La incertidumbre después de la orla y los birretes

El ocaso del verano se avista y son muchos los universitarios alicantinos que ya juegan el tiempo de descuento de sus grados, discurriendo entre ideas para realizar el TFG, en qué especializarse y, sobre todo, la pregunta que les retumbará con insistencia en sus mentes durante los próximos meses: '¿Y ahora qué?'. Esa cuestión les acompañará a cada uno de ellos hasta el final del curso, cuando el birrete desaparezca y se enfrenten al umbral que separa la universidad del mercado laboral.

Universidades como la Miguel Hernández de Elche (UMH) muestran un «firme compromiso» con la preparación de los estudiantes para el mercado laboral y lo catalogan como una prioridad. Según destaca el vicerrector de Estudiantes, José Juan López Espín, la UMH cuenta con una potente herramienta para cumplir con este propósito: el Observatorio Ocupacional, una entidad que «no solo habla con las empresas, sino que también organiza numerosas jornadas donde estas vienen a hablar directamente con los estudiantes«.

Este vínculo con el mundo empresarial permite a la universidad adaptar sus programas y servicios a las necesidades reales del mercado, asegurando que sus graduados estén bien preparados y sobre todo que esa brecha entre universidad y empresas sea cada vez más estrecha.

David Monllor, estudiante de Derecho de la Universidad de Alicante, recalca, en cambio, cierto muro «entre la empresa y la universidad» y añade que «ciertas asignaturas no son aplicables a la realidad y es algo que se debería cambiar de inmediato, aparte de la falta práctica jurídica que hay». En cuanto al camino a seguir, David lo tiene claro, «hacer un máster habilitante y entrar en el mercado laboral, sin morir en el intento», subraya el estudiante de Derecho.

Por su parte, Omar Perona, alumno de Diseño Gráfico, describe su experiencia universitaria como «muy positiva», resaltando «el aprendizaje adquirido estos últimos años como algó muy enriquecedor«. A pesar de ello, Omar comparte con Monllor la percepción de que ciertos aspectos prácticos podrían mejorarse.

Sin embargo, a diferencia de Monllor, Omar ha tenido más oportunidades de aplicar sus conocimientos en el ámbito laboral durante la carrera. «He trabajado en puestos relacionados con mi sector antes de terminar la titulación y siempre he encontrado trabajo con relativa rapidez, lo que me da confianza en mis perspectivas futuras», confiesa Omar.

El vicerrector de la UMH también enfatiza la relevancia de realizar prácticas profesionales, aunque, advierte, «sin descuidar los estudios». No obstante, subraya que «dependiendo de la carrera, las prácticas pueden ser mucho más importantes que en otras», como por ejemplo Periodismo.

Hay universitarios que aún, pese a estar en la recta final, no saben qué camino tomar. Como el caso de Javier Gómez, estudiante de ADE en la UMH, quien confiesa que «ha sido una travesía dura, ya que el nivel era bastante alto». Javier realizará las prácticas en este último curso. Se muestra positivo pero con cierta indecisión a la hora de optar por matricularse en un máster o no. «Aún no se qué máster haré y tampoco si será público o privado», comparte Gómez.

La cuestión del máster es un tema recurrente entre los estudiantes de diferentes disciplinas. Según el vicerrector López Espín, en algunas carreras, como Derecho, «sin el máster el grado no tiene valor, es obligatorio para ejercer». En otras áreas, aunque no es imprescindible, él siempre lo recomienda, subrayando que «los estudiantes no deben dejar de formarse a lo largo de su vida profesional».

Otras voces, en cambio, conciben el máster como una necesidad impuesta por el sistema, algo sobre lo que se muestran críticos. Esteban Fuentesal, estudiante de Periodismo en la UMH, refleja esta realidad al señalar que «el sistema te obliga un poco a hipotecar uno o dos años más de tu vida en más formación, una formación que no sabes luego cómo se va a traducir».

A pesar de observar el mercado laboral en su campo como «algo precario», Lola planea «intentar sobrevivir a estudiar un máster» y ver qué oportunidades encuentra. Su resignación ante la necesidad de un máster destaca una preocupación común entre los estudiantes que se enfrentan a un mercado laboral «con mucha complicidad en másteres de universidades privadas«, de ahí su crítica al sistema.

Javier Gómez también reflexiona sobre el valor del máster en su campo, opinando que «aunque este puede facilitar la búsqueda de empleo, la carrera de ADE tiene valor por sí misma, con o sin máster». En términos similares, Omar Perona, de Diseño Gráfico, considera que su carrera «tiene valor en el mercado laboral sin necesidad de una especialización adicional», aunque reconoce que «un máster podría abrir más puertas». Estas declaraciones revelan la diversidad de opiniones sobre la necesidad de continuar con estudios de posgrado, dependiendo del campo y de las aspiraciones personales.

La realidad del mercado laboral y las expectativas de los estudiantes convergen en la reflexión de Esteban Fuentesal, quien destaca que «lo verdaderamente duro no es la carrera, sino lo que viene después, el mundo laboral». Esta perspectiva se alinea con la visión del vicerrector López Espín, quien asegura que la UMH no solo se preocupa por la formación académica, sino también por mantener a sus egresados vinculados a la universidad a través del servicio Alumni. Este servicio proporciona acceso a recursos y beneficios, además de mantener informados sobre oportunidades laborales. «Los egresados reciben información constante sobre posibles empleos», lo que facilita su inserción en el mercado laboral, subraya López Espín.

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