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Chris Christie.
Christie se presenta en la campaña como el anti Trump

Christie se presenta en la campaña como el anti Trump

El exgobernador de New Jersey y el ex vicepresidente Mike Pence se lanzan a la arena electoral

Mercedes Gallego

Miércoles, 7 de junio 2023, 07:39

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El pelotón de aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano es cada día más abultado. Con la entrada de Chris Christie, ayer, y hoy de Mike Pence, son ya once los que se disputan el título para enfrentarse a Joe Biden en las elecciones del año que viene y todavía puede haber un duodécimo esta misma semana si se confirma la candidatura del gobernador de Carolina del Sur, Doug Burgum.

En ese contexto, y con una intención del voto menor del 1% en las encuestas, el ex gobernador de New Jersey optó por destacarse del pelotón atacando directamente a Donald Trump, el favorito. Ninguno de los otros «hipócritas» a los que criticó por pretender que tienen la misma agenda que el ex presidente «solo que siendo un poco menos disparatados» se ha atrevido a irritarlo. Trump tiene una base leal de seguidores que se estima entre el 30% y 35% de los votantes republicanos. Cuántos más candidatos se repartan el porcentaje restante, más diluido quedará el voto y más difícil será batirle.

El martes Christie volvió al lugar donde murieron sus aspiraciones presidenciales en 2016 para anunciar un nuevo intento. En New Hampshire quedó el sexto y se retiró al día siguiente, pero es ahí donde podría encontrar el nicho de votantes independientes, que votan en las primarias del Partido Republicano, para obtener el empujón que busca. Esa era la audiencia del Instituto de Políticas de Saint Anselm College. El ex gobernador de New Jersey se dirigió a ellos como cuando era fiscal, presentándoles los argumentos orales de un caso contra Trump, como si fueran los miembros del jurado que decidirán su suerte. «No puedo prometerles que lo que voy a hacer tenga éxito, pero les garantizo que al final no tendrán dudas de quién soy, qué defiendo y si lo merezco».

Precisamente ese es el talón de Aquiles de Christie. En la campaña de 2016 pasó de ser su rival a su perro de presa y asesor de confianza. Buscaba el puesto de fiscal general del Estado que Trump nunca le dio. «Es un oportunista», le acusó después de que le criticase por no aceptar el resultado de las elecciones. Los leales de Trump no le perdonarán estos ataques y aquellos a los que intenta convencer de que es el único conservador serio capaz de exponerle y devolver al país a la senda de la conciliación siempre tendrán la duda de si cambiará de chaqueta de nuevo cuando los vientos soplen en favor del ex presidente.

«Hace ocho años podía ser divertido, les perdono, pero ya no lo es», dijo a la audiencia que en 2016 rescató a Trump de su derrota en Iowa. Christie le sirvió como perro de presa para destruir a uno de sus principales rivales, el senador Marco Rubio, en uno de los debates y dotar al magnate de los tabloides credibilidad y reconocimiento dentro del partido de Reagan al conferirle su apoyo. Ayer advirtió a los votantes que tengan cuidado con aquellos políticos que solo se sirven a sí mismos y «a la imagen que ven en el espejo». A los que no saben aceptar una derrota «porque ellos nunca pierden» y reparten la culpa entre los que le rodean mientras se atribuyen cualquier éxito. «Por si no lo he dejado del todo claro, ese es Donald Trump, que como Voldemort es innombrable».

Se lo ponía difícil al ex vicepresidente Mike Pence, que ya presentó oficialmente los papeles de su candidatura y la anunciará esta tarde en una entrevista tipo plaza pública en CNN, porque ese ha sido su estilo. En cada entrevista evitar referirse al que fuera su jefe en la Casa Blanca durante pese a que le arrojó a las fieras el 6 de enero de 2020 para que le colgaran por haber cumplido con su obligación de certificar los resultados electorales que dieron la victoria a Biden.

Pence tampoco tiene mucho futuro en la campaña, según encuestas y analistas, pero cuenta con un gran tirón entre los grupos religiosos que en el pasado dieran la victoria a George W. Bush. Su influencia escoró a Trump hacia el conservadurismo más extremo en temas como el aborto. Los evangélicos saben que era él quien estaba detrás de los éxitos obtenidos. La cuestión es si apostarán pragmáticamente por el hombre que se los entregó, perdonándoles sus escarceos extramatrimoniales con estrellas de porno, o preferirán a uno de los suyos.

Puede que ninguno de estos nuevos candidatos llegue a batirse con él en el estrado, porque serán tantos que la comisión de debates del Partido Republicano ha impuesto el requisito de superar el 1% en tres encuestas nacionales o la combinación de dos de estas con una en alguno de los cuatro primeros estados que deciden la eliminatoria -Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada). Este último es el escenario por el que Christie apuesta para garantizarse el puesto en los debates, donde brilla por su estilo directo de abogado sin compasión por sus presas. Eso sí, si no lo consigue promete retirarse sin hacerle esta vez el trabajo sucio. «No soy un asesino a sueldo», ha asegurado.

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