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Con una negativa con la cabeza ha respondido el portavoz del equipo de gobierno, Manuel Villar, a la pregunta de los periodistas sobre si se contemplan medidas de compensación a los comercios afectados por las obras en la avenida del Puerto y el eje Canalejas-Marvà.
El concejal se ha remitido a futuro para hablar de nuevas medidas, especialmente compensatorias, tal y como reclaman la hostelería, uno de los sectores de las más afectados al coincidir las obras con la temporada alta del turismo. «Cuando sepamos el impacto real podremos valorarlo, seamos serios, a las 12 del mediodía del cierre no se puede valorar», explicaba Villar en la rueda de prensa de la Junta de Gobierno.
Las asociaciones de comerciantes y hosteleros reclamaron el pasado día 5 una reunión urgente con el alcalde, Luis Barcala, para plantear medidas que permitan paliar los efectos que las obras están produciendo en el sector. De hecho, algunos denuncian cancelaciones y reducciones drásticas de las ventas de hasta el 50% y reclaman compensaciones económicas para un mes imprescindible en la cuenta de resultados de muchas empresas.
Por su parte, Manuel Villar ha aprovechado para hacer balance de unas obras que «avanzan según el cronograma previsto, sin ningún retraso» e incluso saca pecho de la apertura, unos días antes de lo acordado de Reyes Católicos, prevista para este lunes y que sin embargo se adelantó hasta el fin de semana.
Sobre los atascos y retenciones que provocaron los primeros momentos de las obras, Villar ha explicado que todos los días se toman medidas para adaptar la señalética y los semáforos al tráfico para evitar «que sea problemático».
En ese sentido, afirma que no fue la misma situación el primer día que los siguientes y que, además, se espera que a partir del 15 de julio «que es la temporada más vacacional mejore más la situación».
El edil ha agradecido a los alicantinos su «comprensión» y «la deportividad con la que están llevando los atascos y las molestias». También ha defendido las obras como necesarias para mejorar la calidad de vida de la ciudad y el verano como mejor momento para llevarlas a cabo. «Ojalá nos acostáramos un día con una calle transitada y al día siguiente fuera peatonal, pero son inevitables las molestias», ha remarcado.
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