Ángela Rodríguez, única mujer con el título de mejor sumiller de Alicante: «De 25 euros para abajo, me luzco»

Ángela Rodríguez es una mujer de rompe y rasga, de las que rompe estereotipos y rasga corchos. En el antaño cerrado mundo de la enología, ha entrado con fuerza: por ahora, es la única mujer reconocida como mejor sumiller de la provincia de Alicante. Eso fue en 2019 y todavía mantiene este título «con orgullo», a los que se añaden el subcampeonato autonómico y el 'top 100' en España, entre otros.

Obtuvo el título de sumiller en 2018 y, a partir de ahí, no ha parado de estudiar y especializarse: es formadora de la DOP Vinos de Alicante y profesora de Maridaje. Si acaso por ser la primera mujer en lograr el título, Ángela no se da especial relevancia. Pero sí es cierto que ella ya ha abierto el camino que otras seguirán: «Hay un talento impresionante en Alicante, tanto de hombres como de mujeres, pero sí es verdad que nos estamos dando a conocer».

Reconoce que su juventud «impone» al cliente a la hora de elegir un vino, una postura que el comensal abandona para dejarse influir por el conocimiento y complicidad que sabe transmitir tras apenas un par de preguntas sobre gustos y preferencias: «De 25 euros para abajo, me luzco. Si no, todos están buenos», es su carta de presentación al cliente para que se deje aconsejar, consciente de que es muy difícil, si no imposible, que falle en la elección.

Iniciada con José Antonio Sánchez, en Els Vents, hace poco más de un año comenzó con su propio negocio en la 'Bodega de Airen', en la avenida de La Condomina, antigua 'Taberna Meyos'. El reto, mayúsculo, no le asustó. Porque Ángela ya manejaba una carta con 1.200 referencias, de las que ha seleccionado unas 350 de un mundo cada vez más complejo: «El cambio climático lleva a más regiones a producir vino donde antes no lo hacían. Países como Lituania o Rumanía producen cosas muy interesantes», explica.

Pero, de todo el orbe, Ángela guarda un rinconcito muy especial para los vinos de Alicante. De los dulces de moscatel al fondillón, Alicante ha evolucionado hacia una mayor variedad trabajando con finura y elegancia el monastrell. Es muy fan de La Viña de Mateo, de Bodegas Francisco Gómez, por «subirle la golosidad de nuestra variedad». No es el único, desde clásicos como Casa Agrícola de Pepe Mendoza; los Arbui de Bodega Alejandro o Sofía Cañizares, de la familia Tarima Hill, «que va a dar mucho que hablar».

De los vinos de Alicante es un hablar y no parar. Ángela Rodríguez pone el punto en el trabajo que sobre la macabeo y la giró hacen ahora los enólogos de las bodegas alicantinas.

Todo un mundo, el del vino, al que inevitablemente va ligada la comida. «Soy catadora de vino y croquetas», admite sin ambages Ángela Rodríguez. En su 'Bodega de Airen' ofrecen una comida mediterránea que combina con todo. Ángela, al mismo tiempo, cree en el maridaje y en saltarse las normas, que para eso están. Es capaz de combinar un pescado con un tinto joven de maceración carbónica. «¿Por qué no? Es un mundo muy chulo», indica Ángela, quien intenta abrir la mente del comensal.

En la mesa, destaca su cada vez más conocido arroz con torreznos, secreto ibérico y garbanzos, una delicia; las croquetas no pueden faltar, las de carrillera espectaculares y más clásicas, como las de cocido. En temporada, una alcachofa con foie fresco y jamón, sabiendo tratar la joya de la Vega Baja y gusta mucho cómo prepara en su casa el foie. El postre puede ser el mismo vino que sirve Ángela con sapiencia y confianza. En este caso, no hay otra opción que dejarse llevar por los mejores y Ángela Rodríguez ya lo ha demostrado.