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La exclusión no es solo no tener trabajo, alimentos o una vivienda digna, comienza el vídeo de la Memoria Anual 2022 de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante. Y es que, sobre el acompañamiento a las personas excluidas de la sociedad, esta entidad es una de las que más sabe.
El informe que cada año presentan desde Cáritas constituye toda una radiografía de la pobreza en la provincia. Este año la organización diocesana ha ayudado a 56.766 personas, un aumento del 14% respecto a 2021. Las cifras no han dejado de crecer desde 2020. Tras los efectos de la pandemia durante dos años, en 2022 se sumaron los de la guerra de Ucrania y la inflación.
Desde esta entidad ponen el foco en la subida de los precios de los alimentos, pero también en cómo afecta a las familias el problema de la vivienda. «Alicante es la tercera provincia de España donde más han crecido los precios en el último año», afirma el director de Cáritas Diocesana, Víctor Mellado. Por ello, casi una tercera parte de las ayudas de esta entidad en 2022 se dedicaron a este aspecto. De hecho, en 2022 se atendieron directamente 1.002 personas en materia de vivienda.
El empleo es otro de los grandes ámbitos de actuación de Cáritas, ya que 1.276 personas han participado en alguna de las acciones de ocupación que esta entidad gestiona -orientación, intermediación y formación-. Además, 144 personas han encontrado un empleo con contrato tras el acompañamiento de la organización. «En nuestra empresa de inserción Retextil buscamos que todas las personas que pasen por ella, con programas de 6, 12 o 24 meses, puedan saltar a un empleo con contrato ordinario», ha explicado el obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla.
Desde Cáritas han analizado la situación de las personas en riesgo de exclusión en la provincia de Alicante, con un panorama económico y social marcado por la inestabilidad. A lo que se suman los problemas de acceso a la vivienda, la transmisión intergeneracional de la pobreza y la feminización de quienes necesitan ayuda para el día a día.
«La exclusión es algo que se vive cotidianamente, lo hemos normalizado. Hago un llamamiento a no encogerse de hombros, a abrir los ojos y a mirar con esperanza», ha incidido Munilla.
En la presentación de la memoria anual de Cáritas de la diócesis Orihuela-Alicante también se han explicado los nuevos retos a los que se enfrenta el sector de la caridad. El más importante de todos responde a los diferentes cambios normativos que se han implantado en el reparto de alimentos.
De hecho, desde Cáritas reconocen que cada vez resulta más «difícil» realizar campañas como la del kilo de comida, ya que se priman otros modelos, como el dar a las personas una tarjeta que pueden utilizar en un supermercado para comprar ellos mismos los alimentos que prefieren.
«Este cambio de modelo va a suponer una mayor dignificación de las personas», ha destacado Munilla. El obispo también ha aprovechado la ocasión para agradecer a los 2.000 agentes de Cáritas el trabajo desempeñado durante este año y ha llamado a un relevo generacional en el voluntariado.
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