Así es el traje militar del futuro testado por los 'boinas verde' de Alicante
La indumentaria permite evacuar el sudor a la vez que canaliza la circulación de aire, refrigerando zonas críticas y vitales con el objetivo de evitar golpes de calor | La investigación de este proyecto es una solución trasladable al ámbito civil
Los militares que realizan operaciones extremas en desiertos, selvas tropicales o incluso maniobras con equipos de protección no solo se enfrentan a otros soldados o al intenso esfuerzo físico, también lo hacen frente a un enemigo invisible pero letal: el calor.
La exposición prolongada a altas temperaturas es causa de estrés térmico en el organismo, lo que puede ocasionar graves consecuencias para la salud. Los casos de militares fallecidos por golpes de calor son más elevados de lo que se cree.
La última muerte por calor en el Ejército -que ha trascendido- ha sido la de P. J. S., un cadete de 22 años que falleció el pasado septiembre cuando realizaba un ejercicio de instrucción y adiestramiento en el campo de maniobras San Gregorio.
En el desarrollo de la indumentaria militar, en el marco del proyecto 'Termoconf' -financiado por el Ministerio de Defensa- trabajan la empresa madrileña Fecsa, a la vanguardia tecnológica del sector textil europeo; junto con el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), referente europeo en el estudio del confort térmico en diferentes productos y entornos; y la mercantil catalana ECima.
La lucha contra el calor
Miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) de Alicante han testado el traje que permite combatir ese estrés térmico para reducir los golpes de calor. Se trata de un sistema mixto diseñado con materiales 3D y electrónica de bajo coste que permite evacuar el sudor a la vez que canaliza la circulación de aire, refrigerando zonas críticas y vitales.
Con esta indumentaria, el combatiente evita saturar por sudoración los mecanismos de regulación del cuerpo y consigue estar más seco y más fresco, sin perder movilidad. Los tests se han realizado tanto con hombres como mujeres con el objetivo de que la solución se valide contando con criterios antropométricos, térmicos, ergonómicos, morfológicos y de género.
Con este proyecto se está investigando una solución que disminuya la carga térmica sobre las personas en condiciones ambientales de calor extremo, como es el caso del Ejército de Tierra español en el desempeño de operaciones, para minimizar sus consecuencias.
La única forma natural que tiene el cuerpo humano de regular el calor es a través de la evaporación de la sudoración
En condiciones de alta temperatura ambiental, la única forma natural que tiene el cuerpo humano de regular el calor es a través de la evaporación de la sudoración, que se ve favorecida por la ventilación o circulación de aire cercano a la piel. Por ello, mejorar esta ventilación es fundamental para reducir la carga térmica sobre el organismo.
Los resultados se han obtenido con la uniformidad del Ejército de Tierra, si bien son aplicables al resto de Fuerzas Armadas del Estado Español (Armada y Aire). Todo el proceso está siendo supervisado de cerca por el Ministerio de Defensa, para asegurar que las futuras prendas de indumentaria para entornos de estrés térmico cumplan con los estándares más exigentes de calidad y seguridad.
El director de innovación en Indumentaria de IBV, Juan Carlos González, ha destacado que, analizando la respuesta termorreguladora del cuerpo, a partir de una gran base de datos de la población española y de la experimentación extrema con personal militar, el Instituto «ha creado una metodología que permite detectar pequeños cambios de temperatura y recrear un mapa corporal 3D para predecir y analizar su evolución».
En palabras la responsable de proyectos de I+D en Fecsa, de Gemma Romualdo, están trabajando «en la mejora continua de la indumentaria del combatiente para proporcionar una mayor protección y ergonomía para el soldado de a pie, que es el principal sistema de combate». Por ello, en paralelo, se ha desarrollado un nuevo equipo de combate «con textiles ligeros, permeables y de altas prestaciones mecánicas que aportan al usuario una mejora en el confort térmico en ambientes extremadamente cálidos».
A lo largo del proyecto, se han llevado a cabo pruebas con combatientes, en condiciones controladas en el laboratorio de Confort Térmico del IBV, que han permitido «optimizar y adecuar» el sistema a las actividades y requisitos de indumentaria, balística y carga del Ejército de Tierra español. Con este programa se conseguirá «minimizar el estrés del combatiente para mantener sus capacidades tanto a nivel físico como psicológico en la toma de decisiones», ha detallado.
El proyecto está financiado por el Ministerio de Defensa en el marco del Programa 'Coincidente 2020', gestionado por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) a través de su Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación (SDG-Platin).
Ámbito civil
La investigación de este proyecto es una solución trasladable al ámbito civil para su uso en puestos de trabajo y actividades donde las elevadas temperaturas representen un factor determinante en el estrés térmico experimentado por los trabajadores de sectores como la construcción, la agricultura o el industrial.
Con esta tecnología se pretende reducir el riesgo de sufrir golpes de calor en trabajos como la construcción, actividades de limpieza, mantenimiento de calles o jardinería, caracterizados por ejecutarse en entornos exteriores, u otras ocupaciones donde la persona trabajadora está expuesta a una elevada carga térmica, como son los hornos industriales o la metalurgia.
