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Lo que hasta el momento era una amenaza se ha convertido en realidad. La histórica sequía que sufre Alicante desde el inicio del año hidrológico el pasado mes de octubre ha alcanzado este verano un punto extremo de tal forma que han comenzado las restricciones en determinados municipios de la provincia.
El agua para consumo humano está garantizada en la Marina Baixa pese a la contumaz sequía que padece la comarca. Ese es, al menos, el mantra que repiten una y otra vez los responsables políticos.
Sin embargo, desde hace meses que se disponen de planes de emergencia para paliar la paupérrima situación de los dos embalses de la zona, con el Amadorio albergando 2,2 hectómetros cúbicos (14% de su capacidad) y el de Guadalest con 3,4 hectómetros cúbicos (26% de su capacidad).
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José Vicente Pérez Pardo
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Y las primeras restricciones serias ya han llegado. Altea ha sorprendido este miércoles con un bando de urgencia firmado por su alcalde, Diego Zaragozí, por el que se ha prohibido el uso del agua de la red domiciliaria para ciertos usos en algunas de las zonas de la Villa Blanca.
Todo, según ha explicado la edil de Infraestructuras y Ciclo Hídrico, Aurora Serrat, derivado con motivo «de la sequía que padecemos estos últimos meses y el aumento del consumo del agua en verano», lo que ha hecho «necesario tomar medidas excepcionales y preventivas para mantener el volumen de los pozos de la Sierra».
Por ello, las medidas contempladas en el bando firmado por el primer edil y explicado por Serrat «afectan a La Mallà, el Mascarat, Alhama Candela y Sierra de Altea dos».
En concreto, en todas esas áreas las prácticas que han quedado ya prohibidas son el riego de jardines, huertos, terrazas, zonas verdes y deportivas, de carácter privado o público; llenado de piscinas, estanques y fuentes, privadas o públicas y limpieza y baldeo de viales, calles, sendas y aceras, de carácter público o privado», tal y como ha confirmado la edil.
Serrat ha querido, además, hacer «un llamamiento a la responsabilidad» e incita a la población a «cumplir con las medidas dictadas».
Respecto a la Marina Baja, el presidente de la CHJ, Miguel Polo, ha señalado que el abastecimiento urbano está «garantizado« gracias a la planta desalinizadora de Mutxamel y a las plantas desalinizadoras de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.
Los mismos indicadores de escasez de agua han empeorado en otros sistemas, como en el Vinalopó-Alacantí y Serpis, que pasan a situación de alerta por escasez hídrica.
De igual forma, el presidente del Organismo ha recordado que el abastecimiento urbano es una «prioridad« para la Confederación y que solo se contemplan restricciones en el regadío. «Somos conscientes de que existen problemas de abastecimiento en algunos municipios, pero se trata más bien de problemas estructurales, evidentemente agravados por la sequía. No obstante, en la mayor parte del territorio no habrá problemas, pero conviene ahorrar lo máximo posible».
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