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Un puesto en las galerías de alimentación Churruca. Miriam Gil Albert

Peluquerías, bares y hasta tatuajes: la transformación de las galerías de alimentación de Alicante

Tras años de abandono, estos locales comerciales recuperan la actividad con nuevas y variadas ofertas

Domingo, 25 de mayo 2025, 07:42

Centros comerciales, supermercados, mercadillos o mercados de barrio forman parte del paisaje comercial de Alicante. Sin embargo, las modas y los cambios sociales han transformado esta oferta con el paso del tiempo. En varios barrios de la ciudad todavía resisten las galerías de alimentación, con entradas modestas que conducen a espacios amplios repletos de puestos de verdura, charcutería, carnicería o pescadería.

Aunque en los últimos años muchas de estas galerías han perdido afluencia, algunas han sabido reinventarse para seguir resultando atractivas. En ciertos casos, como el de Galerías Churruca, la transformación ha sido total: de mercado tradicional a referente gastronómico. Otros espacios, como Galerías Canalejas o Inmaculada del Pla, han frenado su decadencia apostando por la diversificación y nuevas actividades.

El Mercado de San Miguel de Alicante

Las galerías Churruca están de moda. Tras años de cierres progresivos de los puestos de alimentación, la hostelería fue ocupando el espacio hasta que, en 2025, todo el recinto pasó a estar dedicado a la restauración.

En este enclave conviven restaurantes como el Alma o El Mincho, los veteranos en la zona, que apuestan por la cocina fusión con elementos alicantinos y de otras partes del mundo, con una coctelería, uno gaditano o uno de embutidos y vinos. La oferta es amplia y variada, y los fines de semana es imposible conseguir una mesa sin reserva.

Las propuestas gastronómicas de las galerías Churruca. Miriam Gil Albert

Eduardo, un cliente habitual que comparte mesa con unos amigos en La Kioska, un local especializado en gildas, explica que «venimos mucho porque estamos muy a gusto, además puedes parar a picar en varios sitios».

«Hemos visto la transformación muy lentamente, se genera mucha sinergia entre todos los locales, la gente entra por una puerta y va probando todo hasta salir por la otra, y eso nos beneficia a todos», explica por su parte Andrés Britos, cocinero del Mincho.

De la zumba a los restaurantes

Muy diferente es la situación de las galerías de Inmaculada del Pla. Hasta hace poco, cada vez que un puesto colgaba el cartel de «Se vende» se quedaba durante meses y no había recambio.

La tendencia ha comenzado a cambiar en los últimos años, gracias en parte al atractivo de diversificar la oferta. En este establecimiento puedes comprar algo de carne y pescado, pero también hay peluquería y en breve abrirá sus puertas una tienda de tatuajes. En sus locales también hay actividades como zumba, jornadas gastronómicas o música en directo que han aportado un nuevo aire al espacio.

«Hace poco abrieron la pescadería y un restaurante colombiano», explica Juan Lesmes, camarero de El Palmito, uno de los bares de estas galerías. El atractivo de los restaurantes es uno de los motores del cambio. Locales como el de Juan ofrecen a los clientes hacer su compra en alguno de los puestos y allí mismo se lo sirven, con el género más fresco que se puede encontrar: del mostrador a la mesa. Una apuesta que les ha granjeado un público fiel que durante los fines de semana hace necesario reservar para conseguir una mesa.

Galerías Inmaculada del Pla. Miriam Gil Albert
Imagen principal - Galerías Inmaculada del Pla.
Imagen secundaria 1 - Galerías Inmaculada del Pla.
Imagen secundaria 2 - Galerías Inmaculada del Pla.

Luis, de la frutería Hermanos Sirvent, lleva 42 años vendiendo en este puesto y reconoce que la mayoría de gente que compra es mayor. Aunque explica que los fines de semana cada vez se ve a más jóvenes. Los comerciantes de estas galerías ven en los nuevos inquilinos de otros sectores una manera de darse a conocer y consideran que, al menos en este caso, la diversificación está atrayendo a nuevos clientes.

Compras 'como siempre'

Las galerías Canalejas de la calle Portugal han vivido de primera mano la transformación del barrio. La cercanía de otros comercios y el traslado de los más jóvenes a otras zonas de la ciudad ha hecho que en los últimos años la tendencia fuera a la baja. Sin embargo, este espacio ha logrado darle la vuelta y, según explican los comerciantes, cada vez más clientes eligen comprar en sus puestos.

Clientas en una frutería. TC

De hecho, los vendedores coinciden en que hay interés por los locales que se quedan vacíos. «La charcutería cerró porque se jubiló, pero viene mucha gente a verlo y no tardará en ocuparse», explica Carmen Cánovas, de Carnicería Caturla.

Charcutería recientemente cerrada. TC

María, de la charcutería, reconoce que no venden tanto como antes, pero que les da para trabajar bien, y en la frutería comentan que en realidad también hay un interés de la gente joven que ha empezado a interesarse por el comercio de cercanía. Además, según narra el pescadero, Javier Moñinos, la clave del éxito está también en eventos como catas de vinos o de cervezas que se organizan en el bar, que ha reabierto hace poco.

Clientes como Tamara, de origen georgiano y residente en Alicante, hacen la compra diaria en estas galerías. Otros, como María, llevan más de 40 años acudiendo: «Los productos son muy buenos y los vendedores, muy agradables», afirma.

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