Los pantanos de la Marina Baja tocan fondo y registran un volumen tres veces inferior a la media de la última década

Menos de cinco hectómetros, 4,9 para ser exactos. Ese es el volumen embalsado en el Sistema de la Marina Baja, perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Allí los pantanos de Amadorio y Guadalest se hallan en mínimos desde el 2017 y, a 5 de agosto, registran una cifra 10 hm3 por debajo de la del pasado año hidrológico.

Así lo refleja el último informe de la CHJ. Ambos embalses alicantinos vuelven a registrar ligeros descensos en la última semana y se sitúan en valores impropios del último lustro. La falta de lluvias ha condenado los sistemas, que se encuentran muy por debajo de las medias de los últimos años. De hecho, hay que remontarse a 2017 para ver una cantidad embalsada más baja que la presente.

El volumen embalsado hasta la fecha del 5 de agosto es tres veces menor a la media de los últimos diez años, que se sitúa en torno a los 12,9 hectómetros, mientras que si se tienen en cuenta los últimos 20 años el resultado es aún peor, puesto que la media se coloca en casi 16 hectómetros, cinco veces más que la presente marca.

Los bajos niveles de precipitaciones y el escaso volumen embalsado han llevado a los sistemas de la Marina Baja y Alta a entrar en situación de emergencia por sequía en la demarcación del Júcar-Vinalopó, mientras que el sistema del Vinalopó-L'Alacantí también entra en alerta naranja por la situacion compleja de lluvias.

Y es que en el presente año hidrológico la escasez de precipitaciones está haciendo mella en los sistemas alicantinos, que registran tres de las cuatro precipitaciones acumuladas más bajas de toda la demarcación del Júcar-Vinalopó.

A fecha de 4 de agosto la precipitación de la Marina Baja, el sistema con la cifra más baja, es de 115,9 mm a tan solo unos meses de acabar el año hidrológico. Hace tan solo dos años la cantidad en este mismo sistema era de 668 litros por metro cuadrado.

El caso más chocante se ubica en la Marina Alta. El año 2021-22 se recuerda como especialmente húmedo, mientras que el siguiente fue muy seco. Hace dos años se llegaron a los 1.035 l/m2, mientras que en el presente año hidrológico no se pasa de los 145, casi diez veces menos. Pero es que en el 2023, año «muy seco», se registraron 555 l/m2.

En cuanto al territorio del sistema de Alicante, la situación también es preocupante, aunque las diferencias no resultan tan abismales. En el 2023-24 se han acumulado 130 litros por metro cuadrado, casi tres veces menos que hace dos años, cuando se alcanzaron los 364.

La situación para los próximos meses es alarmante. Sin previsiones de grandes lluvias el 2023-24 podría cerrarse como uno de los años hidrológicos más secos. De hecho, algunos municipios de Alicante que se abastecen de estas aguas ya han puesto varias restricciones, como Altea, que prohibió llenar piscinas, o El Campello, que hizo lo propio para el regadío de jardines.

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