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J.M.L.
Ciudad Real
Jueves, 16 de marzo 2023, 16:53
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Las pruebas de ADN han confirmado que los restos óseos hallados esta semana en el fondo del pozo de una finca de Valdepeñas (Ciudad Real) son los de Juan Miguel Isla Fernández, el empresario de Alicante de 58 años que desapareció misteriosamente en Manzanares (Ciudad Real) en julio de 2022 después de haberse desplazado a esta localidad manchega para vender una finca de su familia y embolsarse por ello unos 50.000 euros.
Su pista se perdió entonces hasta que en enero de este año la Guardia Civil pidió ayuda en las redes sociales para localizar su vehículo, un Renault Clio de color gris con el que viajó a Manzanares. Gracias a la colaboración ciudadana se encontró el coche en un aparcamiento público a las afueras de Albacete. El visionado de varias cámaras de seguridad revelaron que el vehículo lo conducía otra persona, lo que hizo pensar a los investigadores que su desaparición no había sido voluntaria.
Al mismo tiempo, los agentes encargados del caso centraron sus sospechas en un vecino de Manzanares, Antonio Caba Vázquez, un empresario de este municipio, administrador de varias sociedades, que había ejercido de mediador en la operación comercial y que es el propietario de la finca donde se han encontrado los restos mortales de Juan Miguel Isla. Caba es uno de los detenidos en este caso. El otro es un jubilado de Manzanares, de nombre Gaspar, amigo de Antonio Caba, que ha ingresado en prisión comunicada y sin fianza por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Manzanares por un presunto delito de «homicidio o asesinato, algo que aún no está claro», según reconoció este jueves el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca.
Sin embargo, estas investigaciones policiales no finalizan con el hallazgo de este cadáver ya que los dos hombres detenidos podrían estar relacionados con la desaparición de otro empresario de Vitoria (Álava) que viajó hasta Manzanares para cerrar la venta de unos coches de alta gama cobrando por ello unos 50.000 euros. Este empresario, Jesús María González Borrajo, de 57 años, dedicado al negocio de las máquinas tragaperras, fue visto por última vez en junio de 2019. También en la venta de estos coches ejerció de mediador Antonio Caba. Demasiadas coincidencias, piensan los investigadores. Por este motivo, este jueves comenzaron a inspeccionarse más fincas en los términos municipales de Manzanares y Valdepeñas en busca de restos humanos.
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