La lista de tareas pendientes para revalorizar el conjunto histórico de la isla de Tabarca

Contar con un nuevo documento de tal calibre es una oportunidad para «poner en valor este emblema de la ciudad como atractivo cultural, patrimonial y turístico por lo que creemos que es prioritario su aprobación inicial», según el edil de Urbanismo, Adrián Santos. Además de poner en marcha las actuaciones que los vecinos y entidades de la isla llevan «reclamando durante años», como explicaron varios habitantes de la isla a TodoAlicante en una visita a este enclave alicantino.

En este sentido, el actual Plan Especial de la isla de Tabarca -el aprobado el 5 de octubre de 1984- está acompañado de un Catálogo de Protecciones aprobado de modo provisional años más tarde, el 19 de junio de 2009. Este documento recoge una serie de elementos con entidad suficiente para proteger y de los que resultan un conjunto de 31 fichas. Asimismo, existen elementos declarados Bien de Interés Cultural en la isla, como la Torre defensiva San José y la muralla que rodea toda la isla y que le dota de un carácter de fortificación.

En cada una de las fichas se muestra el estado actual -de aquel entonces- de cada una de las edificaciones y elementos incluidos en este Catálogo de Protecciones, donde también se recoge una serie de propuestas de uso y prescripciones para mejorarlos. En el caso de la Torre de San José se propone su restauración y la eliminación de escombros y materiales de desecho que inundan sus accesos y cercanías. Varias actuaciones compartidas también en la ficha del Faro de la isla de Tabarca, a las que se suma el añadido de esquemas y gráficos de las nuevas formas proyectadas para acentuar su valoración histórica.

En cuanto a la muralla que rodea la isla se incluye la restauración de las partes desmontadas por el paso de los años mediante características constructivas análogas a las originales fielmente documentadas, como ya puede apreciarse en el paseo que rodea la iglesia. La obra deberá evidenciar que se trata de una recuperación actual. En su contorno aparecen también los baluartes que cuentan con una recuperación de accesos a las bóvedas, así como aperturas de conexión con los arcos subterráneos vecinos.

Sobre los baluartes incluidos entre estas fichas se plantea la recuperación de las garitas esquineras existentes en la etapa de fortificación de la isla y años posteriores, y en el revellín que corona el final de la isla hacia la cantera pide recuperar el frente del Príncipe, punto estratégico de acceso al poblado por su arco principal. Es en esta ficha, dentro de la plaza Carloforte, donde se propone la restauración de la Puerta de San Rafael.

A unos cuantos metros, al borde de la muralla se alza el templo de Tabarca, la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Levantada sobre las bóvedas del primer templo de la isla y azotada por la degradación provocada por el salitre, el viento y el paso de los años, este Catálogo plantea la regeneración de las pérdidas ornamentales que ha sufrido la iglesia. También pide restaurar sus entornos -como también ocurre en la Casa del Gobernador-, entre los que se encuentra la sacristía, la Casa del Cura y la Escuela, ubicada en las inmediaciones de este edifico anexo al templo.

El Catálogo de Protecciones de la isla de Nueva Tabarca no contiene solo la rehabilitación de elementos patrimoniales, sino que incluye también la puesta en valor y divulgación de la historia de la isla allá por el siglo XVIII en tiempos del emperador Carlos III. Por ello, el documento propone la instalación de pictogramas, gráficos y esquemas explicativos de la historia constructiva de Nueva Tabarca en el interior del polvorín de extramuros, otra zona que debe reconstruirse.

Asimismo, se propone recuperar un enclave subterráneo importante durante esta étapa: los aljibes. Para ello, el Catálogo pide hacer visitables sus accesos para contemplar las estructuras, además de añadir gráficos y pictogramas para explicar las redes y líneas de recogida de aguas en los diferentes puntos de la isla, ya que todavía se pueden vislumbrar los antiguos pozos en diferentes puntos del poblado, como en la plaza Mayor donde se propone evidenciar la presencia de estos elementos.

En cuanto a mejoras estéticas, el documento plantea la retirada de los cables vistos en las fachadas de las casas y otros edificios, los cuales vuelan por lo alto de las calles para conectar, así, la electricidad y otras señales entre las diferentes áreas de la isla. También incide en la plantación de árboles de en la zona, sobre todo, en el entorno de la plaza Baillencourt para dotar de plantas las zonas no edificadas, además de pavimentar los suelos con el fin de unificar las calzadas.

El Ayuntamiento de Alicante apostó también en 2009 por preservar el patrimonio de cuevas y zonas empedradas de la isla, como las antiguas canteras. Para ello, marca en este Catálogo que se establezcan una serie de prohibiciones con un doble fin: garantizar la seguridad de los vecinos y visitantes, además de proteger los entornos naturales.

La 'Cova del Llop Marí' es uno de estos espacios en los que se reclama no facilitar el acceso al turismo indiscriminado, además de implantar una entrada reservada a aquellos que lo hagan por vía del submarinismo autorizado. Un prohibido el paso que se extiende también a otras zonas como el islote de la cantera, en el que se insiste en señalar y dificultar el acceso.