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La realidad tiene múltiples planos y la mirada global hace tiempo que se convirtió en una parcial para cualquier mercado o para cualquier territorio. Este punto de partida se vuelve más complejo cuando se intenta mirar hacia una provincia como Alicante que sufre y se ... recupera con la misma rapidez de factores externos.
Así, establecer el punto de arranque de 2024 recuerda a los bocetos que se hacen a lápiz, donde todo es susceptible de borrarse y volverse a dibujar. En el trazado grueso, Alicante pinta en materias como el turismo y la construcción, los dos pilares que siguen marcando tendencia y que la sitúan como un referente nacional e internacional. Su peso también se extrapola al mercado laboral y el PIB, el quinto de España.
El liderazgo vino también a finales de 2023 de la mano del censo. Alicante, cuarta provincia por población de España, se convirtió en la provincia con mayor crecimiento poblacional del país, lo que la confirma en esa posición con una subida del 2,5 %. Localidades como Torrevieja y Benidorm fueron las palancas. El municipio torrevejense registró la mayor subida (6,8%) entre las principales ciudades españoles, mientras que la capital turística de la Costa Blanca vio como su población creció un 4,3 % respecto a 2022, la cuarta de España. En resumen, la provincia se sitúa a 44.732 censados de la barrera de los dos millones de personas y queda con 1.955.268 habitantes.
Quizás el potencial poblacional pueda parecer insuficiente en algunos escenarios; pero, sin duda alguna, es una de las fortalezas que se pueden poner en primer término, pues demuestra que es una tierra atractiva para vivir. A partir de ese punto central, Alicante se dibuja sobre una radiografía poliédrica acorde con la diversidad productiva.
El pilar turístico se ha ido ensanchando desde la pandemia en las dos direcciones: alto y ancho. La Costa Blanca sumó en 2023 nuevos récords y nuevos segmentos. El empresariado vuelve a mirar hacia una balanza positiva en aspectos como la ocupación, pero también en la rentabilidad. El incremento de precios, empujados por la crisis energética, ha afinado el perfil del turista nacional e internacional.
A falta de los datos de diciembre, Benidorm, el verdadero termómetro hotelero, ha tenido vuelto e incluso mejorado los datos de 2019, el último gran año turístico. El motor es la promoción, es la cooperación público-privada y el hecho de que se ha sabido reanudar, como si se tratara del pilotaje de un Fórmula 1. Se supo frenar en seco ante la pandemia y acelerar ante una recta, pues no hay que olvidar que el turismo es un campeonato mundial donde no sólo sirve ser el más rápido, sino también el más fiable.
Desde los bonos de viaje a la reapertura internacional, el camino ha servido para que en este tiempo se hable de los Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) y de la sostenibilidad en destino. No obstante, aquí el protagonismo pertenece al aeropuerto Alicante-Elche. La infraestructura de El Altet, que cerró noviembre por primera vez en su historia con más de un millón de pasajeros, entra en números incontestables. Más de 15 millones de viajeros supone triplicar la población de la Comunitat Valenciana.
El segundo pilar sigue ubicado en el turismo residencial, ese segmento de la construcción que hila con el turismo y da continuados liderazgos a la provincia. A pesar del agitado espacio internacional con una guerra en Ucrania paralizante, se ha confirmado que el brexit no agrietó un mercado acostumbrado a ser epicentro para los europeos. Ahora que se ha abierto la ventana norteamericana se esperan nuevos crecimientos.
Detrás de ambos, el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca) publica trimestralmente un gráfico representativo denominado el 'Indicador Ineca' donde se aprecian las «mejoras moderadas», a falta de que se cierre el ejercicio. Sólo la agricultura parece que esté abocada a un resultado final negativo, azotada por los envites climatológicos y la pertinaz sequía, un caballo de batalla que vuelve a estar en los tribunales a cuenta de un trasvase Tajo-Segura herido.
No obstante, la provincia ha sabido conectar el sector primario con la innovación y generar una industria agroalimentaria potente con empresas de peso y marcas reputadas. Algunas han cumplido 100 años, caso de Carmencita, la sociedad situada en Novelda de la familia Navarro, un referente en el segmento de las especies. De este caso particular, se extrapolan otros y sirve de muestra para ver las apuestas también ligadas a las denominaciones de origen o los Indicadores Geográficos de Protección (IGP) que han situado productos cien por cien alicantinos en todo el mundo. En la memoria reciente, seguro que está el turrón o la uva de mesa embolsada, los vinos de Alicante, la granada ilicitana, las alcachofas, las cerezas de la Montaña o los nísperos de Callosa d'En Sarrià. Manjares únicos por sabor, textura y procedencia.
En cuanto al sector industrial, la provincia alicantina es un territorio de hitos singulares. En un mar de dificultades, pues la prosperidad está inevitablemente ligada a las exportaciones y la reactivación del mercado internacional, lo que viene parece mejor que lo pasado. Las previsiones de la Cámara de Comercio de Alicante para 2024 indicaron a mitad de año un «mayor crecimiento del comercio mundial en consonancia con la recuperación de la actividad económica», con permiso del convulsivo conflicto Israel-Palestina.
