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Terrazas vacías e interiores a medio gas. Esta es la imagen que dan los bares y cafeterías del paseo de Gadea. Una foto que se repite en todo el eje Canalejas-Marvá donde las obras de remodelación de este vial han convertido la temporada alta del turismo en un desierto para los locales de la zona.
Al menos así lo ven los propietarios y trabajadores de estas calles que han visto como el flujo de personas, turistas y vecinos, ha descendido drásticamente por el corte de calles y los problemas de tráfico. «Como la ciudad está cortada no pasan por aquí, la terraza está totalmente vacía cuando lo normal sería que estuviera llena, pero por el ruido no se puede ni hablar», explica Raúl, camarero en el The Little Duke.
De acuerdo con él, está el camarero de la cervecería Malatesta Sergio Carratalá: «La terraza hace un papel importante en la economía del negocio y al no haber no estamos teniendo apenas ventas. Lo que duren las obras vamos a tener poco trabajo». Otros comercios como la peluquería Makarova también han notado el descenso de clientela por las obras: «Antes pasaban y entraban, ahora no viene nadie», afirma su propietaria Júlia Makarova.
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Porque no es solo que el número de clientes potenciales haya disminuido, sino también que aquellos que solían hacer uso de las terrazas han huido al interior de los locales para evitar el molesto sonido de la maquinaria rompiendo el asfalto o el polvo que levantan las actuaciones.
La propietaria del Orient Express, Mónica Marín, va un poco más allá: «Está todo vacío, no hay gente, ni de mañana, ni de tarde, ni de noche», explica esta hostelera. Afirma que en su local, en tan solo una semana, la facturación ha caído un 50%, pero que también tendrán que cerrar casi 10 días en plena temporada alta. «Es un desastre», insiste.
Unas obras que, según el sector, no solo van a afectar a los ingresos de estos locales, si no que también a la contratación en la hostelería. Marin ha remarcado que siguen abiertos para poder pagar el alquiler pero que si todo continúa igual no pueden garantizar que no se vayan trabajadores a la calle.
Mónica Marín
Orient Express
En los locales de la zona hay un consenso en que las obras son positivas para la ciudad, sobre todo si mejoran a la larga la calidad de vida en estas calles y les permiten también mejorar su negocio. Sin embargo, critican fuertemente la falta de comunicación con los sectores afectados.
«No se ha estudiado cómo va a afectar a los comercios o a los trabajadores estas obras», reclama Raúl. Mónica Marin, por su parte insiste en la falta de comunicación del Ayuntamiento con los locales afectados: «Invitamos al alcalde y la concejala de Comercio a que vengan a tomarse un café en la zona, que vengan a dar la cara y a ver si afectan o no las obras». «Nos han quitado las terrazas y ni nos han avisado ni nos han reducido la tasa», reclama esta hostelera que empieza a pensar que este verano va a ser muy diferente a lo que siempre ha sido.
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