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Un hombre de 58 años supuestamente reparaba y pintaba vehículos sin las autorizaciones ni condiciones necesarias en un taller clandestino ubicado en una finca de Rojales, hasta que la Guardia Civil lo ha cazado. La actuación tuvo lugar el pasado 26 de octubre durante una inspección rutinaria del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Guardamar del Segura.
Durante la operación, los efectivos observaron un turismo en reparación en el exterior de una casa de aperos. Al aproximarse, solicitaron la documentación a la persona que se encontraba allí, comprobando que, además de labores de mecánica, llevaba a cabo tareas de pintura y reparación de chapa en otros vehículos.
En la zona se detectó también una acumulación considerable de residuos y chatarra depositados sin control ambiental ni medidas de seguridad. Además, los agentes identificaron un total de 15 vehículos a motor entre turismos, furgonetas y motocicletas pertenecientes a distintos propietarios y en distintas fases de reparación.
Al investigado se le solicitó la licencia ambiental, la acreditación de alta en el Registro de Talleres de la Comunitat Valenciana y la placa distintiva de taller, careciendo de todos estos requisitos. Además, se comprobó que los residuos peligrosos generados en el lugar, tales como filtros, líquidos de frenos, baterías, disolventes y polvo de lija, no estaban siendo gestionados por un gestor autorizado. Solo se justificó la entrega de aceites usados, lo cual indica una presunta eliminación clandestina de otros residuos.
Carecer de licencia de apertura, ambiental o estar registrado en Industria.
No disponer de un número de identificación medioambiental.
No estar dado de alta como Pequeño Productor de Residuos Peligrosos.
Mezclar residuos de distintas categorías sin control.
No presentar justificante de entrega de residuos a gestor autorizado.
No contar con extintores ni medidas contra incendios.
Cada una de estas infracciones puede acarrear sanciones de hasta 45.000 euros, que pueden alcanzar hasta 300.000 euros en el caso de los residuos peligrosos, según informan desde el Instituto Armado. La denuncia responde a la gravedad de las infracciones y a los riesgos que suponen para el medio ambiente y la seguridad de la comunidad.
Esta actuación se enmarca en los controles que el Seprona realiza sobre la gestión de residuos y la seguridad en talleres de reparación, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la normativa y proteger tanto la salud pública como el entorno natural.
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