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La Cofradía del Cristo del Morenet saca en procesión una de las imágenes más antiguas de la Semana Santa alicantina, una talla de finales del siglo XVI. Sin embargo, es también una de las hermandades más jóvenes, fundadas en 1996 y desde 2018 una de las que están dirigidas por una mujer. Sus alrededor de 300 cofrades están bajo la batuta de la Hermana Mayor, Laura Méndez Jaén.
Una cofradía única por su salida, que lleva a los costaleros a subir la imagen por las escaleras de la ermita del Raval Roig, y su vuelta tras el recorrido oficial, que se produce por la playa del Postiguet y que supone que la imagen recorra la pasarela y ascienda las escaleras de la avenida Juan Bautista Lafora. Y es que el cristo de un barrio marinero como lo es este no podría volver por otro sitio que no fuera al lado de ese mar Mediterráneo que tantas alegrías y tristezas ha dado a sus moradores. «Es algo único, yo lo he vivido desde el principio como costalera y ahora como Hermana Mayor lo paso muy mal, pero es algo diferente y muy bonito, así que invito a todo el mundo a que se acerque a disfrutarlo», explica Laura Méndez.
En su camino de ser la responsable de su cofradía esta mujer admite que «supone una responsabilidad, sacrificio y unión con un buen equipo», un trabajo que insiste que se realiza durante todo el año y en el que es necesario «involucrarte al cien por cien». Pero también reconoce que se ha encontrado piedras: «La Semana Santa es un poco complicada, igual que este barrio. Ha sido un poco difícil levantar la cabeza y decir soy mujer, soy joven y demostrar que puedo trabajar exactamente igual que cualquier hombre y llevar la cofradía sin salirse de los cánones de lo que es una cofradía de la Semana Santa».
Laura destaca que llegar a ser hermana mayor es complicado, ya que, según expone, las mujeres tienen que demostrar mucho más su valía que los hombres. Sin embargo, recalca que ella siempre ha encontrado apoyo en su cofradía y la gente de su alrededor. «Me he encontrado muchas piedras, pero también apoyo sincero y eso escasea mucho hoy en día». «Siendo Hermana Mayor de un barrio marinero, que además ha nacido fuera del barrio y coger una cofradía que siempre había estado llevada por hombres fue un poco complicado», reconoce.
«Hay que echarle narices. Una mujer puede ser perfectamente Hermana Mayor, echarle frente y decir puedo hacerlo, voy a hacerlo y lo voy a conseguir y si tienes miedo a que te pongan la zancadilla no lo hagas porque te la van a poner, pero tienes que levantarte y echar para adelante», reflexiona Méndez, quien cuenta con varias homólogas, en concreto seis hermanas mayores, en 28 cofradías y hermandades alicantinas.
El cristo del Morenet es de finales del gótico -siglo XVI-, algo que refleja por ejemplo el nudo del pañuelo de pureza, que está situado en el lado izquierdo; a partir del siglo XVII fue en el derecho. Se trata de una figura de origen anónimo y con algunas curiosidades, como que al acercarse lo suficiente se pueden adivinar en el pecho vello corporal. «Su mirada dice mucho, es diferente. Además parece prácticamente una persona, es una talla muy grande», explica Laura Méndez, la Hermana Mayor de la cofradía del Morenet.
Entre las curiosidades de esta talla, figura que es el único cristo de Alicante que ha pasado por una prueba de Rayos X. «Era muy curioso ver como entró por la puerta del Perpetuo Socorro. En esta prueba las imágenes mostraban a la perfección los clavos que unen las distintas partes de la escultura«, explica Méndez.
Una responsabilidad para la que en el caso de Laura Méndez ha gozado del apoyo de personas de su cofradía, como Finuca o Agustina, dos mujeres ya fallecidas a las que sigue recordando con cariño. «Finuca me apoyó desde el primer momento. Su marido fue el primer presidente de la cofradía, Vicente, el míster, como todo el mundo le llamaba. Ella me ha echado muchas broncas pero también me ha aportado muchos consejos buenísimos y me apoyó completamente y cuando lo tuvo que demostrar lo hizo». «Agustina siempre será la Yaya, para mí también fue alguien muy importante». A ambas las ha recordado este año el Vía Crucis Marinero del Morenet, un acto en el que los cofrades llevan hasta el Postiguet la talla y una vez allí recorre la bahía hasta el Hotel Meliá. Durante la vuelta la orilla se llena de flores y laurel que los cofrades lanzan al agua en recuerdo de los fallecidos de la cofradía.
También ha encontrado apoyo en los hermanos mayores de otras cofradías como Stabat Mater de Maristas, Miguel Brugarolas. «En la Semana Santa encuentras a personas que se convierten en parte de tu familia y son un puntal para el trabajo que haces. Miguel es una persona solidaria al 100%, un referente, que habla cuando tiene que hablar y dice las verdades, y eso siendo una mujer cuesta muchísimo que alguien lo haga», insiste Méndez.
A esta mujer todos en el Raval Roig la conocen como Laurita. Y es que lleva toda la vida en Semana Santa y desde los 12 años en el Morenet. «Nací en el 83 y en el 84 salí con mi madre en Santa Cruz» explica, aunque la devoción por estos pasos se mantiene en la familia, aunque ya no pueda salir de costalera desde que una lesión en el hombro la apartó de este puesto. Sin embargo, sus primeros recuerdos están asociados a los pasos que recorren el casco antiguo de la ciudad «Recuerdo perfectamente como mi padre nos echaba para adelante para ir con el Gitano y mi hermana y yo queríamos ir para atrás para ir junto al descendimiento», rememora. Una celebración que Laura entiende que «es compartir momentos de sentimiento con los tuyos».
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