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Mientras esperaban a que el helicóptero llegara a recogerlos, pudieron contemplar a pocos metros de la playa a una ballena jugando. Durante el trabajo en la costa, observaron en la arena el rastro de pisadas de unos osos y sus crías. Estas son algunas de las vivencias del grupo de investigación internacional y paritario que ha llevado a cabo entre las universidades de Alicante, Alaska Fairbanks y Perugia en el volcán Monte Edgecumbe (isla Kruzof, Alaska).
El proyecto analiza los cambios de temperatura de menos de un grado en el suelo de sistemas volcánicos para poder predecir de una forma más precisa una erupción. Este estudio se realizó en el marco de un programa para investigadores jóvenes de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, por sus siglas en inglés) que obtuvo el rojalero Társilo Girona y en el que tiene el papel de investigador principal.
David Benavente
Catedrático de Petrología y Geoquímica de la UA
También formaban parte del equipo sus compañeras del Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska Fairbanks Taryn Lopez, Claire Puleio y Valerie Wasser, el italiano Carlo Cardellini (Universidad de Perugia) y los representantes de la Universidad de Alicante (UA), el aspense David Benavente y el ilicitano Noé García-Martínez.
David Benavente, catedrático de Petrología y Geoquímica de la UA, ha relatado su fascinación ante la temática del proyecto. Además, ha querido destacar que se siente «impresionado por las personas magníficas que formaban parte del equipo». La atmósfera del lugar también ha sido uno de los grandes recuerdos que atesorará de esta experiencia: «Es una naturaleza salvaje que no estás acostumbrado a ver. Primero te impactan muchas cosas, pero luego te das cuenta de que es una experiencia única, algo que se queda en el corazón», ha confesado el aspense.
Habitualmente, los cambios de temperatura que se miden para estudiar la reactivación volcánica previa a una erupción son mayores de 100ºC. Sin embargo, estos investigadores han partido de la idea de analizar pequeños cambios de temperatura durante varios años para poder predecir cuándo y dónde van a activarse los volcanes. Esta información la han obtenido a través de unas cámaras térmicas que se encuentran en dos satélites de la NASA.
En un primer momento, iba a estudiarse otro volcán, pero el análisis era muy difícil por sus circunstancias geográficas, en las que entraban muchas variables en juego. Por ello, se decantaron por el Monte Edgecumbe. Társilo Girona ha explicado que uno de sus compañeros en el Observatorio Volcánico de Alaska detectó sismicidad y que la tierra empezaba a hincharse, en un volcán que consideraban inactivo. «Se cree que la última explosión importante fue hace más de diez mil años, pero no se conoce mucha información del volcán, por eso le hace más interesante», ha añadido Girona.
La expedición duró 10 días en la isla Kruzof de Alaska donde se encuentra el volcán Monte Edgecumbe. Analizaron dos zonas: el propio volcán y la costa, donde se llevó a cabo la mayor parte de la investigación. Los datos que han tratado se han obtenido de manera remota y presencial. Se estudió in situ los flujos de gases, principalmente el dióxido de carbono (CO2), así como su origen. Las caraterísitcas del suelo y de las aguas fueron otras de las variables recogidas.
Para poder moverse en esta isla inhabitable utilizaban un helicóptero. Por condiciones meteorológicas solo pudieron subir una jornada y media al volcán. El resto de días estuvieron tomando muestras en la playa. Incluso midieron el flujo de unos lagos de la isla porque notaron que el agua burbujeaba. Para ello, se trasladaron en unas canoas y adaptaron los aparatos de flujo de los suelos a un flotador.
Por medidas de protección, tuvieron que completar un curso para saber defenderse ante el ataque de un oso. Algo muy improbable yendo ocho personas, pero, por precaución, llevaban un espray 'antiosos'. «Es un lugar de una belleza extraordinaria, de paisajes impresionantes con la compañía inseparable de águilas y una población peligrosamente numerosa de los osos Grizzlies», ha detallado David Benavente.
Yendo un paso más allá, un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA), con el catedrático David Benavente como líder del grupo, ha obtenido ahora financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación para analizar el estado de reactivación volcánica de todas de islas Canarias. Además, se prevé realizar varias campañas de campo en El Hierro. En el proyecto participan diferentes universidades tanto nacionales como internacionales.
El geoquímico David Benavente junto al físico Társilo Girona codirigen la tesis del geólogo Noé García-Martínez que estudia la situación volcánica de las islas Canarias. Este doctorando viajará a la Universidad de Alaska Fairbanks a mitad de septiembre para tratar los resultados de la campaña de campo del volcán Monte Edgecumbe y desarrollar técnicas y modelos de análisis de los datos de las imágenes obtenidas vía satélite.
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