El jurado declara culpable al acusado de ejecutar a Yolanda el día de Navidad en Elche
Las acusaciones solicitan que quien era su expareja en el momento del crimen sea condenado a 27 años de prisión por tenencia ilícita de armas y asesinar de un disparo en la cabeza a la joven paraguaya
Se llamaba Yolanda, tenía 25 años y era de Paraguay. Era madre de un niño de 9 años y una niña de 4. La madrugada de Navidad de 2021 la ejecutaron de un disparo en la sien en un domicilio del barrio de Los Palmerales de Elche. Casi dos años después, el jurado popular ha declarado culpable del crimen a su expareja sentimental, Francisco N.M, un joven español de 23 años.
La fiscalía, la acusación particular que ejerce la familia de Yolanda, las acciones populares de la Generalitat y una asociación de vecinas ilicitanas solicitan una pena 27 años de prisión: 25 por el delito de asesinato con alevosía y la agravante de género y dos años por tenencia ilícita de armas. También piden indemnizaciones de entre 200.000 y 250.000 euros para los hijos de la víctima, para la madre y para su hermana.
La defensa del acusado, ejercida por el letrado Moisés Candela, solicitaba la absolución, algo ya descartado por el jurado. La magistrada que ha presidido la vista oral en la Audiencia Provincial de Alicante, Margarita Esquiva, será la encargada de imponer la pena.
Yolanda había llegado hace dos años a España y apenas llevaba saliendo un mes con Francisco, lo suficiente para ver que sus caminos tenían que separarse. La joven paraguaya decidió romper la relación la Nochebuena de 2021 debido al carácter celoso, posesivo y controlador de Francisco, que incluso le prohibía relacionarse con otros compatriotas, según informaciones recogidas por Europa Press en una de las vistas del juicio.
Ese mismo día tuvieron una discusión por WhatsApp. El declarado culpable del asesinato convenció a la víctima para que acudiera a su casa la madrugada del día de Navidad. Yolanda llegó a las 1.29 horas al domicilio con una muda para pasar la noche sin saber que el piso ubicado en la calle Taronger iba a ser su tumba. Al poco de llegar, Francisco la ejecutó: le puso un arma corta pegada a la sien izquierda y apretó el gatillo sin que Yolanda pudiese defenderse, según acredita el jurado popular.
Según la acusación pública, el asesino escondió el arma del crimen en el interior de un calcetín rosa y negro que lo escondió en una pared de uno de los domicilios en los que se escondió antes de ser capturado por la Policía. Francisco ofreció dinero a varias personas de su entorno para que le ayudaran a deshacerse del cuerpo de Yolanda y huyó.
La tarde del asesinato llamó a su abogado, Moisés Candela Sabater, y tras encontrarse le confesó que en su domicilio se hallaba el cadáver de una joven, por lo que el letrado avisó de inmediato a la Policía Nacional.
Huida, tiroteo y captura
Francisco estuvo desaparecido durante varios días hasta que la Policía recibió una llamada que alertaba de su ubicación: se había atrincherado en un prostíbulo de Elche que regentaba su exsuegra. Lo que pasó después parece sacado de una película.
Dos agentes de la Policía Nacional se desplazaron al prostíbulo para detener a Francisco. Según el relato de uno de los policías, entraron al edificio, subieron por las escaleras y conforme pisaron el rellano y gritaron «policía, policía» el sospechoso asomó la cabeza y soltó el primer «petardazo».
MÁS INFORMACIÓN sobre el acusado
Con la detonación, los agentes se quedaron en «shock». Un funcionario policial confiesa que intentaron relajar al sospechoso. Estuvieron hablando con Francisco aproximadamente 15 minutos para convencerle de que se entregase, pero el joven lo tenía claro: «Me da igual lo que tardéis, aquí va a morir alguien, así que poneros todos los chalecos que queráis.»
Ante estas amenazas, uno de los agentes le replicó que ellos también tenían armas, a los que el atrincherado les contestó «sí, pero vosotros no tenéis un AK-47». Según el agente, el joven estaba fuera de sí y no dudó en apretar el gatillo. «Se hubiese llevado a cualquiera por delante», sentencia.
Por estos hechos, el pasado febrero Francisco aceptó una condena de 10 años y medio de prisión -menos de la mitad de los más de 25 inicialmente solicitados por el Ministerio Público- a la que se sumará la que finalmente la magistrada Margarita Esquiva decida por el asesinato de Yolanda.
