El Síndic reclama al Ayuntamiento mano dura contra el ruido en Alicante

Tras seis meses de indagaciones, investigaciones y escritos cruzados entre la Administración local y el Síndic de Greuges, el organismo autonómico ha emitido un informe sobre la situación del Casco Antiguo. Lo primero que hace es exigir que el Ayuntamiento «acelere la adopción de todas las medidas inspectoras, preventivas y sancionadoras que sean necesarias para eliminar la contaminación acústica existente en la zona del Casco Antiguo». Una situación, recuerda, que «afecta a los derechos de los vecinos» reconocidos en la propia Constitución.

El escrito, firmado por Ángel Luna, se hace constar que, de las inspecciones de las que ha informado el Ayuntamiento, «se refieren, en su mayoría, al cumplimiento de las previsiones del Plan Especial del Casco Antiguo (PECA) en relación con la cartelería y los aparatos de aire acondicionado». Solo tres «referidas al funcionamiento de los establecimientos» y no figura «la realización de inspección en relación con la existencia de licencia o autorización» de los pubs «que es una de las fuentes principales de la contaminación acústica que vienen sufriendo los vecinos de la zona».

El Ayuntamiento, según el Síndic, no hace constar «la realización de mediciones sonométricas para comprobar los niveles de ruido procedentes de los distintos establecimientos». Tampoco «la exigencia de auditorías acústicas a los establecimientos que cuentan con licencia».

Por ello, «se hace necesario revisar las licencias o autorizaciones con las que cuentan los establecimientos de la zona» para comprobrar si se corresponden con la actividad que vienen ejerciendo. El Síndic de Greuges requiere «la realización de una auditoría acústica» en el Casco Antiguo para comprobar los niveles de ruido que soportan los residentes.

Todas estas medidas en cualquier caso, recuerda el Defensor del Pueblo valenciano, deben ir acompañadas de otras que califica de «preventivas» para disminuir el ruido como «reducir la superficie y los elementos (mesas y sillas) autorizados»; «limitar el horario de funcionamiento de las terrazas instaladas» y «preservar las superficies necesarias para el correcto funcionamiento del espacio público manteniéndose libre de veladores para facilitar el tránsito peatonal».

Más allá de estas primeras medidas, el Síndic pide que vayan acompañadas de medidas sancionadoras previstas en la Ordenanza, más inspecciones y «la medición de los niveles sonoros de los equipos de sonido», así como «un control estricto del cumplimiento de los horarios de cierre de los locales». Es decir, más mano dura contra los pubs.

El Ayuntamiento de Alicante tramita en estos momentos la nueva Ordenanza del Ruido que actualiza la de 1991 en vigor. El documento aprobado por la Junta de Gobierno Local y que se prevé llevar al pleno de marzo para su aprobación inicial multiplica hasta por 100 las multas a los locales que molesten. No solo eso, sino que también prevé la reducción temporal de horarios, o hasta el cierre de la actividad, en los casos más graves.