De Alicante a la destrucción en apenas 150 kilómetros

«No quiero descansar, aquí estoy limpiando la habitación y voy viendo cómo avanzamos, cuando salgo fuera me doy cuenta de toda la destrucción y veo a la gente pasar con caras de desesperación». Así lo explica Manuel R. Sala, uno de los voluntarios alicantinos que estos días se están desplazando a la provincia de Valencia a ayudar en las zonas afectadas por la DANA.

La solidaridad ha sobrepasado todas las expectativas y son muchas las personas que quieren ayudar. Sala explica que junto a un grupo de voluntarios se han desplazado Algemesí para ayudar en las labores de limpieza. «Hacemos un llamamiento a la gente de Alicante a que vaya a los pueblos de más al sur, muchos voluntarios de Valencia se desplazan a pie y aquí no llegan», afirma. Y es que insiste que aunque estas localidades -como Algemesí o Aldaya- no están en el foco mediático también necesitan una ayuda que está tardando más en llegar.

Las historias que han vivido estos días ponen la piel de gallina. Esta mañana han limpiado la casa de un familiar de Ferrán. Este profesor de la FP de Imagen y Sonido ha movilizado alumnos y exalumnos y muchos han acudido a su llamada. «La solidaridad está siendo brutal, ayer vinieron unos chicos de A Coruña con el camión cargado, de la Vila, de Alicante, de Mutxamel, de todos lados», explica.

«Estamos limpiando la casa de una persona que nació en ella, imagina la sensación de ese hombre que tiene un montón de desconocidos ayudando a limpiar, pero también es un montón de gente que no conoce tirando toda su vida a la calle», reflexiona Sala.

Durante los próximos días este grupo de alicantinos seguirán en Valencia. Algunos se han alquilado una casa cerca para poder continuar con la ayuda, otros como Manuel vuelven a Alicante a trabajar pero regresarán a Valencia durante el fin de semana para seguir ayudando. Todavía queda mucho trabajo por hacer pero reconocen la importancia de no ir a lo loco sino ponerse en contacto con alguien de la zona para preguntar qué necesitan.

«Itae y Apartamentos Tito nos han cedido las limpiadoras a presión, pero también hemos recibido donaciones con las que hemos llevado 230 metros de cable, 125 metros de manguera y cinta americana. En este momento no se necesita tanta comida y agua pero sí materiales específicos para poder limpiar el barro. Es importante saber qué cosas se tienen que traer», concluye Manuel Sala.

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