La industria suena a calzado con la presidencia europea ahora en manos de Rosana Perán, la vicepresidenta de Pikolinos y en calidad de presidenta de la Federación Española del Calzado. Suena a juguete y mármol, aunque el sonido desprenda preocupación por los vaivenes externos. Y mientras la diversidad se abre paso, la provincia ha tomado posiciones para organizarse en el campo de la logística a la espera del Corredor Mediterráneo. Los ejemplos los encontramos en áreas como Villena en el norte y la Vega Baja en el sur.
En un escenario de incertidumbre, sobresalen empresas punteras. El caso que ha dado la vuelta al mundo es PLD Space, la empresa con base en Elche, puso en órbita un satélite y su desarrollo hizo soñar con una agencia aeroespacial. No obstante, su caso representa la capacidad emprendedora de los alicantinos que ha crecido alrededor de un ecosistema cada día más compacto. Semillas como las plantadas por Genion en el coworking decano de la provincia en Petrer, hoy suponen una inspiración para otros espacios.
Así desde el ámbito privado se puede pasar al público con una euroagencia que marca desde Alicante la lucha contra las falsificaciones merced a la protección a la propiedad intelectual. La Euipo cumplirá 30 años desde su creación en 2024 y, además del posicionamiento que ha significado un «impacto sobre la renta regional de 240 millones de euros en 2020-2021 y permitió generar cerca de 3.000 puestos de trabajo», según el último estudio de la Cámara de Comercio.
Como nexo a estas figuras, están los parques científicos de la Universidad de Alicante y la Miguel Hernández y la red innovadora generada desde la colaboración. Sirvan de referentes Dinapsis (gestión del agua), la Fundación Ellis (proyectos de IA) o la asociación AlicanTec (tecnología), y es que la provincia ha ganado enteros en el desarrollo de iniciativas ligadas a la biotecnología y a la Inteligencia Artificial.
Otros hitos que han situado en el mapa la provincia proceden del campo de la movilidad. Hay dos empresas en lados muy diferentes y otras dos emergentes que están marcando pautas en la conectividad y la sostenibilidad. La transición hacia las emisiones cero de Baleària en el transporte marítimo de pasajeros o los avances en la industria neumática de Grupo Soledad. En el «de ahora en adelante», proyectos relacionados con la nueva automoción: GDV Mobility y Tera Batteries Recycling.
A esta velocidad, un apunte que concita nuevas oportunidades: el aterrizaje y desarrollo de nuevas frecuencias de las compañías ferroviarias de 'low cost'. La alta velocidad ha ayudado a vertebrar localidades estratégicas de la provincia. Ahora ya hay cinco municipios con paradas. A Alicante, Elda y Villena se han sumado Orihuela y Elche.
Por otra parte, lo que algunos han venido en calificar como «oferta turística imbatible» procede de una riqueza cultural extraordinaria y una gastronomía excepcional capaz de generar experiencia en entornos idílicos. Los patrimonios culturales como el Misteri d'Elx o El Palmeral forman parte de unas imágenes que llenan álbumes.
La arqueología con el Marq como museo de referencia, la ruta de los castillos o los parques naturales están en el inventario de una provincia que cuenta con la única isla habitada de la Comunitat Valenciana. Tabarca es, además, la primera reserva marina que se declaró en España que exhibe unas aguas cristalinas inigualables. Ese Mediterráneo atesora unas playas, calas y clubes náuticos de servicios. Alicante es la provincia con más banderas azules de España.
Del mar también salen productos como la gamba roja de Dénia, un producto sobre el que se ha construido una Ciudad Creativa de la Gastronomía. Este proyecto es una embajada que sitúa la fortaleza gastronómica dentro de la Unesco.
En este capítulo, no se pueden olvidar el efecto tractor que producen las fiestas tradicionales. Desde enero con la Cabalgata de los Reyes Magos más antigua de España en Alcoy a diciembre con la batalla de 'Els Enfarinats' en Ibi, la provincia ha sabido introducir en el calendario fiestas como las Hogueras. En la ciudad de Alicante, los monumentos y el ambicioso programa atrajeron en 2023 a cerca de dos millones de visitantes con un impacto en la economía local de 250 millones de euros, según estimaciones realizadas por el Ayuntamiento de la capital.
En la trayectoria entre ejercicios, hay un denominador común que ha actuado como freno histórico. Alicante está considerada como una provincia exportadora, sin embargo, la falta de inversiones y la reiterada infrafinanciación hacen que este potencial se encuentre sistemáticamente sometido a un estrés adicional continuado.
El empresariado y la sociedad alicantina claman desde hace tiempo por una financiación justa ante el resto de comunidades autonómicas y provincias. Esta situación se ha convertido en un lastre y en una grieta social. La brecha abierta es una preocupación que el presidente de Ineca, Ignacio Amirola detalló el pasado noviembre: «Tenemos una provincia y una comunidad que claramente tiene mermada su capacidad de crecimiento por el elevado endeudamiento público».
Desde el instituto, desde hace tiempo, se llama la atención sobre «la escasa ejecución de las inversiones comprometidas en los presupuestos autonómicos (y generales) para la provincia de Alicante, lo que repercute en nuestro nivel de renta per cápita y lastra nuestra competitividad como territorio».
Superar estos escollos y evitar que se perpetúen permitirán oxigenar a sectores pujantes y reactivar los que son sello de una provincia única por su capacidad para crecer y capear temporales.
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