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Las plagas llegadas desde África están resultando un verdadero quebradero de cabeza, y de bolsillos, para los agricultores de la provincia. Las continuas detecciones de estas enfermedades que asolan los cultivos han incrementado los gastos de los productores de cítricos en un 40%, según alertan desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja).
El campo está en pie de guerra contra las exportaciones de terceros países donde no se cumplen las medidas de seguridad exigidas, denuncian. De hecho, son varias las asociaciones agrarias las que han pedido el cierre de fronteras con países como Sudáfrica o Egipto, donde se han detectado ya varios casos de plagas importantes.
De hecho, durante el mes de septiembre solo entre Zimbabue y Sudáfrica se interceptaron en las fronteras de la Unión Europea 12 casos del hongo Phyllosticta citricarpa, que causa la temida mancha negra. Una plaga que, de llegar a introducirse en el territorio, «provocaría pérdidas millonarias al sector agrícola».
Sudáfrica ya suma 26 casos de esta plaga en lo que va de año, mientras que países colindantes como Zimbabue también comienzan a exportar paquetes de cítricos a Europa con este hongo. Además de la mancha negra, las exportaciones de Sudáfrica presentaron otra enfermedad, la de la mosca calabaza.
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José Vicente Pérez Pardo
Brasil es otro de los países que suma más casos de plagas interceptadas, hasta 64 en lo que va de año, con detecciones como la del hongo Elsinoë o del cancro bacteriano de los cítricos Xanthomonas citri. El primero de ellos produce la conocida como 'sarna de los cítricos', afectando a la piel del fruto con la aparición de costras.
Otro de los casos que preocupa al sector es la primera interceptación de la mosca de la fruta Tephritidae en un cargamento de naranjas proveniente de Egipto. Este insecto se alimenta del interior del fruto cavando galerías y provocando que el fruto se pudra y se caiga. Uruguay, Colombia y China también registraron distintas enfermedades y plagas.
Una de las enfermedades de cuarentena que más preocupa al campo es la falsa polilla, que se volvió a interceptar en rosas de Ruanda y de Kenia. Una plaga que también se detectó en dos importaciones de cítricos procedentes de Sudáfrica en julio, uno en mandarinas y otro en pomelos.
El pasado 2023 hubo un total de cuatro interceptaciones de este insecto, del que se puede evitar su proliferación con el conocido tratamiento en frío. Desde Asaja explican que esta enfermedad «puede contagiar a multitud de especies agrícolas y arbóreas en el territorio».
Este insecto habita dentro de los cítricos, donde pone sus huevos y las larvas crecen hacia el interior, destrozando el fruto por dentro y provocando que caiga y se pudra, pudiendo generar la aparición de otras enfermedades a raíz de los hongos y bacterias.
Es por ello que Asaja y La Unió Llauradora continúan con su particular cruzada para que se endurezca la aplicación del tratamiento en frío, un sistema que puede evitar la entrada de este insecto que provocaría estragos en los cultivos de cítricos alicantinos. Los agricultores exigen que se establezca «un registro» de control de sondas de temperatura para comprobar si el centro de la fruta se ha enfriado, y no solo el contenedor.
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