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Cada vez más mujeres deciden emprender la maternidad en solitario en Alicante. Al menos así lo reflejan las cifras del IVI en la provincia. El centro de reproducción asistida constata el aumento de un 35% en los últimos cinco años de las mujeres que han decidido tener a sus hijos en solitario.
Las causas parecen comunes. «Antes cuando una mujer se quedaba embarazada la echaban del sistema laboral, ahora cuando llegan a esa estabilidad y deciden ser madres no llegan a encontrar lo que realmente desean en una pareja y toman la decisión de hacerlo en solitario», explica Alba Navalón Mira, enfermera y doctora en sociología de la UA. De ese mismo punto de vista es la matrona Teresa Martínez, quien no considera que haya ninguna diferencia durante el embarazo, el parto y postparto para esta mujeres que deciden ser madres solteras.
Navalón reconoce que la sociedad española ha cambiado y que a día de hoy el modelo de familia monoparental está totalmente aceptado e incluso cada vez más hay políticas que ayudan a este tipo de familias y buscan favorecer la natalidad, tan necesaria en nuestro país.
En esa situación están Elena y Maria José. Estas dos mujeres tenían claro que querían ser madres y comparten que esta decisión ha sido la mejor de sus vidas. «La decisión fue rodada, siempre había querido ser madre y tenía una amiga que trabajaba en una clínica y además conocía a más personas que lo habían hecho, me quedé embarazada a la primera, explica Maria José.
El proceso de Elena fue más largo. Ella siempre había querido ser madre pero tras una ruptura no encontraba con quién, así que decidió congelar óvulos a la edad adecuada para ello. Pero tras el nacimiento de su sobrina y durante la pandemia tomó la decisión y tras un proceso algo más largo llegó el positivo. «No iba a esperar a que pareciera la persona correcta, muchas parejas a mi alrededor se han separado y pienso que he tomado la mejor decisión de mi vida al tener un hijo yo sola», afirma esta mujer.
El perfil es similar, mujeres con estabilidad económica y rentas acomodadas, con una red familiar sólida y que les apoya en este proyecto que deciden llevar adelante su proceso de ser madres. «La empresa en la que estoy me da todas las facilidades, estoy teletrabajando desde casa y eso ayuda mucho, por desgracia no todos los trabajos son iguales», afirma Elena. La conciliación también es imprescindible para Maria José. «En el trabajo me han permitido organizarme y elegir los turnos fijos para cuadrar con el nene», afirma.
Pero para estas madres el apoyo familiar también es imprescindible, algo que destacan también estas mujeres. «Hablé con mis padres porque necesitaba ayuda en lo económico y en cuanto a tiempo, ellos me dijeron que podía contar con ellos y ese fue un factor clave, viviendo en otro sitio no podría haberlo hecho», reconoce Elena. También Maria José contó con la ayuda de su madre.
El director de IVI Alicante, Manuel Muñoz, reconoce también que estas mujeres ya no tienen que superar tabús y que buscan los apoyos necesarios para sacar adelante a sus hijos. Pero la decisión también está condicionada por la edad, uno de los factores clave en los tratamientos de fertilidad. «Habitualmente estas mujeres estaban sobre los 40 pero cada vez se acercan más a los 35», reconoce también Alba Navalón. Unas cifras, como recogen los datos de IVI, sitúan la edad media nacional alrededor de los 38. En el caso de Alicante la cifra continúa por encima de los 39, la más alta, junto con Málaga, de todo el Estado.
«Lo que es innegable es que la edad cada vez más tiende a decrecer porque este perfil de mujeres están más informadas y conocen que es un punto clave a la hora de quedarse embarazada», añade Manuel Muñoz. Este experto explica que en este colectivo están las mujeres que, como Elena, decidieron congelar sus óvulos en el momento adecuado para ello, una técnica que cada vez es más habitual.
La decisión de ser madres en solitario cambió la vida de Maria José y Elena. Estas mujeres reconocen el cansancio que puede suponer que todo recaiga sobre ellas. «Mi hijo no ha dormido hasta los dos años», afirma Elena. Pero coinciden en que ha merecido la pena. «Antes tenía todo el tiempo y el dinero para mí pero mi hijo lo compensa, es lo mejor del mundo», reconoce María José. «Ha sido la mejor decisión de mi vida, nunca voy a tener que pelearme en la manera de educar al niño, en los valores, son temas que a veces no se hablan cómo se debería», destaca Elena. Una decisión que cada vez comparten más alicantinas.
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