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Rüdiger mete al Real Madrid de cabeza en octavos
Grupo F | Jornada 4

Rüdiger mete al Real Madrid de cabeza en octavos

Un gol en el descuento del central alemán permite al equipo de Ancelotti rescatar un valioso punto en Varsovia y aborta la gesta del Shakhtar

Óscar Bellot

Madrid

Martes, 11 de octubre 2022, 00:37

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El Real Madrid visita Varsovia con un ojo puesto en el clásico del domingo. El Estadio del Ejército Polaco, refugio del Shakhtar en el exilio europeo del cuadro del Donbás provocado por la guerra en Ucrania, es la aduana en la que el catorce veces monarca del continente espera pasar el control para octavos de final de la competición que vertebra su historia. Un triunfo en los tradicionales dominios del Legia certificaría la clasificación matemática de los blancos para una ronda a la que no han faltado desde que la vetusta Copa de Europa modificase su formato. Incluso, podría asegurarles el primer puesto en caso de que esa victoria coincidiese con un eventual tropiezo del Leipzig frente al Celtic en tierras escocesas, gracias al pleno de puntos que ha cosechado hasta la fecha el bloque de Carlo Ancelotti.

El ahínco que ha puesto el vigente campeón a la hora de resolver cuanto antes sus deberes en la Champions permite al conjunto de Chamartín afrontar la visita al Shakhtar sin urgencias en una semana en la que el principal foco de atención está situado en el envite que tendrá cinco días después con el Barça en el Santiago Bernabéu. Mientras que los azulgranas se jugarán la vida el miércoles con el Inter y, por lo tanto, estarán obligados a poner toda la carne en el asador, los blancos pueden darse el lujo de administrar los esfuerzos de sus futbolistas de mayor peso y repartir minutos a quienes han dispuesto de menos oportunidades en los dos primeros meses del curso. Son los beneficios derivados de haber hincado los codos cuando tocaba para examinarse de asignaturas, todo hay que decirlo, que tampoco encerraban una dificultad máxima.

Así vino a reconocerlo Ancelotti el pasado miércoles, después de que su alumnado pasase otra reválida en el Bernabéu en la que le faltó un mejor ejercicio de puntería para ganarse la calificación de sobresaliente 'cum laude'. «Es importante dejar atrás la fase de grupos, porque es normal que te quite energía», aseveró el preparador de Reggiolo, consciente de que aquella victoria ante el Shakhtar dejaba prácticamente sellado un billete que su equipo confía en timbrar definitivamente en la capital de Polonia.

A dicho duelo contra la escuadra ucraniana siguió la victoria por la mínima ante el Getafe de un Real Madrid que jugó con una marcha menos, producto de las curvas que se avecinan por el Barça y por el Mundial que está a la vuelta de la esquina. Ancelotti las tiene muy presentes y, por ello, no tuvo reparos en reconocer al término de la cita en el Coliseum que aprovechará el parador de la Champions para ahorrar gasolina. «El martes puede ser que rote un poco más y que no jueguen los futbolistas que están más cansados», adelantó el transalpino.

Oportunidad para Hazard

Dicho escenario permite la salida del garaje de futbolistas como Lucas Vázquez o Nacho. Ancelotti también levanta el embrague con Hazard, al que aparcó hace un mes. Mendy y Kroos, siempre a punto para los grandes circuitos, retornan al once tras descansar contra el Getafe. Por el contrario, Vinicius, un bólido sin freno, bajará revoluciones en el banquillo porque el Real Madrid necesitará que mantenga la sexta marcha metida durante todo el trayecto ante el Barça. Benzema, por su parte, necesita cargar el depósito de confianza, después de no ver puerta desde el 28 de agosto. Paró el fin de semana y será el principal elemento intimidatorio para un Shakhtar inmerso de lleno en el infierno por el que atraviesa su madre patria.

El conjunto de Igor Jovicevic convive con una situación dantesca. La salvaje respuesta de Vladímir Putin al sabotaje el pasado fin de semana del estratégico puente que une Crimea con la península de Tamán recrudeció el horror que embarga el ánimo de la plantilla minera, cuyos familiares se levantan bajo la permanente amenaza de las bombas.

«Es una situación cruel. No es solo fútbol, hablamos de la vida. Queremos dormir tranquilos, pero hablamos de la vida, necesitamos ayuda para terminar esta guerra, los bombardeos», imploró el técnico croata, que en los años noventa escapó a Madrid de unos Balcanes bañados en sangre y que ahora vuelve a experimentar el sinsentido de las armas en Ucrania. «Cuando empiece el partido nadie se va a acordar de lo que estamos viviendo, todos querrán vernos ganar, pero esto es el fútbol», acotó el que fuera canterano merengue. «Tenemos que ser fuertes. Mostrarle al mundo que somos jóvenes pero determinados», agregó el de Zagreb, que volverá a fiar buena parte de las opciones de su equipo en los guantes de Trubin y el filo de Mudryk.

