Alicante y Elche denuncian que la falta de presupuestos del Gobierno lastra las infraestructuras provinciales
Los alcaldes Luis Barcala y Pablo Ruz reclaman inversiones urgentes y alertan de que la parálisis del Estado frena proyectos clave entre ambas ciudades
Alicante y Elche se han unido este viernes para denunciar que la falta de Presupuestos Generales del Estado pone freno a las infraestructuras que conectan ambas ciudades. Los alcaldes de las dos ciudades, Luis Barcala y Pablo Ruz han mantenido un encuentro en el Ayuntamiento ilicitano, donde han coincidido en que la decisión del Gobierno de España de no presentar las cuentas para 2026 «condena a la provincia a quedarse atrás».
Ruz ha recordado que «Elche y Alicante están unidas por tres grandes vías de comunicación que dependen directamente de distintas administraciones y que necesitan inversión urgente». Entre ellas, ha citado la autovía Alicante-Elche, pendiente del tercer carril «ya contemplado en los presupuestos anteriores», así como el desdoblamiento de la N-340 y la conexión del Parque Empresarial con la EL-20. «Hemos pedido hasta en seis ocasiones reunirnos con el ministro Óscar Puente y seguimos esperando una respuesta», ha señalado.
«Estamos a la espera del avance del desdoblamiento de la N-340 y del entorno del Parque Empresarial hasta su conexión con la EL-20»
Pablo Ruz
Alcalde de Elche
«La decisión del Gobierno de no elaborar presupuestos condena un año más a la provincia a ocupar el último puesto en inversiones estatales»
Luis Barcala
Ayuntamiento de Alicante
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha sido tajante al afirmar que «la decisión del Gobierno de no elaborar presupuestos condena un año más a la provincia a ocupar el último puesto en inversiones estatales». Según el regidor, la falta de planificación impide avanzar en proyectos «vitales» como la variante de Torrellano, la mejora de las cercanías ferroviarias o la conexión con el aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández.
Además, Barcala ha denunciado que el Ejecutivo central «sigue bloqueando a los ayuntamientos el uso de sus propios remanentes de tesorería, es decir, el ahorro de sus vecinos, para invertirlo en mejorar la calidad de vida en los municipios». Una medida que, en su opinión, «no solo perjudica a los consistorios, sino directamente a los ciudadanos».
Ambos alcaldes han coincidido en que sin inversión ni presupuestos «no hay progreso posible» y han tendido la mano al Gobierno para trabajar conjuntamente en los proyectos estratégicos que vertebran la provincia.