La Policía investiga un esqueleto humano hallado por unos bomberos forestales en Dénia
Los investigadores descartan a priori la muerte violenta y tratan de esclarecer si el fallecimiento se debió a causas naturales o a un accidente en el monte
¿Qué hacía un esqueleto humano en un sendero de la pedanía dianense de Jesús Pobre y de quién son los restos óseos? Esta es la pregunta que los agentes de la Policía Judicial de Dénia tratan de responder. Según ha podido conocer TodoAlicante, el cadáver fue hallado a finales de agosto por un grupo de bomberos forestales que realizaban labores de mantenimiento y prevención de incendios.
Tras el aviso, agentes de la Policía Nacional se desplazaron al lugar para acordonar la zona, recoger muestras y documentar los restos con fotografías. Por el momento, no se ha podido determinar ni el sexo ni la edad de la persona fallecida.
Además, según han confirmado a este diario fuentes conocedoras, nadie ha denunciado la desaparición ni existen indicios de violencia, por lo que la investigación se centra en esclarecer si el fallecimiento se debió a causas naturales o a un accidente en el monte.
El Instituto de Medicina Legal será el encargado de realizar los análisis antropológicos y forenses que puedan arrojar luz sobre estas características y la posible antigüedad del hallazgo. Por ahora, en Jesús Pobre solo quedan preguntas sin respuesta: quién era la persona y cuánto tiempo llevaba fallecida en aquel sendero.
Otro macabro hallazgo
En enero de 2024, otro hallazgo estremeció a la provincia de Alicante. La Guardia Civil localizó en Xixona los cuerpos de un matrimonio alemán residente en Mallorca, desaparecido semanas antes, tras la aparición de un brazo de mujer en la partida del Espartal, tal y como adelantó TodoAlicante.
Los cadáveres yacían en una vaguada escarpada y de difícil acceso, a medio kilómetro de su coche, y junto al hombre apareció una escopeta. La principal hipótesis que manejaron los investigadores fue el sucidio pactado, hecho que no llegaron a confirmar.
Presumiblemente, el hombre de 61 años acabó con la vida de su esposa, de 48 años, antes de pegarse un tiro con una escopeta de doble cañón, arma que apareció sobre los restos del ciudadano alemán.
Este caso, como el del esqueleto de Jesús Pobre, recuerda la vulnerabilidad de quienes mueren en zonas aisladas y el reto que supone para las fuerzas de seguridad reconstruir los hechos.