Electrificar las aulas, más fuentes, enchufes y máquinas de gimnasio: esto es lo que quieren docentes, estudiantes y personal de la UA

Ha sido 4.084 personas, un 12,33% de los 33.104 integrantes de los tres colectivos con derecho a participar, las que han dado su voto a las propuestas que la Universidad de Alicante dará salida en 2023. En cifras desgranadas, el personal de administración y servicios ha registrado un mayor porcentaje de participación con un 28,81 por ciento, es decir, 457 votantes de las 1.688 personas que componen el censo; y el personal docente e investigador desvela un 23,44 por ciento sobre el total de 2.747 integrantes de este colectivo con participación. Asimismo, el estudiantado ha contado con 2.983 votantes de los 28.771 alumnos y alumnas integrados en la comunidad, un 10,36 por cierto.

Estas personas han dado su beneplácito a cuatro propuestas de las 75 iniciativas presentadas por los diferentes colectivos que se harán realidad en los próximos meses, aunque primero deben «pasar próximamente por el Consejo de Gobierno», explican a TodoAlicante fuentes de la UA. Entre ellas, destacan proyectos para electrificar las aulas, dotar de más fuentes de agua potable a los edificios del campus e instalar más enchufes en la Biblioteca General, además de potenciar un gimnasio igualitario con más espacio de cardio y la adición de máquinas en buen estado.

«Mejorar la instalación eléctrica para facilitar el uso de los ordenadores y dispositivos electrónicos personales» del estudiantado. Esta es la propuesta que más apoyos ha logrado, un total de 1.335 votos para «dar un soporte técnico adecuado en las aulas». La iniciativa surge de la profesora María Francisca Céspedes, del Departamento de Edificación y Urbanismo de la Escuela Superior Politécnica, y en ella expone que «todavía quedan aulas sin ninguna instalación, y otras instalaciones son muy rudimentarias» y «no adecuadas a una universidad moderna».

En este sentido, la docente marca que se tenga en cuenta que «la utilización de los equipos personales» del estudiantado es «un recuperso imprescindible» para «liberar el uso de laboratorios de simulación, mucho más caros de mantener y con una capacidad limitada para las necesidades del centro».

Dos propuestas que ya vienen de mucho atrás. La primera de ellas proviene de Lara Gómez, secretaria de cargo en el vicerrectorado de Investigación, y solicita «instalar al menos una fuente de agua potable en cada uno de los edificios de la Universidad que todavía no disponen de ninguna». Un acción que cuenta con 1.273 votos y con la que «se conseguiría que se reduzca el consumo de botellas de plástico».

La iniciativa tiene triple fin: ahorro en el bolsillo de la comunidad universitaria, beber agua de modo más saludable y beneficiar al medioambiente al reducir en plástico, pues se pretende potenciar «la utilización de botellas reutilizables que podrían llenarse en las fuentes».

En cuanto a la solicitud de incrementar los enchufes en la Biblioteca General la idea viene desde dentro, de su propio director, José Pablo Gallo, quien manifiesta que se trata de «una de las mayores demandas de la comunidad universitaria» reflejadas «en las encuestas de satisfacción» y a la que dan soporte 873 votos. Con ello, además de ampliar los puntos de acceso para todos los usuarios de estas instalaciones, se evita «el riesgo del uso de alargaderas y la sobrecarga de los actuales enchufes».

La última de las iniciativas ha logrado 620 votos y consiste en dar «un repaso» al gimnasio del campus. Proviene de la profesora del Departamento de Traducción e Interpretación María López Médel, quien reivindica que «solo hay dos cintas de correr» al no funcionar una tercera y «solo quedan tres elípticas», por lo que «en horas puntas no consigues subirte a la cinta». A ello se suman varias «bicicletas estropeadas».

La propuesta pide también incluir «una perspectiva de género» a las instalaciones, pues la actual zona de cardio -con dichos incidentes- «supone un agravio para las mujeres, que tienden a usar en mayor proporción» dicha maquinaria y ejercicios. Asimismo, lamenta que la «descompensación» del espacio, en el que predomina la «zona de musculación, utilizada más por los hombres», por lo que gracias al apoyo de la comunidad universitaria la UA ejecutará «un gimnasio igualitario y que favoreza el ejercicio físico» de todos sus integrantes.

La cultura, la integración, la seguridad o el mantenimiento de algunas infraestructuras básicas se quedan fuera de estos presupuestos participativos, pero no lejos de la mente de los dirigentes de la UA, quienes mantienen todas las iniciativas presentadas. Entre ellas, la quinta -y primera que no ha podido optar a verse reflejada en este proceso- es la creación de un Cinema a la fresca con 530 votos, al que sigue la videoviligancia en los aparcamientos con 480 y la implantación de patinetes eléctricos en el campus con 470 apoyos.

Entre otras propuestas destacan ideas no tan alejadas de la realidad, como la puesta en marcha de un festival de la canción llamado 'UAvisión' o la creación de dos mercadillos, uno de enseres y material diverso y otro agroecológico. Además, la comunidad muestra el interés en hacer uso de las instalaciones e infraestructuras actuales, como la Sala Aifos en la que proponen colocar pufs individuales para que el habitáculo sirva también como punto de lectura.

Asimismo, las quejas en algunos de los edificios y facultades también se reflejan en esta iniciativa en la que toda la comunidad tiene derecho a participar. Desde instalar puntos de compostaje en cafeterías y restaurantes a poner «ventanas útiles, que se abran» en la Facultad de Filosofía y Letras, cambiar el sistema de grifería por grifos eco, tomas añadir de agua fría y tomas de corriente en la biblioteca en la Facultad de Educación o poner en marcha un sistema de comunicación entre las aulas y las conserjerías.

También salen a la luz los deseos de poner nombre a las calles del campus con un sistema de rotulación e, igual que hacen las bibliotecas con el préstamo de libros, que se implante un servicio de préstamo de bicicletas eléctricas en la Facultad de Ciencias. En definitiva, otras muchas propuestas presentadas por estudiantes que podrían haber visto la luz el próximo año si la participación de este colectivo hubiera sido mayor.