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El 2023 ha llegado a su fin. Un año complicado para el campo alicantino. Las altas temperaturas y la sequía han mermado cultivos de referencia para la provincia como la cereza, la oliva o la uva. Y el 2024 no parece que vaya a dar mucha tregua a un sector muy castigado y que arrastra problemas desde hace años.
Es por ello que desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) quieren empezar el 2024 con fuerza, de la mejor manera. La organización mantiene contactos con la Conselleria de Agricultura para tratar distintos puntos clave para revertir una situación compleja. Son muchos los problemas que el campo «está arrastrando», sin embargo hay uno que se pone sobre la mesa desde ya y que marcará este año: la xyllela.
Una problemática que está arrasando el cultivo de almendros en las comarcas del norte de la provincia. Según datos oficiales de Agricultora, se han triturado en los últimos seis años unas 2.800 hectáreas en toda la Comunitat, es decir, unos 200.000 almendros y parte del sotobosque forestal. La provincia tiene la mayor parte afectada dentro del territorio de la Comunitat. Hasta 75 municipios arrastran los efectos de esta enfermedad arbórea, 48 de ellos íntegramente.
Es por ello que el presidente de la asociación agraria, José Vicente Andreu, asegura que el problema histórico de la xylella se va a poner sobre la mesa estos días. «Llevamos muchos años de lucha con un plan de erradicación que solo erradica el cultivo del almendro», explica el agricultor, quien afirma que desde Asaja reclaman «un giro a la actuación de la Conselleria».
José Vicente Andreu
Presidente de Asaja
«Tras muchos años de intentar erradicar esta bacteria tan solo desaparecen los cultivos y hay algunos que ya se han extinguido», incide Andreu, quien califica de «sinsentido» la estrategia que siguen desde la Generalitat, basada en talar el almendro infectado y los que se encuentran en un radio de 50 metros.
Medidas que han destruido numerosos cultivos de la Montaña de Alicante, afectando profundamente a la zona. El secretario técnico de Asaja, Ramón Espinosa, denunció ya hace un año que esta medida «tan solo ha conseguido erradicar la agricultura y el paisaje de la zona, cargándose el secano de las tres comarcas afectadas, lo que ha causado un daño irreparable».
La almendra alicantina ha cerrado el año con muchas dificultades. Al problema de la xylella se le sumó el producto proveniente de California, que condenó los precios del producto local. Desde Asaja afirmaron en verano que había agricultores que no llegaban ni a cubrir el 75% de los costes de producción.
Ello, sumado a la sequía y a las altas temperaturas que estresaron al cultivo, provocaron que las previsiones de almendra cayesen en picado. La asociación cifró en 2.526 toneladas las cosechas de estos frutos secos que se recogerían. Sin embargo, en verano anticiparon que es probable que se acabase produciendo una merma de la mitad de todo el cultivo.
Es por ello que Andreu y la comitiva de Asaja reclaman al president del Consell, Carlos Mazón, que «reoriente la normativa con un plan de actuación que permita la supervivencia de la montaña, no solo del propio cultivo, sino también de las comarcas donde estas cosechas son fundamentales».
El presidente de la organización agrícola afirmó durante el balance agrario del 2023 celebrado en Alicante que la situación «es muy preocupante» y volvió a incidir en la imperiosa necesidad de «cambiar las cosas para reorientar esta actividad agrícola».
El problema de la xylella, aunque uno de los principales de Alicante, no es el único con carácter burocrático. La nueva PAC 2023/2024 aprobada desde Bruselas «no apuesta por la productividad del campo alicantino ni por la mejora de sus condiciones», afirma rotundamente Andreu.
Asaja
Desde Asaja critican las medidas tomadas desde el Parlamento europeo, que «impone requisitos ambientales y digitales que dejarán fuera a cientos de agricultores alicantinos, cosa que no ocurre en el resto del continente». Según destaca el presidente de la asociación, «tan solo se impone el cuaderno digital desde aquí».
Las normativas europeas complican aún más las cosas para el castigado campo de la provincia. El sector debe reducir más de la mitad de los fitosanitarios empleados, situación que no ocurre ni se controla con los productos de países terceros, lo que deja «desprotegido» al agricultor local«, critican desde Asaja.
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Óscar Bartual Bardisa
Óscar Bartual Bardisa
Andreu se muestra tajante al respecto: «Nos estamos jugando con esta absurda política el futuro alimentario y la soberanía europea». El agricultor asegura que el continente dependerá de «los lobbies africanos» para poder alimentarse si no se protege el producto local.
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