Alicante comienza el desmontaje de la decoración navideña
La ciudad amanece con la retirada de las primeras piezas que han llenado de color y luz las fiestas
Alicante ha vuelto a la normalidad en uno de los lunes más lunes del año, ese que pone fin a las fiestas navideñas y al periodo vacacional. Acaba la época de los villancicos, las comilonas y el roscón para empezar el duro invierno y la cuesta de enero. También ha sufrido 'el bajón' la ciudad, que desde que Baltasar dejó el último regalo en casa del último niño, el pasado sábado 6 de enero, ha empezado el proceso de desmontaje de la diferente decoración navideña que ha iluminado las calles desde principios de diciembre.
Uno de los más madrugadores fue el campamento de los Carteros Reales de la plaza de Garbriel Miró. La mañana del lunes, 8 de enero, ya no quedaban restos en este emblemático lugar que fue el epicentro de la fiesta previa a la llegada de los Reyes Magos a la ciudad. La plaza de Correos lucía así su estampa habitual, muy alejada de las haimas y decoraciones que llenaban este espacio hasta hacía solo unas horas.
Después
Antes
También comenzó el domingo 7 por la mañana el desmontaje del Belén Gigante. Durante las primeras horas del día la grúa llegó a la plaza del Ayuntamiento, antes de empezar a trabajar para trasladar las piezas que conforman cada una de las figuras del Nacimiento. Los primeros en perder parte de su anatomía fueron Melchor y Gaspar, que desde primera hora del lunes ya no estaban completos y la parte más alta había desaparecido.
A lo largo del lunes la grúa ha continuado el trabajo de desmontaje del Belén Gigante, una de las mayores atracciones de la Navidad alicantina y que convierte la ciudad en un referente internacional por el récord Guiness que ostentan estas figuras.
Durante la semana, irán también desapareciendo de las calles de Alicante otras de las decoraciones navideñas, como el oso influencer de la plaza de la Montañeta o el cartel decorativo de 'Feliz Navidad' de la Explanada.
La iluminación navideña irá desapareciendo poco a poco de las diferentes calles de la ciudad conforme la empresa concesionaria las vaya retirando a lo largo de la semana. Con esto, la ciudad dice adiós a la Navidad y vuelve a la rutina tras las fiestas.