El precio de la vivienda y la «tranquilidad» empujan a los jóvenes a las zonas rurales alicantinas
La población de 18 a 34 años es la más interesada en instalarse fuera de la ciudad
En 2020 llegó el covid y, con este, el confinamiento. Desde entonces las tendencias en el mercado de vivienda han cambiado. Con el auge del teletrabajo cada vez son más las personas que prefieren zonas más espaciosas y alejadas del bullicio de la gran ciudad.
Personas entre las que destacan los jóvenes, que son los más interesados en irse a vivir a casas de campo y zonas rurales. Entre las razones que esgrimen se encuentra la «tranquilidad y el espacio», aunque no se olvidan del precio.
Con el encarecimiento de los alquileres y del precio de la vivienda en ciudades como Alicante o Elche, hacerse con un domicilio es complicado. Esto, sumado a las subidas de tipos, están alejando a los jóvenes de las ciudades. En el último año en la capital de la provincia el coste de una vivienda ha elevado un 15,3% y el precio del metro cuadrado está en 1.841 euros, según datos de Idealista.
1.841 €/m2
es el coste promedio en la ciudad de Alicante de una vivienda, según Idealista
15,3% interanual
Esta es la cantidad que ha subido el precio de la vivienda en la capital de la provincia
Subidas a las que no son ajenos otros grandes municipios de la provincia como Elche, donde asciende un 11,6% comparado con octubre de 2022, o Torrevieja, que ha experimentado un ascenso del 16,7% interanual y ha alcanzado un precio del metro cuadrado de 1.807 euros.
Precios que empujan a los demandantes de la primera vivienda a buscar en las zonas del extrarradio. En l'Alacantí, el precio de una casa de campo oscila entre los 160.000 euros a los 600.000 euros, dependiendo de la zona, terrenos y el año de edificación, aunque el precio más común ronda los 250.000-300.000 euros.
De esta manera, desde TodoAlicante hemos comparado dos viviendas. La primera, una casa de campo de campo del 2006 de unos 106 metros cuadrados y con cinco dormitorios, además de tener una parcela de 6.000 m2. Este domicilio de la Alcoraya, a unos 15 minutos del centro de Alicante, cuesta unos 240.000 euros.
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Por otro lado se encuentran, entre los pisos más asequibles, viviendas en la zona de Carolinas Altas y Bajas, de unos 100 metros cuadrados, por un precio de 120.000 euros, que no cuentan con ascensor y tiene varias décadas a las espaldas, algunas de los 80.
La comparativa del precio por metro cuadrado es favorable a la de Carolinas, donde cuesta 1.116 euros por los 1.500 de la casa de campo. La diferencia es sustancial, pero el coste no varía tanto cuando uno se acerca al centro de Alicante.
La «tranquilidad» del campo
Según un informe de Fotocasa, seis de cada diez demandantes de vivienda mayores de 18 años se van a ir a vivir, o les gustaría hacerlo, a una zona rural, ya sea pueblo o casa de campo. Datos que reflejanel «creciente interés por marcharse de las ciudades de la mano del teletrabajo», explican desde la firma.
El informe deja claro que, conforme decrece la edad, aumentan los planes de trasladarse a un área rural. Los dos grupos de edad de jóvenes, de lso 18 a 24 años y de los 25 a los 34, tienen una mayor proporción de demandantes de vivienda con «planes reales» de irse a vivir a estas zonas.
Es el caso de Antonio, un alicantino de 27 años que está buscando su primera residencia. Lo está haciendo entre los domicilios fuera de la capital de la provincia, en el área de l'Alacantí, en localidades como Busot o entre las partidas rurales de San Vicente.
Antonio explica que una de las razones que más le pesan a la hora de querer irse a una casa de campo es la «tranquilidad». El joven alicantino subraya la «paz» que da llegar a tu casa y no escuchar nada, algo que «en la ciudad no tienes».
«La paz al llegar a casa es una sensación que no tienes en la ciudad»
Antonio
Entre las ventajas que destaca está la distancia con los vecinos o la facilidad para dejar el coche. Eso sí, el alicantino resalta como principal desventaja «la falta de comunicación en temas de transporte público», aunque «en coche no se tarda mucho a la ciudad», subraya.
Desde Fotocasa también critican la adecuación de estas zonas. «Muchas áreas periféricas y rurales están escasas de acondicionamientos necesarios para desenvolver trabajos telemáticos con normalidad», explica la directora de estudios, María Matos, quien «supone un gran obstáculo para que los jóvenes puedan instalar su residencia habitual y permanente en el pueblo».
