De Alicante a la cima más alta de Alaska

«Hemos alcanzado la cumbre del Monte Denali. Gracias a todas las personas que nos habéis mandado apoyo y fuerzas». Con estas palabras Alfonso Blas y Carlos Cardelle anunciaban que habían logrado su sueño, pisar la cima de la montaña más alta de América del Norte. Una información que llegaba a través de su perfil de Facebook a última hora de la noche del martes 6 de junio, hora española.

Estos dos militares -forman parte del Mando de Operaciones Especiales de las Fuerza Armadas españolas con sede en Rabasa, en Alicante, Blas en situación de reserva- iniciaron apenas dos semanas antes, el 25 de mayo, la expedición 'Del Mediterráneo al Denali', que les ha llevado de las costas de 'la terreta' a una de las cimas del mundo, a 6.190 metros sobre el nivel del mar y en pleno corazón helado de Alaska.

Una aventura en la que se han enfrentado a condiciones extremas, temperaturas inferiores a los 30 bajo cero, caminatas sobre las nieves perpetuas de la cumbre, episodios de niebla y ventiscas con rachas de viento que superaban los 100 km por hora. «Hemos subido con una sensación térmica de -26 grados, unos 50 grados menos que lo que tenéis hoy en Alicante», indicaba con humor Blas en una de las jornadas.

Estos montañeros han contado su aventura a través de las redes sociales, donde han mostrado algunas imágenes representativas de su ascensión, pese a que la falta de cobertura les impedía comunicarse la mayor parte del tiempo. También han explicado algunas de las peculiaridades de esta expedición, como la 'primavera ártica', que les ha llevado a disfrutar de días de prácticamente 24 horas de luz, una ventaja para la ascensión, pero un problema para conciliar el sueño, por no mencionar que la tienda de campaña es prácticamente «una nevera».

En sus mensajes no solo han ido compartiendo impresiones y vicisitudes de la expedición, sino que también hacían partícipes al resto de su buen humor. «Las jornadas están siendo duras, sobre todo por la niebla y la nieve que nos está cayendo. Así que vamos despacito y con buena letra. Y 'pa alante como los de Alicante'», publicaba Blas el 31 de mayo, cuando comenzaron a transportar el material al Medical Camp. Esta base es la previa al 'High Camp', el punto más alto desde el que estos montañeros afrontaron la subida a la cima.

Pero todo ha salido bien. El lunes 5 de junio anunciaron que se habían instalado en el último campo base, a 5.240 metros de altura y solo a 600 de la cima del Denali. Un ascenso que no fue fácil debido a las malas condiciones meteorológicas, «La subida ha sido dura, me ha dado una 'pájara', pero estoy bien. Ha sido más por el hambre y la sed», explicaba Blas. Y apenas 24 horas después, a las 23.23 del 6 de junio, anunciaban que habían alcanzado la cima del Denali.

Sobre esta cumbre nevada estarán escritos para siempre los nombres de Alfonso Blas y Carlos Cardelle. Pero su gesta no solo responde a su pasión por la aventura y la montaña, sino que también han querido colaborar y dar visibilidad a entidades benéficas como la asociación Rafiki África, o el Club R19 para concienciar sobre la Fibrosis Quística o la fundación Uner de apoyo e investigación por y para las personas con daño cerebral y sus familias.