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El mes de enero vuelve a ser implacable con el Hércules. Históricamente el equipo sufre baches que le cuestan la temporada y este año no iba ser una excepción. Los de Torrecilla se las prometían muy felices con la victoria de prestigio en Lleida, pero todo ha cambiado en dos semanas. Dos derrotas seguidas que disparan las dudas sobre la capacidad de este bloque para alzarse con el campeonato y el ascenso directo.
Dos derrotas ante equipos de descenso. Primero el Espanyol B y ahora el Formentera. Para el primer varapalo había coartada, pero para el de este domingo no. En casa, con 7.500 espectadores en la grada y ante un rival muy débil al que triplicas el presupuesto.
Desde el principio se vio a un Formentera respondón y ambicioso. Nada de cerrarse en su área. Posesiones largas y velocidad en los metros finales. El Hércules, con hasta cuatro novedades en el once inicial, tuvo las mejores ocasiones en las botas de Miguel Marí, pero uno de sus disparos se estrelló en el larguero.
En la segunda parte, los blanquiazules intensificaron su dominio, pero no encontraron ocasiones claras de gol.
El partido se agitó a 15 minutos del final. Mendes, que había entrado en el campo 10 minutos antes, terminó de complicar la mañana para su equipo con dos amarillas seguidas. La primera, antes de un saque de banda, por dar un manotazo a un rival. Y la segunda por ir a un balón dividido con el portero en el suelo y con ventaja para coger el esférico.
Después, a cuatro minutos del final, el partido se volvió a equilibrar con la expulsión de De las Marinas, pero para entonces el Hércules hacía tiempo que no tenía brújula. Las ocasiones no llegaron.
Y en la última jugada del partido, minuto 95, el Formentera se encontró el premio a un gran esfuerzo en el Rico Pérez. Un córner que cabeceó a la red de manera impecable Caturla.
La derrota deja muy tocados a los de Torrecilla. Es el momento más delicado desde que empezó la temporada. Y con un calendario inquietante: dos trampas mortales en césped artificial (Torrent y Andratx) y en medio la visita del Sant Andreu al Rico Pérez.
«Ahora es cuando se tiene que ver a los jugadores del Hércules», dijo un enfadado Rubén Torrecilla después del partido. «Toca resetear y trabajar. Esta semana no habrá días libres», añadió el entrenador herculano, que reconoció estar cabreado con Marcos Mendes y con el gol a balón parado.
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