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Juan Carlos Barrena
Berlín
Miércoles, 13 de noviembre 2024, 17:16
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Con un llamamiento a la oposición conservadora a cooperar con el Gobierno de minoría que dirige para aprobar antes de los comicios adelantados varios proyectos de ley pendientes, el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, lanzó este miércoles un apasionado discurso ante el pleno del Bundestag, sabedor de que su Ejecutivo tiene los días contados. «Colaboremos por el bien del país hasta las nuevas elecciones», dijo Scholz en una declaración que estuvo dirigida fundamentalmente al grupo parlamentario de la Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU).
«Mi propuesta, mi llamamiento a esta casa es: actuemos unidos en aquello en lo que estamos de acuerdo», señaló el político socialdemócrata, que se refirió concretamente a una reforma impositiva favorable para los contribuyentes, una iniciativa para fomentar el crecimiento económico, el aumento de las ayudas familiares por hijo y una ley para garantizar la independencia del Tribunal Constitucional, pero también la revisión de las pensiones para asegurar su pago a futuras generaciones, las ayudas a Ucrania o la financiación de la modernización del Bundeswehr, el ejército federal.
Scholz defendió ante la cámara la ruptura de la coalición con la expulsión del Gobierno del Partido Liberal (FDP) y su presidente, el cesado ministro de Finanzas Cristian Lindner. «Esa decisión fue correcta e inevitable», afirmó el canciller federal, que acusó a Lindner de inflexibilidad en la gestión del erario nacional. «No puede ni debe ser que el apoyo a Ucrania conduzca a recortes en la sanidad y la atención de personas discapacitadas», argumentó Scholz, para quien el programa de su ya exministro habría supuesto meter tijera financiera a las pensiones, la sanidad y los asuntos sociales.
Plantear disyuntivas en los presupuestos del Estado, pretender dar a elegir entre financiar esto o aquello es un programa coyuntural para populistas y extremistas y no hace «sino perjudicar y dividir a Alemania», advirtió el dirigente socialdemócrata. Scholz dijo haber hablado el pasado domingo con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, con quien afirmó haber mantenido una «buena conversación». Añadió que «desde mi punto de vista la buena colaboración transatlántica entre Alemania y Estados Unidos es desde hace décadas básica para el éxito de nuestro país» y admitió esperar que esto se mantenga en el futuro. «Da igual quien gobierne aquí y allá», zanjó.
Olaf Scholz
Canciller federal
La respuesta conservadora no fue muy esperanzadora. El líder parlamentario de CDU/CSU y más firme candidato para convertirse en el próximo canciller federal, Friedrich Merz, dejó claro que su formación no apoyará iniciativa alguna del Ejecutivo en el Bundestag hasta que Scholz no presente su moción de confianza, anunciada para el 16 de diciembre, que abrirá la vía a elecciones anticipadas a finales de febrero. «No somos los jugadores suplentes de su Gobierno fracturado», afirmó tajantemente Merz, que echó en cara al socialdemócrata no haber presentado este miércoles mismo esa moción de confianza para acelerar el relevo y le acusó de «simular» que cuenta con una mayoría parlamentaria que perdió con la marcha de los liberales, aunque Los Verdes continúen en su gabinete.
«Lo que ha dicho aquí, señor canciller, no es de este mundo. Obviamente usted vive en su propio cosmos, en su propio mundo», destacó el líder conservador, que acusó a Scholz de haber perdido el sentido de la realidad, a la vez que tachó de «simplemente indigna» la manera con la que hace una semana justificó la expulsión del FDP y Lindner de su Gobierno. En cuanto a la petición de colaborar para sacar adelante varias leyes antes del fin de la legislatura, Merz propuso a socialdemócratas y verdes negociar esas iniciativas legislativas con los conservadores antes de presentarlas en el Bundestag. Solo con un acuerdo previo deberían llegar a la cámara.
Merz quiere así evitar que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) obtenga protagonismo gratuito al convertirse en la inesperada muleta en la que se apoyen el SPD y los ecologistas para sacar sus propuestas de ley adelante. En ese sentido el presidente de los cristianodemócratas dejó claro de nuevo que los partidos de la Unión mantienen en pie el cortafuegos en torno a los populistas de extrema derecha, con los que su formación no quiere tener relación alguna. Da igual cuantos diputados consigan tras las próximas elecciones, afirmó Merz, en referencia a los sondeos electorales que sitúan a la AfD como segunda fuerza nacional tras los conservadores.
Entre tanto aumentan las voces entre los socialdemócratas que piden que Scholz renuncie a encabezar la campaña electoral en favor de su ministro de Defensa, Boris Pistorius, el político alemán más popular entre la población. Destacados dirigentes del SPD en los Estados federados de Baja Sajonia, Hesse, Sajonia-Anhalt y Hamburgo se han pronunciado a favor de ese cambio de candidato a la cancillería. «Me sorprende que en el SPD nos lancemos al abismo como lemmings», señaló Markus Schreiber, diputado socialdemócrata en el Parlamento de la ciudad-estado de Hamburgo ante la patente impopularidad de Scholz y los sondeos que conceden a su partido los peores resultados de la historia de la República en los próximos comicios.
«Existe el peligro de que aterricemos en cuarto lugar, por detrás de la Unión, AfD y Los Verdes. Eso sería una catástrofe para el país. No creo que el SPD saque con Olaf Scholz más de un 15% de votos», declaró Schreiber, al que secundan otros muchos políticos regionales alarmados con las perspectivas electorales que exigen un debate interno en el SPD sobre la candidatura del actual canciller y su cambio por la de Pistorius. Este hace «muy buen trabajo y por eso cuenta con un gran reconocimiento, entre la tropa, pero también el país. Sería la mejor oferta para los electores, porque llega mejor a la gente», señaló Rüdiger Erben, secretario de organización parlamentaria del SPD en el Estado de Sajonia Anhalt, uno más entre el creciente grupo de socialdemócratas críticos.
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