![Jesús Rodríguez y los voluntarios que le ayudaron.](https://s1.ppllstatics.com/todoalicante/www/multimedia/2023/07/20/image%20(1)-klZG-U200807808793q5E-758x531@TodoAlicante.jpg)
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El refranero español dice que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Cuando la esperanza parecía perdida para Jesús Rodríguez, tras un año en silla de ruedas, y para su mujer, Mari Carmen Gómez, la playa alicantina del Postiguet les ha devuelto ... la ilusión. «Una vida que podría haber sido maravillosa ha terminado siendo un drama», afirma Mari Carmen. Lo que ni ella ni Jesús esperaban era la ilusionante y esperanzadora sorpresa que vivirían en sus vacaciones en el mar Mediterráneo.
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Jesús sufre Parkinson desde que cumplió los 57 años y ahora tiene 75. 23 años luchando contra la enfermedad, a los que se sumaron en 2020 las secuelas que dejó el covid en su cuerpo ya castigado. De hecho, el madrileño no ha podido caminar ni controlar el equilibrio con normalidad desde que venció al virus.
Son más de 12 meses los que Rodríguez ha tenido que pasar en una silla de ruedas sin poder prácticamente apoyar los pies, debido al dolor, sin que la rehabilitación de la Seguridad Social fuese suficiente para recuperar la movilidad.
Los madrileños «tenían todas las puertas cerradas» cuando acudieron la primera semana de julio a la playa accesible del Postiguet, pero allí los profesionales de la Clínica Uner les ofrecieron el servicio de valoración y rehabilitación. Y pese a que solamente pudieron acudir dos días a la playa debido a un error de la residencia en la que se encuentra en Madrid, donde no le suministraron los medicamentos necesarios, dos días fueron suficientes para que la magia surgiese de la orilla del litoral alicantino.
Mari Carmen Gómez
Esposa de Jesús Rodríguez, el hombre que ha vuelto a andar
En el mar, gracias a la ayuda de los monitores, pudo nadar durante media hora. Pero una vez sale del agua, la sorpresa para todos los profesionales, Mari Carmen y el propio Jesús llega cuando, apoyado en los ayudantes, consigue llegar andando hasta la platadorma donde tiene la silla de ruedas. «Cuando llega, lo hace con una cara de satisfacción de ver un agujerito en ese túnel», comenta su mujer, emocionada. Para los monitores también fue una inesperada e inmensa alegría ya que cuando comenzó a andar, «la cara le cambió, se le veía con energías de decir «vamos, vamos a hacerlo», comenta su mujer.
El turista madrileño, que el primer día no quería bañarse por su sensibilidad al agua, el segundo ya pedía ir a la playa. Y una vez allí pudo disfrutar y recordar años pasados «gracias a la actitud de los trabajadores. Nos llenamos de ilusión porque este gran paso nos abre una puerta a la esperanza». Y es que la pareja reside en Madrid, y pese a tener un piso en Alicante y haber valorado la opción de mudarse, tienen una situación complicada, debido a los problemas de movilidad y transporte en la ciudad bañada por el Mediterráneo.
«Esta humana y bonita historia nos ha abierto la esperanza para poder conseguir que, en vez de ir sentado en la silla, la lleve caminando», comenta Mari Carmen. Tras un año en el que Jesús ha perdido la masa muscular al no poder caminar, la playa les ha dado un aire de optimismo para recuperar la movilidad en la medida de lo posible: «No nos vamos a poner vendas en los ojos, no vamos a llegar a la normalidad, pero sería muy positivo poder caminar con la silla».
Mari Carmen Gómez
Esposa de Jesús Rodríguez, el hombre que ha vuelto a andar
El objetivo real es que el aparato circulatorio y la musculatura mejore gracias a tener más movilidad. Jesús, que ha tenido una vida muy activa, siendo profesional de aviación, no pierde la ilusión porque «él insistía en que quería nadar, sus ganas de vivir son enormes», afirma su esposa. Antes del segundo día, la pareja creía que no volvería a pisar una playa, y tras las dos únicas mañanas que pisaron el Postiguet, si por ellos fuera, «vendrían a Alicante ahora mismo».
La pasión y la vocación por el trabajo es notoria en casos como el de Jesús, donde la acción humana y la dedicación han dado sus frutos. Y es que como explica su esposa, «la rehabilitación de la Seguridad Social no es eficiente; se nota que es más automatizado todo. Sin embargo, en las playas accesibles la clínica lo hace con cariño, pasión y vocación».
Los especialistas de la Clínica Uner, encargada de realizar estos servicios en la playa del Postiguet, afirman que muchas de estas personas esperan todo el año para poder ir a la playa porque en el agua tienen más movilidad, y es un momento «muy impactante, muy emocional».
Mari Carmen Gómez
Esposa de Jesús Rodríguez, el hombre que ha vuelto a andar
Además del servicio de ayuda y rehabilitación que ofrece la playa del Postiguet, Jesús y Mari Carmen valoran el resto de actividades e inciden en que hay personas que se acercan «a distraerles, de manera altruista, para hacerle pasar un rato agradable». Por ello, Alicante y la playa siempre quedará en el recuerdo de la pareja ya que, «además de los amigos, los monitores que nos hicieron tener esperanza en un futuro mejor».
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