El Real Madrid volvió a demostrar en Varsovia que el exceso de confianza es su peor enemigo. Con la clasificación para octavos de final de la Champions en la mano tras el pleno al nueve que había registrado en las tres primeras jornadas, el equipo de Carlo Ancelotti permitió que el Shakthar se le subiese a las barbas. Hasta tal punto dieron cuerda los blancos a su exiliado adversario en el Estadio del Ejército Polaco con un juego impreciso y falto de la tensión debida en varios tramos que el equipo ucraniano festejaba ya casi su gesta cuando Rüdiger se jugó el tipo ante Trubin para rescatar al menos un valioso punto que mete de cabeza en la primera ronda de eliminatorias al catorce veces rey del continente.

El tanto en el descuento del germano, que acabó ensangrentado tras el violento impacto con el guardameta del Shakhtar, neutralizó la diana al comienzo de la segunda parte de Zubkov a centro de Mykhaylichenko, que a punto estuvo de servirle al bloque de Igor Jovicevic para refrendar que no hay enemigo tan poderoso que no pueda ser abatido en un mal día por un ejército que rezuma valentía, inteligencia y lucha por una causa justa. Los mineros acariciaron una proeza que hubiera dado la vuelta al mundo, pero el nuevo bombero del Real Madrid apareció a tiempo con el extintor para evitar un incendio a las puertas del clásico.

Ancelotti sacó la coctelera para agitar un once que presentó seis cambios respecto al que partió de inicio en la victoria del Real Madrid ante el Getafe. La vecindad del partido con el Barça metió en los títulos de crédito a tres extras como Lucas Vázquez, Nacho o Hazard, además de devolver el foco a actores que figurarán en la regleta del clásico como Mendy, Kroos y Benzema, ninguno de los cuales salió a plató en el Coliseum.

Shakhtar

Trubin, Mykhaylichenko, Bondar, Matviyenko, Konoplya, Stepanenko, Zubkov (Taylor, min. 81), Bondarenko, Sudakov (Djurasek, min. 81), Mudryk (Petriak, min. 85) y Traoré (Sikan, min. 76).

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Real Madrid

Lunin, Lucas Vázquez, Nacho, Rüdiger, Mendy (Alaba, min. 68), Rodrygo (Asensio, min. 68), Tchouaméni (Modric, min. 57), Kroos, Valverde (Camavinga, min. 68), Hazard (Vinicius, min. 57) y Benzema.

  • Goles: 1-0: min. 46, Zubkov. 1-1: min. 90+5, Rüdiger.

  • Árbitro: Orel Grinfeld (Israel). Amonestó a Konoplya, Militao, Bondarenko y Kroos.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions, disputado en el Estadio del Ejército Polaco ante unos 31.000 espectadores.

En el Shakhtar la novedad fue la entrada de Traoré, uno de los tres extranjeros que tiene en sus filas el conjunto ucraniano. El cuadro de Jovicevic, respaldado por muchos compatriotas que huyeron a Varsovia del horror de la guerra, acudió con más cuajo que en el Bernabéu al encuentro con un Real Madrid que acostó a Rodrygo en la banda izquierda, a Valverde en la derecha y situó a Hazard como pareja de Benzema en la delantera.

El lionés fue el primero en sacar a relucir las garras, con un zurdazo bien resuelto por Trubin. El Shakhtar respondió amenazando al espacio y obligó a Rüdiger y a Nacho a corregir con frecuencia. El berlinés y el alcalaíno se aplicaron a esa faceta con pulcritud y sacrificio. El Real Madrid comenzó a agitarse en ataque desde la varita de Benzema, primero en una acción culminada por el francés a pase de Rodrygo y luego en otra fabricada a renglón seguido por el ariete y rubricada por el extremo. Ambas aproximaciones se toparon con la sobria respuesta de Trubin, un muro que tampoco pudo horadar Valverde con un derechazo desde el balcón del área.

El dominio del Real Madrid acarreaba una bajada de tensión peligrosa que tuvo efecto pernicioso para el vigente campeón de Europa nada más comenzar la segunda parte. Un centro al segundo palo de Mykhaylichenko tras conducción de Mudryk lo aprovechó Zubkov, que cabeceó sin problemas ante un Mendy indolente.

El golpe forzó la intervención de Ancelotti, que retiró al displicente Hazard y a Tchouaméni para encomendarse a la clarividencia de Modric y la electricidad de Vinicius. Configurado ya con el 4-3-3 más clásico, el Real Madrid se dispuso a expiar sus culpas con pico y pala frente a un Shakthar bien abrigado al que el cerco no le privaba de alguna que otra peligrosa escaramuza ofensiva. Traoré pudo firmar el segundo aprovechando una salida tibia de Lunin en un mano a mano, pero el disparo del burkinés lo repelió el travesaño. También probó fortuna Zubkov con un remate que Lunin logró desviar con muchos apuros.

Ancelotti elevó la apuesta con la entrada de Alaba, Camavinga y Asensio en pos de la remontada. Un disparo ligeramente desviado de Kroos desde la frontal que Trubin persiguió con la mirada y una banana de Vinicius que Asensio no empalmó por milímetros sirvieron para recordar al Shakhtar que su botín pendía de un hilo antes de que Vinicius, a pase de Lucas Vázquez, mandase por encima del larguero un cabezazo con todo a favor. Poco después era Rüdiger el que tiraba de pértiga con Kroos como asistente y, tras ver cómo la primera intentona hacía agua, encontraba el premio partiéndose literalmente la cara por un equipo que tras la sangre y el sudor, encontró el alivio.

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