Carolinas Altas enciende la conciencia con una foguera que clama por «no hacer daño»

Carolinas Altas quiere ir más allá del impacto visual. Para ello, la comisión plantará una foguera que toma como punto de partida el principio ético de la medicina -'Primun Non Nocere', eso de 'lo primero, no hacer daño'- para plantear una profunda reflexión sobre la sociedad actual.

Para ello, su artista Paco Giner apuesta por combinar color, volumen y crítica, sin renunciar a su carga estética y simbólica. Así lo plasmará en el protagonista de la foguera, un pensador que encarna la conciencia moral y lanza la pregunta: «¿cómo nos iría si pensáramos, ante todo, en no hacer daño?».

Con esta idea, la hoguera de Carolinas Altas propone, en su conjunto, un viaje entre lo cotidiano y lo universal, cuestionando la tendencia social al egoísmo y al beneficio propio por encima del bienestar colectivo.

La reflexión arrancará en sus bajos, donde se juega una partida de ajedrez simboliza la complejidad vital: a veces se gana, a veces se aprende y cada decisión cuenta. El tablero permanece vigilado por unos ojos místicos para recordar que la verdadera justicia no siempre está en manos humanas.

Las escenas que rodean la foguera de Carolinas Altas van cargadas de crítica. Desde la ambición desmedida de los políticos, al oportunismo electoral y la dejadez institucional ante desastres como la dana, hasta la locura de ciertos gobiernos internacionales. Frente a todo ello, aparece la idea de que el pueblo, cuando se une, es imparable.

En lo más alto del remate destaca una explosión de viento y color, la cual pone el broche simbólico al mostrar la diversidad en materia de cambio y esperanza. En este sentido, Paco Giner lanza un mensaje universal, basado en que para construir una sociedad justa hay que pensar en no hacer daño.

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