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Quiero empezar exponiendo que quien redacta estas líneas ha puesto en marcha varias iniciativas sobre Miguel Hernández en el Ayuntamiento de Alicante. Quien escribe estas líneas tiene paisanaje, y presume de ello, con el poeta de la Vega Baja, además de llevar el mismo apellido que la mujer del poeta. Considerando la postura de quien escribe estas líneas y su reconocimiento al poeta, expongo que la aceptación de anular los juicios contra Miguel Hernández es, en mi opinión, una decisión equivocada y me permito explicar por qué, tal como creo. La familia de Miguel Hernández pide que se anulen los juicios al poeta, petición totalmente comprensible por parte de la familia, y que llegue a la arena política, entra dentro de la normalidad absoluta.
Miguel Hernández es un poeta de la Vega Baja, un poeta comprometido ideológicamente, pero un poeta con sus contradicciones. Rojo y taurino, amante de la libertad y comisario cultural en Jaén durante la guerra civil. Firme en sus convicciones, tanto, que prefirió perder la amistad con José María de Cossío que le pidió que redactara una carta renunciando a sus ideas para obtener su libertad, lo cual costó la amistad entre ambos y prefirió mantenerse fiel a sus creencias. Este hecho habla de la firmeza de su carácter.
Si a Miguel Hernández se le desviste de su trayectoria vital, quizás no tendríamos algunos de sus poemas más conocidos y donde expresa su carácter y su ideología, 'Nanas de la cebolla', 'El hombre que está solo y espera', 'Como el toro he nacido para el luto' o 'Aceituneros', solo quedaría un poeta apreciado, por una parte, de la sociedad más ideologizada, solo sería un poeta para unos pocos. El ministro y, lamentándolo mucho también la Generalitat Valenciana, quieren quitarle a Miguel Hernández su memoria, su dignidad al ser fiel a sus ideales.
El ministro de Cultura y la Generalitat Valenciana, siempre desde mi punto de vista, al aceptar esa petición, aparte de reescribir la historia literaria de este país, se abre para rescribir toda la guerra civil. Modificar la trayectoria vital de Miguel Hernández supone, desde mi punto de vista, entrar en incoherencias tanto el ministro de Cultura como la Generalitat Valenciana.
El ministro, en su declaración de intenciones sobre esta iniciativa se adhiere a la parte ideológica de la obra que más le beneficia, olvida la parte que no le interesa, la taurina, a la cual le ha declarado la guerra y la retirada del Premio Nacional de Tauromaquia es el máximo exponente de su pensamiento. Sin embargo, así la define la página de su Ministerio: «La Tauromaquia, entendida como el conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, incluyendo la crianza y selección del toro de lidia, que confluyen en la corrida de toros moderna y el arte de lidiar, ha sido declarada Patrimonio cultural español, digno de protección en todo el territorio nacional (Ley 18/2013 de 12 de noviembre)».
Además de «la Ley 18/2013 establece la competencia de la Administración General del Estado de garantizar la conservación y promoción de la Tauromaquia como patrimonio cultural de todos los españoles, así como de tutelar el derecho de todos a su conocimiento, acceso y libre ejercicio en sus diferentes manifestaciones y, en concreto, a desarrollar medidas de identificación, documentación, investigación, valoración y transmisión de este patrimonio en sus distintos aspectos (art. 5 de la Ley 18/2013)«. ¿Después de leer esto qué medidas ha adoptado usted? La que más fácil podía ejecutar, incluso, supuestamente, en contra de sus propias obligaciones.
La Generalitat Valenciana, al suscribir dicho acuerdo, muestra desde mi punto de vista una nula visión del artista, así como renuncia al combate cultural que siempre gana la izquierda, asimilando sus postulados que nada tienen que ver con la propia figura del poeta y sí con reescribir la historia. El intento de reescribir la historia de Miguel Hernández, despojándola de su complejidad y contradicciones, no solo es una manipulación política, sino un desprecio hacia la diversidad cultural que pretenden representar ambas instituciones.
Pero, ¿por qué se quiere reescribir esta historia? Porque todavía hay gente que, ante la incapacidad de presentar otras alternativas para seguir mostrando la grandeza de su obra, vuelven la mirada hacia atrás con el fin de nunca pasar página a una herida tremenda entre españoles, la guerra civil. Hay veces que al leer ciertas noticias creo que las patrullas de uno y otro bando no han dejado de montar controles.
Para terminar, me voy a dirigir a los dos grandes partidos PSOE y PP. Al primero decirle que ustedes son a la cultura lo que Llados al emprendimiento, emprende, sí pero de ¡qué manera! Al segundo, con todo el poder territorial que poseen, me molesta de sobre manera la nula importancia que ustedes dedican a la cultura, cuando las grandes naciones tienen como uno de sus pilares la cultura nacional, que es el conjunto de las culturas regionales (todo hay que decirlo).
El gobierno autonómico de la Comunitat Valenciana acepta la demanda, que por muy respetable que sea porque viene de la familia, no creo que vaya a mejorar la imagen del ejecutivo valenciano salvo que sirva para sacudirse la presión de la oposición, es decir nula gana de combate cultural, aceptamos nulidades y amnistías como animal de compañía. La figura del poeta oriolano es grande ya de por sí y despojarlo de toda su historia es infravalorarlo.
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