La primera arquitecta de la provincia tiene espacio propio en Elche
Pilar Amorós Pérez trabajó durante 30 años en el Ayuntamiento de Elche, participó en la creación de la Universidad Miguel Hernández y la Biblioteca Municipal y fue coautora del proyecto y la construcción del Conservatorio de Música
Elche ha querido dedicar un espacio público a Pilar Amorós Pérez, la primera mujer arquitecta de la provincia de Alicante. Así, la ilicitana cuenta desde este domingo con un jardín con su nombre en su ciudad natal. La zona tiene más de 3.300 metros cuadrados con frondoso arbolado, palmeras y juegos infantiles, y está ubicada en la avenida de las Cortes Valencianas, en el noroeste del casco urbano y junto al CEIP Julio María López Orozco.
Amorós Pérez fue arquitecta jefa del Ayuntamiento de Elche durante más de 30 años, e intervino de forma directa en la transformación urbana que la localidad experimentó durante dicho periodo. Fue coautora del proyecto y la construcción del Conservatorio de Música de Elche en el Huerto de la Torre, colaboró en la creación de la Universidad Miguel Hernández (UMH).
Tuvo un papel muy destacado como impulsora del Plan General de Elche de 1982 y el Plan de Protección del Palmeral, así como en la revisión del Plan General en 1992. Además participó en la rehabilitación de la Iglesia de San José, en la construcción de la Biblioteca Municipal y en la restauración del antiguo Hospital de Caridad como Casa de la Festa.
La primera teniente de alcalde, María José Martínez, los ediles Patricia Macià, Ana Arabid y Héctor Díez, familiares, amigos y antiguos compañeros de trabajo de Pilar Amorós la han recordado este domingo en un acto inaugural. «No hay duda de que la huella de su trabajo está y estará en nuestra ciudad durante generaciones, aunque también debemos resaltar su extraordinario perfil humano», ha manifestado la teniente de alcalde, subrayando su condición de «heroína» al conciliar la crianza de cuatro hijos con su pasión y su desempeño en la institución municipal.
«Extraordinaria profesional de la arquitectura, ha contribuido a romper muchos techos de cristal en Elche», ha proseguido Martínez, «al ser una trabajadora incansable y sencilla en el trato, pese a ocupar uno de los puestos de mayor responsabilidad del Ayuntamiento». De hecho, la edil ha recordado cómo los funcionarios aún rememoran cómo se implicaba en los proyectos municipales, incluso llegando a pasar noches en vela para poder sacar a tiempo expedientes.
Un ejemplo de ello sucedió en el año 1996, cuando trabajó para la convocatoria extraordinaria de ayudas a proyectos piloto. «Es un orgullo contar entre la ciudadanía ilicitana con personas con el talante, la profesionalidad y la entrega de Pilar Amorós, pues comprometida con su ciudad, aportó lo mejor de sí misma para que Elche sea un lugar mejor para todos y para todas», ha alabado Martínez.
Ópera de Sídney y edificio de la COPE en Madrid
Según la Cátedra Pedro Ibarra de la UMH, Amorós Pérez nació en Elche el 19 de diciembre de 1940. en la calle Sagasta número nueve, en el domicilio familiar donde también nacieron sus hermanas Celia, Pilar y Alicia. La casa se hallaba en la planta superior de la oficina de Correos, pues su padre era funcionario postal.
Creció y con el tiempo ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1962, y era una de las solo siete mujeres que estudiaban allí frente a 193 hombres, ya que había doscientos alumnos. Mientras estudiaba, exhibió su talento en el estudio de su profesor Juan Daniel Fullaondo, quien la invitó a participar en su propuesta para el concurso de la Ópera de Sídney.
Finalizó sus estudios en 1968, y, ya licenciada, recibió su primer encargo profesional a través del estudio de Francisco Coello, para quien también trabajó. Así, este trabajo inicial fue el edificio de la COPE en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Posteriormente, en 1972, se instaló en la capital del Baix Vinalopó.
Una vez allí, abrió su propio despacho especializado en el diseño de inmuebles residenciales en la que ahora es la actual calle Poeta Miguel Hernández. De esta manera, Pilar Amorós se convirtió en la primera mujer arquitecta de la provincia. Un año después, el Gobierno Local la nombró arquitecta jefa del Ayuntamiento de Elche, una plaza que ganó en 1979 por oposición y en la que se mantuvo más de tres décadas.
Adelantada a su tiempo y con gran capacidad de trabajo
Su antiguo compañero de trabajo, el funcionario municipal jubilado Roberto Rodríguez, ha destacado «la enorme capacidad de trabajo que tenía, la cual dedicó a Elche en cuerpo y alma, lo puedo garantizar», para subsanar las carencias en materia de infraestructuras, centros educativos o instalaciones municipales, con falta de medios económicos, humanos y tecnológicos de la época de los setenta, ochenta y noventa. Rodríguez, que ha puesto en valor su comportamiento y actitud de en el campo laboral, ha reiterado el orgullo de que una ciudadana que «nació, vivió, y trabajó para el desarrollo de la ciudad, ahora sea esta la que le dedique un jardín».
«En nuestros viajes a casa de mis abuelos en Alemania, ella observaba y fotografiaba las calles, parques, farolas, detalles de pavimentos y los lugares más interesantes de las urbes europeas para luego llevar las imágenes al Ayuntamiento e intentar trasladar todo aquello a Elche», ha señalado su hija Eva Leyer.
«Fue una mujer con valores, de espíritu noble y de extraordinaria generosidad y con una actitud ante la vida optimista y resolutiva en el trabajo y en el hogar», ha evocado a la vez que ha reivindicado que fue una adelantada a su tiempo dada su pronta adaptación a las nuevas tecnologías. Pasó de dibujar con pluma y tinta a emplear las últimas versiones de software de diseño asistido.
«Muchas gracias, Pilar, por tu testimonio y ejemplo, que siempre estarán con nosotros», ha añadido Martínez. «Dicen que las personas desaparecen para siempre cuando se pierde su recuerdo; pero, a partir de ahora, Pilar Amorós será recordada porque ya forma parte viva de nuestra ciudad», ha expresado Leyer, agradeciendo la iniciativa al Equipo de Gobierno antes de descubrir la placa del jardín con los aplausos de los presentes en una mañana soleada de reencuentro.