Ákra Leuké, las guerras civiles romanas azotaron el sureste de la península. Este hilo conductor de la historia de la Alicante antigua se exhibe en el segundo tramo del corredor del MARQ, junto a materiales militares que sorprenden al espectador. Se trata de hazadas y sierras, entre otros, que servían para crear campamentos cada día, durante sus travesías de expansión.
Asimismo, se aprecia también un cambio en la cultura de esta civilización, adoptando utensilios como cazuelas o sartenes. Eso sí, sin perder nunca su origen, matizan los comisarios de la nueva exposición del MARQ. En esta época, el Tossal de Manises se convierte en un «fortín militar sin urbanismo», dejando de lado la constitución de una ciudad ya que la zona se empleaba para «vigilar la costa».
Fue más tarde, aprovechando el 'castellum' cuando se fundió la ciudad, Lucentum. Es ahí cuando se accede a la segunda de las salas temporales del MARQ, la cual da la bienvenida con distintos paneles que reflejan las ciudades vecinas de Ilici, Cartagena o Allon. La influencia romana se aprecia en el Tossal de Manises, siglos después, debido a las actividades halladas durante las excavaciones: econónima, explotación de la agricultura y la ganadería, y entierros fuera de la ciudad.
Otros elementos de vital importancia para su comprensión también han sido hallados en sus restos, como una bomba de achique o lingotes de cobre. En esta sala se expone uno que llega a pesar hasta 60 kilos. Tras esta introducción, las nuevas tecnologías permiten recrear el pasado más antiguo de Alicante a través de 21 reproducciones de personajes creados con inteligencia artificial.
Las lápidas halladas en la antigua Lucentum han permitido poner nombre a los ancestros de los alicantinos. Estos se muestran en distintas pantallas, las cuales reproducen la vida de hace 2.000 años. Cada personaje cuenta con una procedencia y clase social distinta, para reflejar la diversidad que habitaba en el Tossal de Manises. «Había una amplia sociedad romana».
En el final de la sala, el segundo de los ábsides, se presenta la religión «doméstica y social» que estaba presente en la antigua ciudad de Lucentum. Altares y sacrificios son el legado que han dejado sus antiguos habitantes, junto a una mano de bronce para la cual los investigadores cuentan con distintas hipótesis sobre su procedencia, autoría y pertenencia.
Tercera sala
La administración romana fue clave en el desarrollo de esta civilización asentada en tierra alicantina. Así se muestra en el último tramo del corredor, donde se explican los distintos órganos que conformaban la sociedad del momento y cómo se tomaban las decisiones. Al cruzar la puerta que da acceso a la tercera sala, los visitantes quedan impactados por el impresionante techo ideado por el arquitecto Ángel Rocamora, el cual ofrece una visión sobre cómo era la ciudad de antaño.
Para su máxima comprensión, los objetos que se ubican en la completa amplitud de la sala hacen «un guiño» a las diferentes partes del yacimiento, tales como tabernas, domus y termas, entre muchas otras. «Cuando se funda la ciudad, sus habitantes se convierten, aunque mantienen sus costumbres», respecto al Imperio Romano.
Conforme los pasos avanzan bajo la villa recreada, la ciudad se va dilyendo en alusión a la entrada al Bajo Imperio. Fue ahí cuando surgió la expansión y traslado a 'Baver', actual barrio de Babel más próximo al distrito de Benalúa Sur, el cual desapareció sobre el siglo VI, «cuando los visigodos derrotaron a los bizantinos».
Un gran mapa del siglo XVI muestra los diferentes puntos de conquistas y asentamientos en el entorno municipal de la ciudad de Alicante. Bajo el plano, la exposición presenta restos visigodos hallados en la Albufereta, así como otros procedentes del yacimiento de La Alcudia en Elche. Estos reflejan la existencia de iglesias y basílicas en la antigua ciudad durante la época.
El ábside de esta sala plasma también la conversión en Laqant -mencionada en el Pacto de Teodomiro-, a través de un cementerio islámico. Es en las ruinas de la antigua ciudad romana donde se hallaron las urnas, aunque en su interior «no hay nada», comentan los comisarios de la exposición. Uno de los vasos encontrados, exhibido en el museo, fue sometido a la prueba del Carbono 14 para dictaminar sus restos y corroborar este nuevo asentamiento.
El pasillo de salida estará dedicado en exclusividad a la conformación del paisaje de la Huerta de Alicante, que perduró hasta el arranque del siglo XX, coincidiendo con un interés renovado por el poblamiento de esta zona alicantina.
Cuarta Sala
La Biblioteca del MARQ, su sala noble, se convierte en la última sala de la exposición 'Ciudades de luz'. Bajo el título 'Rescate desde el olvido' se muestran los restos de la destrucción de las antiguas ciudades que antecedieron a la actual Alicante. Son dos grandes murales los que acompañan.
El izquierdo, un recorrido por el planteamiento urbanístico de las excavaciones del Conde de Lumiares; mientras el derecho muestra las obras de recuperación del yacimiento del Tossal de Manises desde 1994 hasta 1998.
Este segundo sirve de homenaje a todos los trabajadores y trabajadoras que han mantenido y mantienen vivo el actual Lucentum, en el que parece que «accedas y esté recién inaugurado» por la excelente labor de conservación. Además, son varias mesas las que coronan la sala.
En una de ellas aparecen los restos de las ciudades destruidas, en otros la documentación empleada para la recuperación del Tossal de Manises desde el año 1984, con una moción del Pleno de la Diputación -avalada por unanimidad- para obtener la explotación del yacimiento con el fin de proceder a su puesta en valor. Cabe recordar que el Estado lo valló en 1983. También se muestran recortes de prensa con los avances en Lucentum, entre ellos del diario 'La Verdad de Alicante', del Grupo Vocento.
Al fondo de la biblioteca aparecen materiales actuales que se han empleado para reconstruir los vestigios del origen de Alicante en este enclave ubicado en el barrio de la la Albuferta, el cual da origen de la actual ciudad y cuyo recuerdo queda plasmado en su escudo: 'A L L A'. 'Ákra Leuké, Lucentum, Laqant. Ciudades de luz'.
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
Álvaro Soto | Madrid
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