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Luis Segura en su consulta de la unidad de salud sexual y reproductiva de Alicante. Miriam Gil Albert
«Los problemas de deseo están tras la mayoría de los conflictos de pareja»

Luis Segura-Psicólogo clínico del Hospital General de Alicante

«Los problemas de deseo están tras la mayoría de los conflictos de pareja»

El psicólogo Luis Segura normaliza la pérdida de apetito sexual en el seno de una relación, y lo achaca a factores como el estrés o el reciente confinamiento por la pandemia

P. Sellés

Alicante

Domingo, 13 de agosto 2023, 17:51

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«Quiero mucho a mi pareja; de verdad. Llevamos 20 años maravillosamente casados. Pero no me apetece mantener relaciones sexuales con él. Me da mucha pena y rabia, pobrecillo; si se lo digo, no sé como se lo podría tomar…»

La situación se repite con mucha frecuencia en la consulta de Luis Segura, psicólogo clínico y sexólogo en la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva de Alicante I. «El concepto 'reproducción' no me gusta. Ni que fuéramos una fotocopiadora. Yo nos veo más como un centro de creatividad», apunta el propio sexólogo. Y lo cierto es que Segura debe hacer acopio de mucha creatividad para lidiar con situaciones como la relatada anteriormente, cada vez más habituales entre las personas que recurren a sus servicios.

El deseo es una energía, y como tal, se construye y se destruye. También se obvia o se oscurece, por ejemplo por la enfermedad o las preocupaciones»

Luis Segura

Sexólogo

El deseo juega un papel esencial en la ecuación del sexo, tal y como explica él mismo. «A la mayoría de personas con problemas sexuales o de pareja que recurren a mí, les digo que detrás hay un problema de deseo. Pero hay que entender que el deseo es una energía, y como tal, se construye y se destruye. También se obvia y se oscurece, por ejemplo durante una enfermedad o a causa de las preocupaciones».

Segura es sexólogo y psicólogo clínico. Miriam Gil Albert

Todo se reduce, según apunta, a la bipolaridad a la que estamos abocados socialmente. «Confundimos sexo con amor; pero lo cierto es que se puede desear sin amar, y también amar sin desear. Lo idílico es juntar ambas cosas, pero en las relaciones de larga duración es complicado. Se requiere un esfuerzo por ambas partes para avivar el fuego».

Desafortunadamente, el acelerado ritmo de vida actual no es un buen aliado para mantener el fuego encendido, y es que «el estrés es un inhibidor del deseo. La carga de tareas, las preocupaciones del día a día… El cuerpo es pura energía, y cuando esta se agota, el deseo se ve afectado». Segura apunta que esa falta de apetito sexual también se hace extensible a muchos progenitores primerizos, que «no saben cómo encajar su rol paterno con el hecho de ser personas con necesidad sexuales».

Deseo lo que no tengo

Para entender nuestra dimensión apetitiva, también conviene entender en qué se basa la misma. «La premisa del deseo es no poseer algo. En relaciones duraderas la parte primitiva se suele atenuar, y para que funcionen es necesario mantener el respeto mutuo».

«En los hombres el deseo se construye a través de la erección; mientras que en las mujeres la respuesta no sigue el mismo esquema. El proceso es más complejo»

Luis Segura

También cabe decir que el deseo no emana de la misma fuente en el hombre que en la mujer. «En ellos, el deseo se construye a través de la erección; mientras que en ellas la respuesta no sigue el mismo esquema. El proceso es más complejo». Eso le lleva a afirmar que los problemas de erección en los hombres no son cuestiones que se haya de abordar siempre desde la fisiología, sino desde la 'erótica'«.

Respecto a la duración de las terapias, Segura apunta que en su unidad se hace un «abordaje pragmático; una terapia sexológica en general breve, que va al fondo de la cuestión a resolver y, salvo excepciones, se evitan terapias de larga duración».

Segura junto a su compañera en la unidad de salud sexual, la doctora Lidia Loya. Miriam Gil Albert

En su abordaje de la terapia sexológica, el psicólogo descarta el uso de algunos términos que no ayudan en su labor asistencial. «No me gusta la palabra disfunción aplicada al sexo, porque parece que este deba tener necesariamente una función. La sexualidad no se puede entender como una cadena de montaje».

«¿Qué es ser normal?, les pregunto yo a mis pacientes. 'Normal' es un simple término estadístico, igual que 'desviación'. Todos somos desviados; nadie siente o hace el amor de la misma manera»

Luis Segura

Segura también arremete contra el concepto de normalidad. «¿Qué es ser normal?, les pregunto yo a mis pacientes. 'Normal' es un simple término estadístico, igual que 'desviación'. Todos somos desviados; nadie siente o hace el amor de la misma manera».

Un compromiso cambiante

La población joven no escapa del radio de atención de Segura, de quien lamenta que se deje llevar por la «inmediatez». Considera que recursos como las aplicaciones de citas han abierto una vía directa al sexo, algo que puede ser muy positivo para muchas personas, pero el esquema aplicado a los encuentros esporádicos desde luego no siempre es la mejor opción para quienes buscan una relación duradera.

Eso ha llevado a que «la idea del compromiso haya ido variando con el tiempo», apunta el sexólogo, abriendo la puerta a que el tiempo en pareja haya quedado relegado a una simple cita dentro de una agenda diaria repleta de compromisos.

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