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Un hombre ha sido condenado a dos años y tres meses de prisión por robar colchones en una empresa ubicada en el polígono industrial Las Atalayas de Alicante. Así lo ha confirmado la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante, junto a otra pena de un año y ocho meses de prisión para otro hombre que los vendía a bajo precio por internet.
El primero de los penados arrastra un delito continuado de robo con fuerza, al sustraer hasta ocho colchones del almacén. El hombre empleó dos 'modus operandi' para ello. En ocasiones saltaba un muro de dos metros de altura para acceder al recinto exterior de la empresa, donde permanecían los colchones; otras veces aprovechaba que la puerta estaba abierta.
Según relata la sentencia, hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), los empleados de esta firma depositaban algunos colchones que no se iban a poner a la venta, porque tenían taras o porque se hallaban en mal estado, en la parte exterior del almacén, protegido por el muro, situación que supo aprovechar el ahora condenado entre los meses de febrero y marzo de 2022.
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El hombre, tras acceder al recinto de la empresa, se apoderaba de los colchones que estaban en buen estado y, tras cargarlos en una furgoneta que tenía aparcada en la entrada de la empresa, se marchaba. El pronunciamiento judicial expone que actuó en, al menos, ocho ocasiones.
Tras su salida con los colchones en el vehículo, el ladrón los vendía a un precio muy bajo al segundo condenado -por delito de receptación- que, según la resolución, conocía el origen ilícito de los mismos. Tras esta primera compraventa, el cómplice ofrecía los colchones en una plataforma web por un precio reducido en comparación con el de venta en tienda. Además, concertaba citas con los clientes interesados en un local de Alicante.
Una de estas citas, celebrada en marzo de 2022, fue concertada con un cliente supuestamente interesado en adquirir uno de los colchones a bajo precio. El comprador era en realidad un detective privado contratado por la empresa fabricante, perjudicada por estos robos.
El detective constató así que la unidad que el segundo condenado le vendía a través de internet había sido robada días antes. El precio de venta en el entramado era de 280 euros, cuando el valor real del producto alcanzaba los 840 euros.
Además de la condena de dos años y tres meses para el ladrón y un año y ocho meses para el cómplice, ambos deberán hacer frente de forma conjunta a una indemnización de 1.785 euros que abonarán a la empresa propietaria de los colchones en concepto de responsabilidad civil.
La Sala ratifica así la sentencia dictada en mayo de 2024 por el Juzgado de lo Penal número 4 de Alicante, que estableció esas penas pero absolvió a uno de los condenados de un delito de estafa del que también estaba acusado.
La defensa del condenado por el robo con fuerza recurrió la sentencia del juzgado de lo Penal y alegó, entre otros argumentos, la existencia del denominado «delito imposible», tras sostener que su representado no incurrió en ningún delito debido a que los colchones no le eran ajenos y estaban destinados al reciclaje por parte de la empresa.
Sin embargo, el Tribunal, de acuerdo con el criterio fijado en la sentencia inicial, descarta esta tesis y concluye que los efectos sustraídos «no eran de acceso libre sino que estaban en un recinto cerrado, de acceso prohibido y protegido», y que, pese a que iban a ser reciclados, «sí tenían un valor económico real pues tras el reciclaje de esos materiales iban a ser transformados para darles un nuevo uso».
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