El infierno vivido por 13 mujeres obligadas a prostituirse 24 horas al día en un piso del centro de Alicante

Las 24 horas del día, siete días a la semana. Este era el tiempo que estaban obligadas 13 mujeres extranjeras a ejercer la prostitución en un piso del centro de Alicante camuflado como un salón de masajes. Allí pasaron un verdadero infierno, desde condiciones infrahumanas de habitabilidad hasta ser forzadas a vender droga a los clientes, así como a consumirla para aguantar las largas jornadas impuestas por los proxenetas.

El negocio, anunciado a través de páginas web y redes sociales, estaba regentado por una mujer que llevaría alrededor de 20 años dedicándose a esta actividad, durante los cuales habría ganado a costa de sus víctimas medio millón de euros anuales, según informa la Policía Nacional. Por los hechos la cabecilla de la red de prostitución ha ingresado en prisión.

De acuerdo con un comunicado emitido por el cuerpo de seguridad, son 13 las mujeres liberadas y cinco mujeres las detenidas, de nacionalidades española, colombiana y rumana y de edades entre los 27 y 50 años. Las presuntas proxenetas tenían hacinadas a las víctimas en un pequeño piso en condiciones lamentables de insalubridad.

Era tal el infierno que pasaban estas mujeres que, a pesar de vivir en el domicilio, no tenían habitaciones asignadas y debido al alto trasiego de varones que demandaban los servicios sexuales, las víctimas no podían dormir en las habitaciones. En lugar de eso tenían que dormir a veces hacinadas en la mesa de la cocina, para lo que se les proporcionaba una sábana a cada una, la cual empleaban tanto para dormir como para la práctica de los servicios que realizasen.

Estas mujeres estaban explotadas las 24 horas del día durante toda la semana, con tan solo dos horas diarias para el descanso. Sin embargo, si debían atender a algún cliente no podían aprovechar dicho tiempo para descansar.

La investigación arrancó cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento de que en un piso céntrico de la ciudad de Alicante se estaba ejerciendo la prostitución y había varias mujeres obligadas a ello. Por tanto, se estableció un dispositivo especial que terminó por confirmar dichas sospechas.

Los agentes observaron un alto trasiego de hombres en un inmueble que estaba registrado como domicilio social de una empresa de masajes, aunque por redes sociales se anunciaban los servicios sexuales. Una vez atados todos los cabos y tras identificar a los responsables del grupo criminal se llevó a cabo la operación.

En una primera fase la policía registró el domicilio, donde encontró a tres de las investigadas en su interior, siendo estas detenidas. La cuarta sospechosa fue hallada en otro piso de la ciudad. En la vivienda se encontraron también 18 envoltorios de cocaína de medio gramo cada uno, preparados para su venta, y una bolsa con otros 40 gramos de dicha sustancia, además de 2.000 euros en efectivo y diversa documentación que probaba la explotación sexual de las víctimas.

En la segunda fase y gracias a los indicios hallados en el piso se obtuvieron pruebas contundentes sobre la identidad de la presunta cabecilla del grupo, quien fue localizada y detenida en su propio domicilio. Allí se intervinieron cerca de 50.000 euros y diversa documentación relativa a la explotación sexual, incluyendo libretas de contabilidad.

Las cinco arrestadas, por los presuntos delitos relativos a la prostitución, contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal, eran de nacionalidades española, colombiana y rumana, y sus edades estaban comprendidas entre los 27 y 51 años. En cuanto a la líder del grupo criminal, dada la gravedad de los hechos y el riesgo de fuga, el Juzgado de Instrucción decretó su ingreso en prisión, así como la clausura definitiva del establecimiento.

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